A favor y en contra de un acuerdo comercial con Estados Unidos
Los economistas Mauricio Pozo y Alberto Acosta hablan sobre los pros y contras de un tratado con Washington.
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El 12 de febrero, los presidentes Lenín Moreno y Donald Trump manifestaron su intención de llegar a un acuerdo comercial entre Ecuador y Estados Unidos. El anuncio ocurre 17 años después de que Ecuador estuviera ad portas de cerrar un Tratado de Libre Comercio (TLC) con su principal socio comercial.
"En la visita que hizo en 2003 el entonces presidente Lucio Gutiérrez a George W. Bush, en la cual estuve presente, se inició el proceso de un acuerdo. Avanzamos mucho, pero ese gobierno fue destituido por lo que se abandonó la negociación", dice el ex ministro de Finanzas, Mauricio Pozo.
En esa ocasión, así como se espera que ocurra ahora, surgieron voces a favor y en contra de un acercamiento entre los dos países. Este no es solo un tema técnico en materia comercial sino un debate político.
La relevancia de un acuerdo con Estados Unidos radica en el tamaño de la economía de ese país en comparación con la de Ecuador, explica Pozo.
En 2019 el Producto Interno Bruto (PIB) de Estados Unidos sumó USD 21,4 trillones mientras que el de Ecuador fue de USD 107.562 millones, según el Banco Central.
Aunque, para el economista Alberto Acosta el tratado tiene una serie de consecuencias negativas, entre las que se encuentran la inexistencia de acuerdos para la libre movilidad y las restricciones para que Ecuador se mantenga como un país primario exportador.
Crecimiento económico, sectores sensibles, cooperación y soberanía son algunos puntos que preocupan a las partes a favor y en contra.
"Con el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) se perdieron millones de puestos de trabajo en la agricultura en México y lo mismo se repitió años después en Colombia, tras suscribir un TLC", dice Acosta.
Pozo reconoce que en Ecuador, así como en Estados Unidos, hay sectores sensibles que deben ser tomados en cuenta durante las negociaciones, pero considera que el beneficio de tener un tratado es mayor.
En la reunión entre los presidentes de Ecuador y Estados Unidos, Donald Trump manifestó que el nuevo tratado con México y Canadá, el T-MEC, sería el modelo para un TLC con Ecuador.
En ese acuerdo existe una cláusula que establece que los integrantes del pacto deben informar a los otros miembros sobre sus intenciones de iniciar un tratado de libre comercio con países que no operen bajo condiciones de libre mercado.
Ese punto tendría como objetivo limitar el comercio de los aliados de Estados Unidos con China, uno de sus principales competidores comerciales.
Para Acosta, un acuerdo comercial es una estrategia geopolítica, que implica riesgos para Ecuador, como la imposición de normas para proteger las patentes y la propiedad intelectual.
Otro riesgo que Acosta ve es la apertura de una puerta para la biopiratería (el acceso de grandes potencias a los saberes ancestrales) y el desequilibrio para los inversionistas nacionales a causa de los Tratados Bilaterales de Inversión (TBIs).
"En caso de que el acuerdo comercial de Estados Unidos sea una estrategia de ese país, si a Ecuador le conviene no es un problema", rebate el exministro Pozo.
Mientras que Alberto Acosta considera que "se estaría poniendo en riesgo la soberanía nacional".
Para Pozo, un acuerdo no se trata solo de comercio, sino de robustecer la relación entre los dos países.
"Estados Unidos es el mayor proveedor de divisas, uno de los principales destinos de los migrantes ecuatorianos y el generador de nuestra moneda, que es el dólar", sostiene.
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