Seis tramos del tren de Ecuador volverán a funcionar en 2023
El plan de un tren multipropósito está casi descartado. El Gobierno rehabilitará seis tramos del sistema ferroviario original, con fines turísticos.
Mantenimiento a una de las locomotoras de Ferrocarriles del Ecuador, en enero de 2021.
Facebook Ferrocarriles del Ecuador.
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El vapor y el sonido de las locomotoras del tren ecuatoriano volverán en 2023, dice a PRIMICIAS el ministro de Transporte y Obras Públicas, Darío Herrera.
Tras la liquidación de la empresa pública Ferrocarriles del Ecuador, que comenzó en 2020 y finalizó en 2022, el Gobierno ha decidido reactivar seis tramos, con alto potencial turístico.
En un inicio, la reactivación se realizará con presupuesto estatal. Pero el Gobierno ya dialoga con dos empresas privadas para encontrar un modelo de concesión que permita rehabilitar todo el sistema ferroviario ecuatoriano.
El Gobierno había ofrecido, además, crear una nueva línea férrea para un tren multipropósito que transporte material minero, pero la idea está prácticamente descartada.
El proyecto no sería viable económicamente y por razones técnicas, explica Herrera.
Finalizó el traspaso de activos de Ferrocarriles del Ecuador. ¿Qué sigue?
Dar mantenimiento y un mejor uso de los activos que recibimos. Primero constatamos el estado de cada uno de esos bienes. Solo nos queda un 2% por verificar su condición.
¿Cuál es el presupuesto que requiere mantener los activos?
Es necesario dar mantenimiento a los bienes, prender las máquinas cada cierto tiempo para que no se dañen los motores y hacer limpieza. El presupuesto para mantenimiento, guardianía y seguros bordea los USD 4 millones en 2023.
Tenemos 965,6 kilómetros de red vial de ferrocarril. De ese total, solo 118,9 kilómetros están operativos. Además, tenemos 81 bienes y las 95 estaciones, de las cuales solo 35 están habilitadas.
¿Qué resultados dejó la consultoría que contraron con el BID?
La consultoría determinó varias oportunidades. Una de ellas fue que el tren es bueno para llevar mucha carga no perecible y moverla en largas distancias planas. Ahí está la oportunidad de crear una nueva red para transporte de material minero.
El problema es que somos un país pequeño con una cordillera en la mitad, la ruta sería muy complicada. Además, tenemos ya una gran oferta de camiones que competiría con esa carga que podría transportar el tren.
¿Es viable crear ese ramal para transporte minero?
Ese nuevo ramal que se estaba analizando tendría que mover bastante carga y tener al menos 30 o 40 vagones para transportar concentrado de cobre. La ruta sería de Yantzaza (Zamora Chinchipe) a Puerto Bolívar (El Oro).
Esa es la oportunidad que identificamos en la consultoría del BID, pero la ruta implicaría atravesar la cordillera, habría muchas curvas y no se podría poner muchos vagones. Se pierde el propósito del transporte masivo de carga minera y ya no es viable el proyecto.
La ruta implicaría muchas curvas y no se podría poner muchos vagones. Se pierde el propósito del transporte masivo de carga minera.
¿Cuánto costaría esta línea férrea para el sector minero?
La inversión estimada bordearía los USD 1.300 millones. Es muy caro y ya existen camiones que transportan el concentrado de cobre en esa ruta.
Quizás se piense que las mineras pueden hacer esa inversión, pero hay un tema social y es que se perdería el empleo que hoy genera el transporte de carga por camiones. El enfoque de la inversión extranjera debe tener un tinte de ayuda social y de generación empleo.
¿Está descartado entonces el proyecto del tren minero?
Para que esta red ferroviaria tenga una tasa interna de retorno aceptable para el inversionista, de entre 8% y 10% anual, el proyecto necesitaría un aporte estatal de al menos la mitad de la inversión requerida y el Gobierno no lo puede hacer.
¿Y si mejor invierto esos USD 1.300 millones en arreglar el eje vial de Puerto Bolívar a Yantzaza? Es algo que estamos analizando. No hemos tomado una decisión todavía.
¿Qué pasará entonces con el plan de reactivar el ferrocarril?
Otra oportunidad que identificó la consultoría del BID está en el transporte de pasajeros con fines turísticos en la red vial que ya existente.
Nuestro plan es reactivar el tren en tramos, de manera progresiva en 2023, con fines turísticos.
¿Qué tramos se reactivarán?
Queremos ir reactivando, de entrada, los tramos más turísticos. Ya tenemos priorizadas las seis primeras estaciones que habilitaremos de manera progresiva a partir del primer trimestre de 2023.
La primera ruta que se reactivará será Alausí-Sibambe, el tren de la Nariz del Diablo.
Luego: Quito-Boliche; Ibarra-Salinas; Riobamba-Urbina; Tambo-Coyoctor y Durán-Bucay.
¿Ya se ha definido el modelo de negocio para reactivar estos tramos y la red completa?
No queremos rehabilitar un tren cuya operación genere pérdidas.
Hemos conversado con dos grandes empresas que cotizan en bolsa y con amplia experiencia, para ver opciones de concesión. Una de ellas ya tiene experiencia en manejo de trenes en América Latina.
Queremos realizar un proceso de licitación pública transparente, que comienza con la expresión formal de interés de las compañías.
Queremos realizar un proceso de licitación pública transparente.
Pero son procesos que toman tiempo. Todavía no podemos definir el modelo de alianza público-privada, mientras las empresas no presenten formalmente su interés de inversión.
¿La reactivación de los seis tramos dependerá de esa licitación?
Hay tiempos muertos, no puedo empujar a las compañías. Representantes de las dos empresas ya han venido y conocen el ferrocarril. Pero mientras esto se concreta, el Gobierno habilitará los seis tramos.
Todavía tenemos que hacer el presupuesto para cada tramo, por eso vamos a ir abriendo cada uno paulatinamente. Existe la posibilidad de que en cada tramo tengamos algún tipo de alianza con los Gobiernos Autónomos.
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