Presidencia del BID: Ecuador juega del lado de Estados Unidos
El presidente Lenín Moreno recibió a Mauricio Claver-Carone, Asistente Adjunto del Presidente de Estados Unidos, el 13 de enero de 2020.
@usembassy_quito
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El proceso de elección -que desde hace más de sesenta años (desde la fundación del BID) ha recaído sobre un latinoamericano- se desarrolla, esta vez, en un escenario inédito.
¿La razón? El 16 de junio, el presidente estadounidense, Donald Trump, pateó el tablero al proponer para la presidencia del organismo al director del Consejo de Seguridad Nacional para Asuntos del Hemisferio Occidental, Mauricio Claver-Carone.
El abogado cubano-estadounidense, nacido en Miami en 1975, podría ser electo entre el 12 y 13 de septiembre y sería el primer presidente del BID que no provenga de América Latina.
Mal timing
La presentación de una candidatura estadounidense ha provocado todo tipo de reacciones. El timing es uno de los motivos de la controversia. Estados Unidos elige presidente en noviembre y las encuestas no favorecen a Donald Trump. ¿En qué posición quedaría Claver-Carone, en ese escenario?
También existen suspicacias sobre los intereses que, aparentemente, impulsan la decisión del presidente de Estados Unidos: no busca fortalecer el desarrollo regional, sino contrarrestar la creciente influencia de China en América Latina.
Hace pocos días, Claver-Carone anunciaba la iniciativa 'Regreso a las Américas', que propondrá incentivos financieros para que empresas estadounidenses instaladas en Asia, trasladen sus inversiones hacia los Estados Unidos, América Latina y el Caribe.
Según su declaración, el proyecto generaría inversiones de entre USD 30 y 50 millones en los países del continente americano.
El rompecabezas regional
Una ola de rechazos públicos, sobre todo entre personalidades políticas y diplomáticas del continente americano, se ha levantado frente a la candidatura de Claver-Carone. No obstante, es muy probable que el candidato de Trump se imponga sobre el argentino Gustavo Béliz.
Aunque este último cuenta con el apoyo de México y obviamente Argentina, una lista de países latinoamericanos, entre los que se cuentan Colombia, Brasil, Uruguay, Paraguay, Honduras, Haití y Ecuador, han expresado su apoyo a la opción presentada por Trump.
En últimas declaraciones, Claver-Carone dijo que cuenta ya con el respaldo público de quince países y el apoyo privado de seis. Estados Unidos tiene un 30% del poder del voto y cuenta además, con la posibilidad de veto, lo que será decisivo en la elección.
La Unión Europea -que también busca equilibrar la balanza de la dirección de los organismos internacionales- ha expresado sus reparos.
Esta semana se hizo pública la carta que el español Josep Borrell, alto representante para la Política Exterior y Seguridad Común, envió el 30 de julio a los países con capital en el banco. Borrell pide que se posponga la elección del presidente del BID hasta marzo del 2021, después de los comicios en Estados Unidos. La crisis del coronavirus –asegura- distrae la atención necesaria para este proceso.
“Estados Unidos debió respetar el acuerdo implícito”
Para Luis I. Jácome, profesor adjunto de la Universidad de Georgetown, la nominación de Claver-Carone, puede entenderse como “una profundización de la agenda política del presidente Trump en América Latina”.
“Lamentablemente, esta agenda política tiende a polarizar y se presta para discriminar entre países”.
Luis I. Jácome
El analista, quien fuera Presidente del Directorio del Banco Central del Ecuador y Subjefe de la División de Política Monetaria y Macroprudencial del Departamento de Mercados Monetarios y de Capital del FMI, opina que Estados Unidos debió haber respetado el “acuerdo implícito” de que sea un latinoamericano o latinoamericana quien presida el BID, como ha ocurrido hasta hoy.
Aun así, no ve viable el pedido de la Unión Europea de posponer la elección. “Me parece que esto debilita institucionalmente al BID y abre la puerta para usar este tipo de mecanismos hacia adelante. Alternativamente, los países deberían ponerse de acuerdo para elegir a un candidato o candidata de la región”.
Para Jácome, el apoyo mayoritario de los países de América Latina a Claver-Carone puede entenderse de dos maneras. “O se identifican con la línea política de la administración Trump, o están a merced de la ayuda que les pueda dar Estados Unidos y, por eso, no dan valor a que sea alguien de América Latina quien presida el BID a fin de optimizar la capacidad de diálogo y el acercamiento a la región”.
La posición de Ecuador –dice el experto- se entendería por razones similares. “Idealmente, Ecuador debió haber estado entre los países que respaldan a una persona de la región para encabezar el BID. Lamentablemente, con una crisis económica descomunal como la que vivimos, quizás no le quedaba otra opción a nuestro gobierno”.
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