Sumesa dice que llegó a un acuerdo con sus acreedores
La empresa dice en un comunicado que ha logrado acuerdos directos con acreedores. Sumesa fue sancionada por la venta y recompra de unos inventarios, lo que originó facturas que luego fueron negociadas en el mercado de valores.
Ranchero es uno de los productos estrella de Sumesa.
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Los problemas de Sumesa continúan, la compañía no ha logrado pagar USD 4 millones a los inversionistas que compraron la tercera emisión de papel comercial de la empresa, y cuyo vencimiento fue el 13 de octubre de 2022.
El presidente Ejecutivo de Sumesa, Jorge García, asegura que han logrado acuerdos directos con los compradores de estos papeles para saldar las deudas.
La tercera emisión de papel comercial fue aprobada por la junta general de accionistas de Sumesa, el 30 de marzo de 2020, hasta por USD 10 millones.
La junta decidió que el destino de los recursos iba a ser:
- El 20% para la sustitución de pasivos financieros y no financieros.
- Un 80% para pagar a proveedores.
Documentos consignados en la Superintendencia de Compañías señalan que Sumesa mostraba "deficiencias" en su capital de trabajo por USD 15.952.732 en 2021.
Los estados financieros muestran una reducción en el patrimonio del orden de USD 30,7 millones, "producto de correcciones de errores de periodos anteriores".
Infracciones graves
El 29 de junio de 2022, Sumesa recibió una sanción administrativa por parte de la Intendencia Nacional de Mercado de Valores.
La multa fue establecida en USD 5.200 por incurrir en "infracciones administrativas" consideradas graves.
El oficio que argumenta la sanción habla de "ventas sin margen de utilidad" y de "guías de remisión caducadas".
En el caso de las ventas sin margen de utilidad, la Intendencia observa que Sumesa vendió inventario a Distsum, una de sus empresas vinculadas.
Y lo hizo a través de facturas comerciales, que fueron negociadas en el mercado de valores por USD 14.525.510, en 2019.
En 2020, Sumesa hizo otra operación igual con Distsum, esta vez por USD 14.964.098.
Distsum le vendió el mismo inventario a Sumesa por USD 14.672.232, en 2019, y por USD 15.907.990, en 2020.
"Sumesa vende y, posteriormente, recompra el mismo inventario de la compañía Distsum, donde no habría existido la entrega efectiva de los bienes vendidos, por lo que el comprador nunca tuvo el control del activo ni la capacidad para redirigir el uso del mismo", dice el documento.
De manera que "las referidas transacciones comerciales realizadas entre estas dos empresas vinculadas no tendrían sustancia económica", según la Intendencia.
¿Dónde están los balances?
Lo anterior contradice lo aseverado por Sumesa, asegura la Intendencia, de que no se marginaba utilidad en las ventas con su vinculada Distsum "por tratarse de una estrategia de mercado o para incrementar su participación de mercado".
Distsum es una empresa de comercialización de alimentos y bebidas. Fue constituida en mayo de 2017, con un capital de USD 5.000, y buscaba tener presencia en 75.000 puntos de venta en Ecuador.
Pero Distsum arrojó pérdidas por USD 1,3 millones en 2018 (último año en que están disponibles sus balances en la Superintendencia de Compañías).
Los elevados gastos operativos de Distsum estarían en el origen de la pérdida, según el informe del gerente de la empresa, que data de 2018.
Para qué movían papeles
Detrás de los movimientos entre Sumesa y Distsum, dice el oficio de la Intendencia, habría "ventas que no tendrían sustancia económica y cuyo único fin sería el de negociar las referidas facturas en el mercado de valores".
En el caso de las guías de remisión caducadas, la Intendencia asegura que Sumesa remitió los soportes de facturas comerciales negociables, emitidas en febrero de 2020, cuya fecha válida de emisión era el 31 de octubre de 2019.
Sumesa reconoce la existencia y entrega de esas guías de remisión caducadas y asegura que esto se produjo por un "error administrativo".
Y agrega que la venta está "plenamente justificada" por las facturas legalmente emitidas y "los kardex que ya fueron entregados".
Alertas encendidas
En abril de 2022, el representante de los inversionistas que compraron papeles de Sumesa llamó la atención sobre el deterioro en indicadores de la empresa, como liquidez y capital de trabajo.
La ausencia de información financiera de Sumesa, correspondiente a su tercera emisión de obligaciones de papel comercial, ya preocupaba no solo a los inversionistas que compraron los papeles, sino también a la Superintendencia de Compañías.
Dos inquietantes comunicaciones fueron enviadas por Diego Alejandro Peña García, de Cevallos Mora & Peña Abogados & Consultores, la firma que representa a quienes compraron esa emisión de papeles de Sumesa.
Los comunicados están dirigidos a Jorge García Miranda, gerente de Sumesa.
En uno de ellos, Peña dice que Sumesa dejó de enviar al estudio jurídico la información financiera de la empresa de manera mensual.
Sumesa debía enviar la información al bufete desde enero de 2021, reclama el estudio jurídico que, a su vez, debe cargar esta información en el Sistema Integrado de Mercado de Valores cada mes.
Sin embargo, "conforme avanzaron los meses desde la aprobación de la emisión, Sumesa empezó a atrasarse en la entrega de la información. Poco a poco los atrasos comenzaron a ser constantes, y cada vez existían más días de atraso", dice la carta.
"La situación se ha vuelto insostenible; los atrasos son excesivos, no existe la voluntad de corregirlos y la información se entrega cuando es posible y no cuando se debería", dice Diego Peña en la carta.
La empresa fabricante de alimentos Sumesa fue fundada en 1972 por el empresario Jorge García Torres. En la actualidad, Jorge Julián García Miranda es su gerente general.
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