Tiendas de barrio sufren por Tuti y también por la inseguridad
Las tiendas de barrio han sorteado el 2023 con importantes desafíos, como la inseguridad y una competencia cada vez más agresiva.
Una tienda de barrio en el centro norte de Quito, 1 de diciembre de 2023.
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En Ecuador hay cerca de 130.000 tiendas de barrio, negocios familiares que actualmente están enfrentando importantes desafíos, con perjuicio en sus ventas.
Uno de los problemas ha sido la inseguridad, que obligó a muchas tiendas a acortar sus horarios de cierres y quedar a merced de extorsionadores, explica Guido Varela, presidente de la Asociación Red Ecuatoriana de Tenderos.
El otro desafío es la competencia agresiva de un nuevo formato de retail en el país, conocido como 'hard discount' o 'discounters' (tiendas de descuento), en los que se ofrece un limitado surtido de productos a precios muy bajos.
La marca más representativa en Ecuador de este formato es Tuti, de Corporación El Rosado, que abrió su primer local en abril de 2019, en Guayaquil. Al momento, suma cerca de 400 establecimientos en el país.
Ante estas amenazas, el sector de los tenderos se capacita en técnicas de ventas y busca diferenciarse con la atención de cercanía que lo caracteriza.
¿Cómo les ha ido a las tiendas de barrio en 2023?
En este año, la inseguridad se ha sentido de manera significativa. Eso ha hecho que en ciertos sectores las ventas caigan, porque las tiendas están cerrando más temprano. Esto ocurre en Guayaquil, Esmeraldas, Durán y zonas donde la violencia está muy presente. Hay tiendas que antes cerraban a las 22:00 y ahora lo hacen a las 17:00 o 18:00.
También está sucediendo que los proveedores no están llegando a las tiendas en sectores donde les obligan a pagar 'vacunas'. Y el tendero tiene que salir a abastecerse a través de mayoristas, lo que incrementa los costos operativos.
En algunas zonas, a las tiendas las extorsionan para que se mantengan abiertas. Las 'vacunas' van desde USD 30 al mes. Hay tiendas a las que les han pedido hasta USD 6.000 al mes. Esto ocurre en diferentes provincias del país, pero con mayor incidencia en la Costa.
Además de la inseguridad, ¿qué otros factores están afectando a los tenderos?
El incremento de la competencia por el modelo ‘hard discount’, que es muy agresivo y está creciendo de forma muy rápida.
Es una competencia directa, porque ofrecen los mismos productos que las tiendas, pero a precios incluso por debajo de los precios de venta al público de muchas marcas reconocidas. Es difícil competir contra eso.
Cada vez que abre un local de ese formato, mueren aproximadamente 10 tiendas de barrio.
La apertura de un negocio de esas características afecta significativamente a las ventas de las tiendas de barrio. No quiere decir que la tienda va a desaparecer, pero tiene que profesionalizarse porque el mercado ha cambiado y la competencia es más agresiva.
¿Cómo enfrentan esta fuerte competencia?
La Asociación de Tenderos viene trabajando en temas de capacitación. Este año hemos capacitado a más de 3.000 dueños de tiendas en tres temas principales: administración de la tienda, cómo vender más y finanzas básicas para el manejo del negocio.
La capacitación está focalizada en ayudarles a encontrar ese factor diferenciador que les ayude a competir en mejores condiciones.
Acabamos de tener luz verde por parte de la Prefectura del Guayas para llevar adelante un programa de capacitación a los pequeños tenderos de la provincia.
Nuestro objetivo es capacitar a todas las tiendas del país. Eso solo lo podemos hacer con el apoyo del Gobierno nacional, seccional y la empresa privada, los proveedores.
¿Qué evaluación han hecho sobre la adopción de los tenderos de los canales tecnológicos de pago?
Esto forma parte de la profesionalización de las tiendas de barrio, el uso y adaptación de tecnologías que crecieron muy rápido con la pandemia, como las billeteras digitales, los pagos mediante link y transacciones con tarjetas de crédito.
Es algo que de a poco han ido adoptando las tienda y vemos con beneplácito que muchas entidades bancarias están llegando con mejores propuestas a niveles de costos.
¿Cuáles son las principales fortalezas de las tiendas de barrio?
La principal fortaleza es la cercanía con el hogar, es la confianza, porque es su vecino, su amigo. Fue el héroe anónimo en la pandemia, que le ayudó al vecino en los momentos más complicados, cuando todos teníamos miedos de contagio.
Es el lugar donde confluyen todos los hogares. Tal vez no seremos competitivos en precios, pero somos muy competitivos en calidez humana, en cercanía, en conocimiento de las necesidades de los vecinos de nuestro barrio.
En una tienda de barrio trabaja toda la familia. Hay una gran diferencia entre un negocio que es manejado por un empleado y uno que es manejado por el dueño.
Eso es un factor muy importante que hace que el cliente siempre regrese.
Otro factor diferenciador es el tendero que te trae la verdura y fruta fresca del día.
El tendero es el mejor ejemplo de emprendimiento, de resiliencia, de trabajo duro. Es un negocio de autoempleo. En el país hay alrededor de 130.000 tiendas de barrio y más del 80% son familias, hogares que sobreviven gracias a este negocio.
¿Cómo han trabajado en las últimas semanas con los racionamientos eléctricos?
La realidad de la tienda de barrio es la realidad de un hogar. Ponemos el hombro y entendemos lo que está sucediendo, pero esto viene a ser la cereza del pastel.
La energía eléctrica es necesaria para mantener los productos a temperatura adecuada. En la costa, las bebidas son un producto de atracción de clientes, imagínese venderlas calientes.
Como tenderos somos resilientes por naturaleza, pero necesitamos ayuda del sector público y privado. Somos el último eslabón de la cadena de distribución, los últimos en vender el producto al ama de casa.
Estamos iniciando contactos con el nuevo Gobierno para explicar nuestra situación y obtener el mayor apoyo posible.
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