Unas 5.000 solicitudes de trabajo llegaron a Rappi, en su primera semana en Quito
400 personas usan la plataforma de la aplicación para trabajar en Quito.
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En los primeros cuatro días en Ecuador, Rappi -la aplicación móvil que arrancó su fase de prueba esta semana- recibió 5.000 solicitudes de uso. Es decir, de miles de personas que quisieron inscribirse para trabajar.
Pocos tuvieron suerte. Oficialmente, las operaciones empezarán el 9 de septiembre con 30 empleados directos y 400 motorizados -incluyendo bicicletas y autos-. Estos últimos serán los encargados de comprar, recoger y entregar los pedido que hagan los usuarios mediante la app.
El número, dice la empresa, se incrementará de acuerdo con la demanda de productos y servicios.
Los motorizados -como sucede en plataformas similares como Uber Eats o Glovo- no serán trabajadores o colaboradores de la empresa. Ellos se "apalancan en la plataforma" para generar ingresos adicionales, dijo a PRIMICIAS, Alejandro Freund, representante de Rappi, en Ecuador. La empresa nació en Colombia.
Él estima que cada motorizado puede sumar ganancias por más de dos salarios básicos. Es decir, sus ingresos podrían superar los USD 800, dijo.
Pero, eso dependerá de la cantidad de entregas que realicen considerando que, según Freund, por cada operación los motorizados tienen una ganancia mínima de USD 1,70. El monto subirá, explica, dependiendo de la distancia entre el usuario y el local así como del tiempo de espera.
A pesar de esa incertidumbre, en Ecuador las aplicaciones móviles -como Glovo, Uber Eats, que llegaron en 2018 y Rappi- se han convertido en una opción ante el desempleo: según el Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censo (INEC), 366.163 ecuatorianos no tenían trabajo, hasta junio de 2019.
Hasta ese mes, más de 1.000 repartidores usaban Glovo. Semanas atrás, PRIMICIAS consultó a Uber Eats el número de personas que usan su aplicación pero la empresa prefirió no proporcionar esa cifra.
Un 'trabajo' diferente
El uso de aplicaciones móviles se acerca inevitablemente a una posible precarización de las condiciones laborales. Los motorizados no tiene salario básico ni seguro social. Su ganancia, como explicó Freund, depende de las horas que trabaje, de la distancia de los recorridos y de la calificación del cliente.
Freund, a pesar de las críticas que la app recibió en Colombia, no cree que Rappi promueva esa "precarización". Más bien, dijo, por medio de la app pueden generar ingresos complementarios y administrar de mejor manera su tiempo.
Los motorizados no son colaboradores. Nosotros ponemos a disposición la aplicación y permitimos que la gente haga tareas por una compensación que paga el cliente, no Rappi.
Alejandro Freund, representante de Rappi
El negocio de Rappi, insistió, es con los locales. La entrega de productos o servicios es el negocio que solo compete al motorizado.
Henry Macías, de 25 años, se considera un trabajador independiente. Cuando habló con PRIMICIAS, llevaba dos días usando la aplicación en el norte de Quito y su medio de transporte es la bicicleta. El miércoles 4 de septiembre, trabajó desde las 15:00 hasta las 20:00 y ganó USD 12.
"Tengo que trabajar duro para ganar más", dijo Macías.
Edgardo Araujo, un ciudadano venezolano, lleva los productos en su moto. Para un extranjero, dijo a este medio, la app es una oportunidad para enviar remesas a sus familias. Él calcula que puede percibir ingresos por unos USD 400 mensuales.
La aplicación
Rappi está en Quito y, en los próximos días, llegará a Guayaquil.
Su arribo al país, un año después de Glovo y Uber Eats, responde a una estrategia: llegar al último al mercado permite corregir errores y ofrecer nuevos servicios, dice Freund.
La oferta de la empresa es:
- El tiempo de espera sea menor a 35 minutos.
- 'Rappi favor': los motorizados ayudarán a los usuarios, por ejemplo, a encontrar una mascota perdida.
- En el futuro, se implementará el alquiler de ‘scooters’ eléctricas y 'Rappi Cash', un servicio en el que el motorizado llevará dinero en efectivo al usuario que lo solicite.
En el portafolio de Rappi están ciudades como Manta, Machala, Cuenca y Ambato.
Expectativas económicas
Rappi está inscrita en la Superintendencia de Compañías con un capital de USD 1.000. Tiene oficinas en Quito y, en la descripción de la compañía, se detalla que ofrece servicios a través de plataformas virtuales, páginas web y aplicaciones móviles, o en otras modalidades.
Para Freund, que Rappi esté registrada en Ecuador es una ventaja frente a las otras aplicaciones porque el Estado percibirá ingresos, por ejemplo, con la emisión de facturas a restaurantes por el uso de la plataforma.
La aplicación tiene convenios con más de 300 locales y cadenas comerciales.
Su aspiración es que haya transacciones mayores a USD 5 millones por mes hasta fines de 2019; y llegar, a mediados de 2020, a USD 10 millones por mes.
La aplicación está en más de 60 ciudades de México, Colombia, Perú, Chile, Uruguay, Brasil, Argentina y Ecuador. Rappi llegará próximamente a Costa Rica. Su plan de expansión incluye a 100 ciudades de América Latina, en 2019.
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