El turismo se alista para los dos últimos feriados del año
El COE nacional recomendó la prohibición de fiestas en el feriado de Navidad y Año Nuevo
Municipio de Guayaquil
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En el último feriado por el Día de los Difuntos, era posible contar a las personas que estaban en la playa de San Lorenzo, en Manabí. Era un escenario impensable, en uno de los destinos turísticos más concurridos de la Costa ecuatoriana.
Fue un feriado “malo”, dice Holbach Muñetón, presidente de la Federación de Cámaras Provinciales de Turismo. “Se movieron 400 mil personas, lo que significó que se dinamizó en dinero USD 35 millones”.
Es un monto bajo para lo que la industria turística estaba acostumbrada a mover en un feriado, cerca de USD 80 millones, que son los días en los que generan más ingresos. En Navidad y Año Nuevo esa cifra podía ser de USD 120 millones.
El sector turístico sabe que las ganancias de este año no serán las mismas, pero la leve reactivación que se dio en los últimos asuetos mantiene la esperanza de que ocurra un milagro y el turista viaje. "Ahora mismo cualquier cosa es negocio, lo que queremos es sobrevivir", explica Carlos Abad, presidente de la Cámara de Turismo de Santa Elena.
El turismo necesita decisiones
El turismo requiere de tiempo para organizar la logística de personal, productos, arreglos y promoción. Sin embargo, aún no hay certezas. Las decisiones de las autoridades han llegado con solo horas previas al inicio de las festividades, y esa incertidumbre ha complicado el turismo.
“Los COEs deben ya dar las reglas del juego de una vez, ¿pueden ir a la playa o no pueden ir? ¿Pueden quemar los monigotes o no? Para que la gente sepa lo que va a hacer”, recalca Muñetón.
En eso coincide Carlos Abad, presidente de la Cámara de Turismo de Santa Elena. "Todas las decisiones que han tomado con uno o dos días de anticipación nos han afectado”, indica.
El COE nacional ha hecho recomendaciones a las autoridades cantonales para restringir las aglomeraciones en las fiestas de Navidad y Año Nuevo; entre las más importantes están:
- Exhortar a las máximas autoridades a evitar celebraciones.
- Recomienda evitar: las ferias de Navidad, festivales de Fin de Año, Año Nuevo, chivas, buses fiesta, ferias gastronómicas y de artesanías, pases del niño, pesebres vivientes, agasajos navideños.
- Exhortar a las instituciones privadas que limiten las actividades sociales.
- Controlar y cumplir las medidas de aforo para cenas en restaurantes.
- Implementar medidas de control de bioseguridad en puntos de actividades comerciales.
- Restringir lugares que mantienen aglomeraciones.
- Evitar bailes de fin de año.
- Controlar el consumo de licor en el espacio público.
Pero todavía no todos los municipios se pronuncian sobre las acciones concretas que se tomarán para los dos últimos feriados de 2020.
Por ejemplo, el COE de Guayaquil ya anunció que están suspendidas las fiestas de Fin de Año y se mantendrán cerrados los parques y malecones.
Salinas prohibirá el ingreso a las playas el 31 de diciembre de 2020 y el 1 de enero de 2021. Sin el atractivo principal de Salinas, ya prevén importantes pérdidas para el cantón, como ocurrió en el último feriado, pero con restricciones similares, su ocupación hotelera fue menor al 30%.
El sector turístico no tiene un plan concreto con soluciones porque están condicionados a las decisiones de las autoridades. Por eso no hacen reclamos por las restricciones, dice Muñetón, aunque “duele perder más dinero, pero es peor tener que estar cerrados más tiempo.”
No están contentos con un 30% de aforo, “pero de eso a estar en cero por ciento, es bueno”, explica Abad, quien agrega que su gremio se enfrenta a las mayores restricciones en Salinas.
Pero al igual proporción de aforo, también son las pérdidas de empleo. “Porque al abrir con un 50% de capacidad o menos, así mismo uno recorta el personal, incluso algunas personas trabajamos con familiares para poder funcionar y no salir en contra”, cuenta Abad, quien también tiene un negocio en Montañita.
Sin un plan y en año electoral
El turismo genera más de 150 mil empleos directos e indirectos. Algunos se han perdido. Sin embargo, los representantes de las Cámaras no se atreven a dar una cifra porque muchos negocios, a pesar de estar cerrados, no han anunciado si esa decisión será permanente y no entregan información.
La única proyección que ha hecho el sector turístico de una posible recuperación es en seis meses, con la llegada de la vacuna contra el Covid-19.
Pero lo que más les preocupa es que no ven una planificación desde el Ministerio de Turismo, explica el Presidente de la Federación de las Cámaras de Turismo. “No lo han hecho en 4 años. Tendrían que hacer algo urgente, una mesa nacional y planificar, después de la vacuna”, sostiene.
Pero el escenario se complica en un año electoral y perciben a los próximos meses como perdidos. “En el gobierno ya se quieren ir, si ya se quieren ir, no tienen ese ahínco de hacer algo para recuperarnos”, indica.
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