El tortuoso camino de la Reforma Laboral
Reunión del presidente Lenín Moreno y los ministros Andrés Madero y Richard Martínez, con los dirigentes de la Central Unitaria de Trabajadores (CUT).
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Un año, dos ministros, cuatro reuniones del Consejo de Trabajo y Salarios (CNTS) y 75 mesas de diálogo resumen el tortuoso camino del Ministerio de Trabajo para promover la reforma laboral, que es considerada por el Gobierno como uno de los puntos clave para mejorar la competitividad del país.
La aprobación de esta reforma también es uno de los puntos planteados en el Acuerdo de Facilidades Extendidas que Ecuador firmó con el Fondo Monetario Internacional (FMI) a comienzos de 2019.
Las posturas de los representantes de los empleadores y de los trabajadores han complicado aun más el avance de la reforma. El Ejecutivo se ha visto obligado a reprogramar tres veces la entrega de la propuesta de ley a la Asamblea en los últimos ocho meses.
Pero el trabajo sobre las reformas al Código Laboral, ley que data de 1938, empezó en realidad a finales de 2018, cuando el CNTS analizó el Salario Básico Unificado (SBU) de 2019.
El entonces ministro de Trabajo, Raúl Ledesma, planteó un cambio: que el CNTS, integrado por los representantes de los empresarios y de los sindicatos, se enfocara en la construcción de la política laboral.
Días después, el 11 de enero de 2019, Ledesma dejó el cargo y el ministerio fue encargado a Andrés Madero, quien lo encabeza hasta la actualidad.
Madero activo el Consejo, que pasó de celebrar una reunión por año a tener cuatro (hasta la fecha). En abril, Madero pidió a los representantes de los empleadores y de los trabajadores propuestas para la nueva reforma.
Y el 15 de mayo, tras una reunión del CNTS, el ministro Madero anunció los tres primeros acuerdos sobre la reforma laboral. Entre ellos, la posibilidad de distribuir la jornada laboral de 40 horas semanales a lo largo de seis días en lugar de los cinco actuales.
Hasta el momento existen siete acuerdos entre Ejecutivo y los representantes de los trabajadores y de los empleadores.
Disensos en los acuerdos
Luego del anuncio de Madero el 15 de mayo, las pugnas al interior del Frente Unitario de Trabajadores (FUT), entre su titular, Mesías Tatamuez, y el representante del sindicato ante el CNTS, Edgar Sarango, dilataron la concreción de más acuerdos.
Tatamuez afirmó que el FUT "no aprobó" ningún acuerdo sobre reformas laborales. Además, varios frentes políticos -incluidos algunos asambleístas- han cuestionado los siete acuerdos.
Los legisladores de la bancada de oposición Revolución Ciudadana dicen que las reformas planteadas reducen los derechos de los trabajadores y facilitan los despidos.
El Ejecutivo tenía previsto presentar el paquete de reformas laborales como parte del proyecto de Ley de Fomento Productivo 2, antes del 24 de mayo de 2019. Pero este plan nunca se concretó.
Luego se esperaba que el presidente Lenín Moreno anunciara la presentación de las reformas a la Asamblea durante su Informe de a la Nación, el 24 de mayo pasado, pero esto tampoco sucedió.
A finales de septiembre, el Gobierno se puso una nueva meta: que las reformas laboral y tributaria fueran remitidas a la Asamblea en un solo paquete el 3 de octubre.
Tal anuncio no se cumplió debido a las violentas manifestaciones que se desataron a raíz de las medidas económicas anunciadas por Moreno el 1 de octubre y que consistían básicamente en eliminar los subsidios a la gasolina Extra y al diésel.
En ese ambiente, el FUT pidió que se los incluyera en el 'diálogo nacional' para concretar la reforma laboral. Moreno accedió y desde entonces la Asamblea está a la espera que el Ejecutivo remita la tan esperada reforma laboral.
Mientras tanto el Gobierno ha concretado 75 mesas de diálogo para socializar las reformas laborales.
El Ministerio de Trabajo quiere presentar este año el proyecto de reforma. Madero convocó una nueva reunión del CNTS el 17 de diciembre para definir los acuerdos laborales.
Una reforma complicada
Según Luis Naranjo, representante de los empleadores e integrante del CNTS, es difícil presentar la reforma a la Asamblea porque "ha sido manejada desde un aspecto político y, lamentablemente, nunca hay acuerdo entre los trabajadores y los empleadores".
Mientras el empleador busca nuevas formas de contratación, el trabajador persigue que se garanticen sus derechos, dijo Naranjo, al señalar que existen distorsiones en la opinión pública.
Porque los sindicatos piensan en los derechos de las personas que sí tienen empleo y no en los de quienes están desempleados y viven una realidad diferente, dice.
"Los empleadores, en cambio, pensamos tanto en los que trabajan en las empresas como en quienes necesitan ser contratados", dice Naranjo
Naranjo cree que la reforma permitirá adaptar las nuevas necesidades de las empresas garantizando los derechos de los trabajadores.
Mientras que el presidente del FUT, Mesías Tatamuez, asegura que así como está planteada la reforma laboral, los únicos beneficiados son los empleadores porque tendrán una mayor flexibilidad en materia de contratos laborales.
"Nosotros no estamos en contra de la creación de nuevos empleos, pero sí necesitamos decisiones políticas que promuevan un nuevo código laboral", dijo Tatamuez.
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Sindicatos y empresarios llegan a siete acuerdos laborales
Es una de las piezas clave del plan económico del gobierno y se espera que el Ejecutivo envíe las enmiendas este año a la Asamblea. En seis meses los empleadores y los trabajadores han llegado solo a siete acuerdos, pero aún faltan algunos ajustes y temas por negociar.
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