Talleres comunitarios impulsan producción de camisas en Tungurahua
En Tungurahua existen unos 60 talleres familiares y dos asociaciones que confeccionan camisas: San Antonio de Pasa, que es la más antigua, y Casahuala, creada en 2018.
Los integrantes de la Asociación Casahuala, en Tungurahua, aseguran que se debe impulsar a las empresas locales y así evitar la migración.
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Pasa es una joya ancestral rodeada de majestuosas montañas y frondosos huertos. También, una de las parroquias más antiguas de Ambato, capital de Tungurahua.
En la segunda semana de mayo de 2023, Pasa celebró 186 años como parroquia. Aún en sus calles se conservan casas centenarias y la iglesia construida en piedra resistió al terremoto de 1949 y es parte del Patrimonio Cultural de Tungurahua.
Además de su producción agrícola, también es conocida por ser tierra de artesanos en la elaboración de camisas, cuya tradición se remonta también desde su parroquialización, asegura Manuel del Carmen Sánchez Oviedo, una de las referencias de los camiseros.
En sus tiempos lo conocían como el 'Cirujano de las camisas', pues aparte de confeccionarlas a medida del cliente, también se las arreglaba a los artistas.
Manuel del Carmen nació en el barrio Castillo en 1932. Le gustaba todo, menos coser, pero aprendió el arte cuando era un adolescente.
Le gustaba cantar y mediante el canto, cuando tenía 8 años, conoció a José María Velasco Ibarra, quien fue cinco veces presidente de Ecuador.
Con los años, Manuel Sánchez dejó la música, se casó con la modista Gloria Pinuela y emprendieron en el arte de la confección de camisas.
Después de recorrer varias partes del país y de Sudamérica, se instaló en Ambato cuando tenía 32 años. Su primer taller funcionó en las calles Cevallos y Espejo.
'Juanito' fue su primera marca y después unieron las iniciales de su esposa y él para crear 'Manglo', su otra identidad comercial.
Pero fue con 'Juanito' que se dio a conocer en el país y, en especial, cuando confeccionó una de sus camisas para Velasco Ibarra.
Recuerda que tenía unos 35 años cuando lo invitaron a una feria de artesanos, donde también estuvo Velasco Ibarra.
“Cuando me vio, me reconoció y me abrazó. Entonces aproveché para pedirle que se dejara tomar las medidas para confeccionarle una camisa".
Manuel del Carmen, artesano.
Recuerda que le gustó tanto "que me pidió camisas para todo el personal de la Presidencia, unas 300 personas. Desde ese momento, el trabajo mejoró y el nombre de las camisas de Pasa de difundió en el país".
Se mantienen, pese a las adversidades
Pasa también era conocido como la 'Puerta a la Costa', por la ruta Pasa-El Corazón, que era el único acceso a la provincia de Los Ríos, desde Tungurahua.
Está habitado por alrededor de 10.000 habitantes y el 50% se dedica a la confección de camisas.
Según el Gobierno Parroquial, se estima que existen unos 60 talleres familiares y dos asociaciones: San Antonio de Pasa -que es la más antigua y tiene alrededor de 25 socios- y Casahuala -creada en 2018 y en la actualidad existen 15 socios-.
El historiador Pedro Reino cuenta que en esta parroquia, la confección de ropa, hace más de un siglo, se convirtió en una de las principales actividades económicas de decenas de hogares, junto a la agricultura.
Cuando las familias blancas y mestizas se asentaron en el sitio, la oferta textil se diversificó y empezaron a ofertar en diferentes partes del país, incluso en el extranjero.
Aún las familias viven del arte de elaborar camisas y quieren luchar contra la adversidad ante el libre ingreso de prendas similares de otros países y la pandemia.
Juan Ulloa, presidente de la Asociación Casahuala, menciona que ahora se promocionan mediante las redes sociales y en las ferias.
“Necesitamos seguir impulsado el desarrollo de la economía local, porque esto permite que nuestros jóvenes emigren y progresen en nuestra tierra”, menciona.
En la asociación trabajan hombres y mujeres y entre sus clientes están empresas locales y nacionales, entre ellas la Policía Nacional.
En la actualidad, confeccionan alrededor de 1.000 camisas al mes y los precios varían, todo depende de la tela y el porte de la persona, asegura Juan.
La Asociación San Antonio de Pasa es la más grande. Los socios lograron enviar camisas a Estados Unidos, Australia, China, España, Alemania y Brasil, en especial las que tienen diseños ancestrales.
Los artesanos informaron que, en 2022, un 30% de la producción se destinó a esos países, gracias a contactos de amigos emigrantes y de extranjeros que los visitan y se enamoran de las camisas.
Confeccionan alrededor de 100 prendas diarias, cantidad que puede variar según el pedido. Las camisas se confeccionan con tela, algodón y variedad de fibras vegetales y animales.
Se estima que en todo el pueblo se elaboran alrededor de 5.000 prendas cada 40 días. En la actualidad también diversifican los diseños y también confeccionan vestidos con las mismas telas.
El arte de hacer camisas
El productor Edgar Quilligana, de 52 años, asegura que sus antepasados supieron confeccionar las camisas, por lo que insiste en enseñar el arte a la nueva generación.
Quilligana le ha puesto su propia marca, 'Paseño', y recalcó que desde Pasa salen a diferentes tiendas del país.
“Todavía hay muchos artesanos que no colocan sus marcas y las venden a proveedores. En Pasa nunca se ha dejado de confeccionar las camisas y se las hace de mejor calidad con los mejores algodones de manera natural”, recalca.
El costo de las camisas elaboradas en la parroquia van de USD 12 hasta USD 200, dependiendo de los acabados, color y fibras.
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