El trabajo doméstico sigue en crisis pese a recuperación económica
El servicio doméstico y la acuicultura son las dos actividades que en el tercer trimestre de 2020 se contrajeron pese a una leve recuperación de la economía en su conjunto.
Una trabajadora del hogar plancha en una casa en el sector de Carcelén, en el norte de Quito, el 7 de enero de 2021.
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Aunque la mayor parte de las actividades económicas en Ecuador se recuperó en el tercer trimestre de 2020, el servicio doméstico no reacciona y va de mal en peor, según las últimas estadísticas del Banco Central.
En el tercer trimestre del año pasado, 16 de 18 actividades económicas comenzaron a recuperarse del golpe de la pandemia de Covid-19.
En el tercer trimestre de 2020 el valor agregado bruto (VAB) del servicio doméstico llegó a USD 51,4 millones, lo que significó una contracción de 5,5% frente al mismo período de 2019.
En términos trimestrales esta actividad económica cayó 3,7% en comparación con el período abril-junio de 2020.
Que el sector no se recupere se debe al "deterioro de la clase media que, al ver sus ingresos caer, ha preferido prescindir de los servicios de las trabajadoras remuneradas del hogar", explica Lenny Quiroz, secretaria general de la Unión Nacional de Trabajadoras del Hogar y Afines (Untha).
La reducción de los ingresos de las personas se evidencia en el consumo de los hogares que, en el tercer trimestre de 2020, se contrajo un 8,9% en comparación con el mismo periodo de 2019.
Las familias están prescindiendo de los servicios de las trabajadoras del hogar porque quienes están asumiendo esa responsabilidad son las esposas o madres, afirma Paola Mera, coordinadora de Sociedades Inclusivas e Interculturales de la organización Care.
Care es una organización que desarrolla en Ecuador el programa Mujeres Dignidad y Trabajo, que busca fortalecer los derechos humanos y laborales de las trabajadoras del hogar.
"En el imaginario social las tareas del hogar son obligaciones de las mujeres que forman parte del hogar", dice Mera.
En Ecuador las mujeres dedican tres veces más de tiempo a las actividades del hogar que los hombres.
Amenaza en redes
La pérdida de empleo ha sido un calvario para las trabajadoras del hogar.
Alicia Lachimbo, miembro de Unath en Cotacachi, dice que existen casos de empleadores que han despedido a las trabajadoras justificándose en la figura de fuerza mayor para no cumplir con los derechos laborales como liquidación y jubilación patronal.
"Las trabajadoras del hogar que han decidido interponer acciones legales se han enfrentado a dos problemas: falta de recursos para pagar un abogado o amenazas de empleadores de desprestigiar su trabajo en redes sociales", afirma Lachimbo.
Por eso hay trabajadoras del hogar que han preferido no actuar ante los despidos. Para mantener a sus familias han tenido que vender o intercambiar comida o ropa.
La pandemia no solo ha golpeado a las trabajadoras del hogar que han perdido sus empleos, sino también a las que los conservan.
Según las dos representantes de las trabajadoras del hogar y Care, desde marzo de 2020 quienes se dedican a esa actividad han tenido que afrontar:
- Más horas de trabajo sin una remuneración proporcional. En promedio las trabajadoras del hogar perciben USD 186,89 al mes.
- Mayor carga laboral por el cuidado de los niños y de empleadores contagiados con Covid-19. El 19% de las trabajadoras del hogar excede la jornada de 40 horas laborales a la semana.
- Mayor exposición a Covid-19.
- Dejar a sus hijos solos en casa, haciendo que los hermanos mayores asuman responsabilidades de adultos.
Otra vez puertas adentro
El miedo a que las trabajadoras del hogar se contagien en el transporte público o en su entorno familiar y social ha llevado a no pocos empleadores a pedirles que vivan en la casa en la que trabajan.
"Tenemos casos de trabajadoras del hogar que, para conservar su empleo, han tenido que trabajar puertas adentro sin poder salir durante tres o cuatro meses", dice Ortiz.
Ese es el caso de Lidia (nombre protegido), quien entre marzo y el 22 de diciembre de 2020 no pudo salir de su lugar de trabajo. Para cumplir con esa condición tuvo que dejar a su hija a cargo de una vecina.
"Me dijeron que si salía a la calle automáticamente me quedaba sin trabajo".
Lidia, trabajadora del hogar.
Que las trabajadoras del hogar vivan experiencias como las de Lidia se debe a que "aún se las ve como servidumbre y no como personas que realizan un trabajo a cambio de una remuneración", explica Mera.
Preparación para sobrevivir
Ante el deterioro de la situación de las trabajadoras del hogar por la pandemia, Care tiene un programa junto al Servicio Ecuatoriano de Capacitación Profesional (Secap) para "preparar a quienes se dedican a esa actividad y así fortalecer su acceso a empleos", dice Mera.
En Ecuador el 67% de las trabajadoras del hogar solo tienen estudios primarios o no los han culminado, el 29% tiene bachillerato y el 4% título de educación superior, según un estudio de Care, publicado en noviembre de 2020.
En la primera edición del programa entre Care y Secap, 105 trabajadoras del hogar se prepararon durante 240 horas en sistema de cuidado de personas, técnicas de servicio de cocina, limpieza y mantenimiento y gestión administrativa.
"La idea es que las trabajadoras del hogar también emprendan y administren su negocio", sostiene Mera.
Una buena noticia es que en los últimos tres meses de 2020 el número de trabajadoras afiliadas al Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) se elevó.
Aunque, según la Untha las cifras del IESS no son un reflejo de la realidad, ya que muchas de las trabajadoras de este segmento no tienen un contrato formal ni afiliación a la seguridad social.
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