Empresas pierden USD 1.800 millones por violencia contra las mujeres
En Ecuador seis de cada 10 mujeres son víctimas de violencia de género. En una sociedad en donde cada vez más mujeres trabajan, las agresiones que tienen que soportar se transforman en costos "invisibles" para la producción.
Tres de cada 10 trabajadores en las empresas experimentan violencia de género.
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La Agencia de Cooperación Técnica Alemana (GIZ) y la Universidad San Martín de Porres presentaron el primer estudio sobre el impacto en las medianas y grandes empresas de la violencia contra las mujeres, generalmente a manos de sus parejas.
El absentismo laboral, los retrasos y las distracciones en el puesto de trabajo a menudo se relacionan con enfermedades o calamidades domésticas, pero detrás de eso puede haber algo más: violencia de género.
Esta realidad se plasma en una baja productividad y absentismo laboral, que cuesta a las compañías en Ecuador alrededor de USD 1.800 millones cada año.
Según el reporte, tres de cada 10 colaboradores de las medianas y grandes empresas en el país están involucrados de forma directa en situaciones de violencia contra las mujeres, ya sea como víctimas o como agresores.
El tipo de violencia más común que experimentan los trabajadores es la psicológica. El 32% de las mujeres que trabajan en empresas dicen haber vivido este tipo de agresiones y 23,7% de hombres dice haberlas ocasionado.
Le siguen la violencia física y las amenazas telefónicas o por correo electrónico.
Las agresiones producen impacto físico y emocional en las mujeres, que se traducen en baja productividad para los negocios.
Agresores faltan al trabajo
Las empresas no solo pierden a causa de las secuelas que sufren las víctimas, sino también por culpa de los agresores, que paradójicamente son quienes más faltan al trabajo.
"Cuando los trabajadores hombres atacan a sus parejas las acompañan al hospital o les dedican más tiempo para que no los denuncien. Hay casos en que se ausentan para acosar a sus parejas. Además, dejan de ser productivos porque tienen muchos conflictos en la cabeza", explica Arístides Vara-Horna, director de la investigación.
En promedio, en Ecuador un trabajador se ausenta 20 días del trabajo, pero esta cifra aumenta si la persona es agresora, víctima o testigo de violencia contra las mujeres.
Testigos de la violencia
En las empresas no solo hay colaboradores agresores o víctimas, sino también testigos.
El 22,9% de las trabajadoras y el 21% de los trabajadores dicen que han presenciado casos de agresiones de género entre sus colegas.
La mayoría está al tanto de este fenómeno en el espacio laboral principalmente porque sus compañeros les han solicitado ayuda o consejos sobre situaciones de violencia con sus parejas.
El 70% de los empleados que son testigos argumenta que las consecuencias de la violencia de género se traduce en retrasos laborales, baja productividad y hasta despidos.
El estudio evidencia que en las empresas la violencia contra las mujeres no se queda solo en que tres de cada 10 colaboradores la experimentan. Este fenómeno va más allá y tiene consecuencias graves y que persisten en el tiempo, como 18 millones de días de ausentismo y pérdidas por casi USD 2.000 millones al año.
En términos humanos y éticos, pero también técnicos y económicos, las compañías deben orientar sus planes hacia la prevención para evitar y sancionar la violencia de género.
Empresas como Endesa-Botrosa, de la industria forestal; y Holcim, de suministro de cemento, están llevando a cabo acciones para prevenir la violencia contra las mujeres tanto dentro como fuera del espacio de su competencia.
En el caso de Holcim "se realizan capacitaciones para explicar qué es la violencia de género, se llevan a cabo talleres para empoderar a las mujeres y hay una política de cero tolerancia" con el maltrato, dice María Dolores Franco, directora de Recursos Humanos.
11.670 colaboradores de 35 grandes y medianas empresas de Ecuador participaron en el estudio.
Los costos empresariales de la violencia contras las mujeres en Ecuador.
Hacer visible la violencia de género en las empresas, a través de este informe, también ha sido un mecanismo para concienciar sobre esta realidad y sus efectos.
"Empezamos este estudio diciendo que la violencia contra las mujeres genera costos y terminamos diciendo que la prevención de la violencia contra las mujeres es rentable", concluye Vara-Horna.
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