El rescate que no pudo ser: las interrogantes tras el anuncio de liquidar Tame
La línea aérea acumula pérdidas por más de USD 400 millones en los últimos cinco años. El plan de reactivación, que incluyó el cierre de rutas internacionales no rentables, se vio interrumpido por la emergencia sanitaria. La empresa opera actualmente con cinco aviones.
Un avión de la flota de Tame en el aeropuerto Mariscal Sucre, de Quito, en 2017.
Tame.
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Tras años en búsqueda de alternativas para rescatarla, la empresa pública Tame entrará en liquidación. El presidente Lenín Moreno hizo el anuncio de la liquidación de la línea aérea este 19 de mayo de 2020.
Una vez que la empresa entre en liquidación, deberá suspender sus actividades y vender sus activos (entre ellos los aviones). Este proceso puede tomar meses y hasta años. Una vez que el presidente Moreno emita el decreto ejecutivo al respecto, esos plazos se aclararán.
Lo que está claro es que Tame EP es una operación altamente deficitaria. Según cifras de la Empresa Coordinadora de Empresas Públicas (EMCO), se espera que Tame pierda USD 24 millones hasta junio; y si no se logra su liquidación, USD 60 millones hasta fin de año.
En la práctica el anuncio de su liquidación deja una serie de interrogantes sin resolver.
En primer lugar están las personas que ya han comprado boletos en Tame y que no los han podido utilizar por las restricciones de la emergencia sanitaria. La empresa anunció el 17 de marzo que dichos pasajes tienen una vigencia de un año a partir de la fecha de compra.
En segundo lugar, no se conoce qué pasará con las denominadas "rutas sociales" de Tame Amazonía, que conectan comunidades a las que el acceso es solo vía aérea.
Moreno aseguró que se preservarán "las rutas que conectan lugares que no tienen alternativas privadas", pero no dio detalles.
A esto se le suma la incertidumbre, pues el gerente Luis Miguel Reyes presentó su renuncia este 19 de mayo de 2020, horas después del anuncio de la liquidación.
En una comunicado, aseguró que la estrategia que impulsaban para 2020 no se pudo implementar por la emergencia sanitaria, que conllevó la suspensión de los vuelos.
Los problemas de Tame
El 24 de mayo de 2016, a un año de terminar su mandato, el expresidente Rafael Correa anunció su intención de vender Tame. El anuncio vino más de un año después de que el propio Correa admitiera que la empresa abrió rutas internacionales que no resultaban rentables.
En sus mejores años, Tame llegó a operar en 10 destinos internacionales. Pero frente a la crisis, poco a poco fue cerrando estas rutas.
La aerolínea acumula pérdidas por la apertura de las rutas sin estudios de mercado y por inadecuada administración. Un informe de Contraloría, por ejemplo, reveló que Tame perdió USD 16 millones por mala gestión de tres aeronaves. Y la amplia gama de aviones de distintas marcas generó gastos elevados.
En 2018, ya en el Gobierno de Moreno, se anunció un plan de repotenciación de la aerolínea. La idea era que pueda generar ganancias y convertirse en una empresa rentable. Pero no se logró concretar.
En 2019, el entonces asesor presidencial Santiago Cuesta comenzó a hablar ya de la liquidación de la aerolínea. En una entrevista con El Mercurio, criticó la cantidad de trabajadores de la institución y el préstamo que recibió del Ministerio de Finanzas, que no logró salvarla.
Según la rendición de cuentas de 2018, Tame recibió ingresos por USD 152 millones por transporte de pasajeros, carga y vuelos chárter. Pero aún así, la empresa reportó un déficit de USD 42,9 millones en ese año.
El ajuste de 2019 que no sirvió
En 2019, Tame tomó una serie de medidas en la búsqueda de salvar la empresa. Se suspendió la ruta Quito-Salinas, por baja rentabilidad, y se cancelaron también las rutas internacionales a Bogotá, Lima y Nueva York.
Los cambios significaron una baja en el ingreso por transporte de pasajeros, que se redujo a USD 81,13 en ese año, por movilizar a 1,18 millones de personas.
Además, devolvieron tres aeronaves: dos Airbus y un Embraer, que se usaban para las rutas internacionales. La idea era homologar los aviones que operen en Tame para reducir costos (diferentes marcas significan más pilotos, equipos técnicos y distintos repuestos).
También hubo una reducción de personal. De 1.313 funcionarios en 2018, pasaron a 955 en enero de 2020.
Pero la situación en 2020 se vio agravada con la suspensión de los vuelos por la emergencia sanitaria, una crisis de las aerolíneas a escala mundial.
Según Moreno, las pérdidas acumuladas de los últimos cinco años de la aerolínea suman más de USD 400 millones, lo que llevó a la decisión de terminar con la empresa.
13 rutas y cinco aviones
Hasta antes de la emergencia sanitaria, Tame operaba 13 rutas dentro de Ecuador, con vuelos al menos una vez por semana:
- Quito-Guayaquil
- Quito-Cuenca
- Quito-Manta
- Quito-El Coca
- Quito-Lago Agrio
- Quito-Loja
- Quito-Esmeraldas
- Quito-Santa Rosa
- Guayaquil-Loja
- Quito-Baltra
- Quito-San Cristóbal
- Guayaquil-Baltra
- Guayaquil-San Cristóbal
Además vuela a Cali (Colombia) desde Esmeraldas, y a Fort Lauderdale (Estados Unidos) desde Guayaquil.
Para cubrir estas rutas, la empresa dispone de cinco aeronaves: un Airbus A320, un Airbus A319, y tres ATR42-500. Los dos jets son arrendados y cubren las rutas internacionales y a Galápagos, mientras que los ATR (turbohélice) son propios y se desplazan dentro del país.
Además, Tame es dueña de dos aviones Embraer que dio de baja en 2019 y que están a la venta.
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