"De 100 personas que trabajan, solo 16 reciben ingresos mayores a USD 400"
Roberto Castillo, exdirector del INEC y experto en cifras de desempleo y pobreza.
@RoberCastillo_A
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Ecuador ya sabe que un millón de personas pasaron al desempleo desde el inicio de la emergencia sanitaria. Así lo difundió el Instituto Ecuatoriano de Estadística y Censos (INEC) el 8 de agosto de 2020.
“Esta cifra es tres veces mayor de lo que previamente se difundía", explica Roberto Castillo, exdirector del instituto. Él se refiere a las 270.000 desvinculaciones del Seguro Social, que se reportó a mediados de junio.
Por ello, Castillo dice que, sin duda, el mercado laboral ha sido el más castigado por la pandemia de Covid-19. Además, debido a la cuarentena, el INEC cambió su forma de trabajo: no se realizaron encuestas presenciales, sino llamadas telefónicas.
Castillo valora los primeros datos oficiales, pero advierte sobre la confiabilidad de los resultados finales.
¿Cuán graves son las cifras de desempleo?
La información sirve para cuantificar lo que sentimos los ecuatorianos: no es un tema de percepción, sino real. Uno de los primeros mensajes es que este nivel de desempleo implica una cifra mayor a la que difundían los registros del IESS.
¿Por qué hay esta diferencia?
Los registros del IESS dan cuenta solo de aquellas personas que tenían trabajo y cotizaban en la Seguridad Social. No sabíamos cuántas personas eran informales y antes de la pandemia trabajan, pero ahora están en el desempleo.
La encuesta llega a aquellas personas que no son visibles al IESS.
¿Reflejan las cifras la magnitud de la crisis?
En la crisis de 1999 se registró un desempleo urbano del 14,2%. Hoy, al 2020, el nivel estaría en 16,8%. El 2020 es, de lejos, más delicado y complejo de lo que pasó en 1999.
De 100 personas que trabajan, solamente 16 reciben ingresos mayores a USD 400. Hace un año era 38 de cada 100. Eso es muy fuerte.
Otro dato es que hay 1,3 millones de personas que tienen trabajo, pero con cero ingresos porque no les pagan.
¿Ecuador tiene aspectos que agravan la situación?
El problema de la pandemia es global. En Ecuador -por su situación fiscal, la deuda y la corrupción- se agrava la problemática. Estábamos en una situación muy compleja y el coronavirus nos dio un golpe de knock out.
Perú tiene previsto en los próximos tres años inyectar el 10% de su PIB, nosotros no podemos ni el 1%, porque no tenemos recursos.
¿Las dificultades derivadas de la cuarentena afectan los resultados?
Quiero ser propositivo. En Ecuador, así como en las otras oficinas estadísticas de la región, han tenido serios inconvenientes por la cuarentena.
Algunos pudieron reaccionar de mejor manera, implementando estrategias de recolección de información vía telefónica. En el caso de Colombia, la oficina de estadísticas pidió autorización al Gobierno para hacer un trabajo diferenciado, priorizaron las zonas rurales donde no hay aglomeración de personas y pudieron continuar los operativos de campo.
En Ecuador eso no sucedió, ahí se pudo haber hecho algo mejor.
¿Entonces hay una afectación en la confianza del reporte?
La documentación publicada por el INEC no permite tener un criterio técnico, saber si es que esa encuesta tiene la suficiente calidad.
Hay un documento importante que es la cobertura de la encuesta. De acuerdo con la presentación de los resultados solo se llegó a tener un 60% de cobertura lo cual -y para una encuesta telefónica- es bajo. En los otros países de la región ese nivel llega al 80%.
El gobierno anterior alteró la metodología para medir el desempleo ¿impide eso una correcta valoración?
Las estadísticas laborales se producen desde 1987. Hasta 2020, durante 9 ocasiones se ha roto la metodología. Esos cambios están dados por una actualización de las normas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Es un tema que todos los países deben actualizar su metodología.
El INEC desde 2016 viene trabajando en una nueva metodología que no se utiliza aún. Las variables del desempleo no han sido modificadas desde el año 2003.
¿Cuáles son las debilidades de una encuesta telefónica?
La primera limitación es que la muestra cara a cara tiene la posibilidad de tener una mejor interacción con el informante. Hay más tiempo para recabar información y permite al equipo validar ciertas características de la vivienda. Esto determina el nivel socioeconómico del hogar.
"Los pobres no necesariamente tienen un teléfono, entonces normalmente las encuestas telefónicas no llegan a los estratos más bajos".
Roberto Castillo, exdirector del INEC.
¿30 minutos fue mucho tiempo para una encuesta?
En promedio una encuesta del INEC del mercado laboral tomaba alrededor de una hora. De acuerdo con la presentación difundida, ahora cada encuesta tomó media hora y es bastante.
Imagine que a un ciudadano lo llama un joven que dice ser del INEC para que le cuente su vida y cuánto gana. ¿Esto pudo haber afectado la calidad de la encuesta? Sin duda, pero es lo único que tiene el país para conocer los impactos de la pandemia.
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