Estas fueron las operaciones de Ecuagran y Delcorp en el mercado de valores
La Superintendencia de Compañías suspendió a las dos empresas del Catastro Público del Mercado de Valores el 14 de septiembre de 2020.
Fachada de la terminal portuaria de la empresa Ecuatoriana de Granos (Ecuagran S.A.), en Guayaquil, el 10 de septiembre de 2020.
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Ecuagran y Delcorp son dos empresas relacionadas que negociaron papeles en bolsa y que, hasta agosto de 2020, debían USD 1,1 millones a los inversionistas que compraron esos instrumentos financieros.
¿Cómo captaron dinero ambas empresas en el mercado de valores?
Ambas han recaudado dinero de inversionistas institucionales y privados a través de dos tipos de papeles: facturas comerciales y obligaciones a largo plazo.
PRIMICIAS explica quiénes intervinieron en las operaciones y cómo funcionan los papeles para entender el escándalo financiero que protagonizan las dos compañías.
Los involucrados
En el mercado de valores existen una serie de actores que tienen distintas competencias a la hora de emitir títulos y papeles y al momento de negociarlos.
Roberto Palacios Dueñas, profesor de Finanzas de la ESPAE Graduate School of Management de la Espol, explica cuáles son estos actores y cuáles son sus competencias:
Para Palacios uno de los actores que falta en el mercado de valores ecuatoriano es el analista de mercado, un personaje fundamental en mercados más avanzados.
"El analista de mercado es un monitor externo que se ha ganado una reputación como profesional acertado, emitiendo opiniones sobre emisores y emisiones.
Sin la existencia de estos analistas externos, independientes y objetivos, los inversionistas terminan viendo solo una cara de la moneda", explica Palacios.
En Ecuador, si bien cada participante tiene sus competencias definidas, "hay zonas difusas, principalmente en cuanto al monitoreo se refiere y, en otros casos debilidades profesionales" que abren la puerta a los problemas, dice Palacios.
Emitir en bolsa
Todos los actores antes mencionados participan en operaciones como las emisiones de obligaciones de largo plazo de Ecuagran y Delcorp, que pasan por un proceso de oferta pública.
"La oferta pública de valores es la propuesta dirigida al público en general, o a sectores específicos, con el propósito de negociar los valores en el mercado", según la Ley de Mercado de Valores.
Se trata del proceso que deben cumplir los emisores para llegar a los inversionistas, es decir, para venderles sus emisiones de papeles y captar dinero o capital mediante esa operación.
Las empresas o emisores acuden al mercado de valores por varias razones, una de ellas es levantar capital de trabajo o conseguir recursos a tasas más bajas para pagar deudas con la banca.
"Una vez que se cumple todo el proceso de oferta pública, los papeles pueden ser negociados en el mercado de valores", explica Santiago Mosquera, director del Business School de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ).
Mosquera agrega que tanto el emisor como el inversionista entran en la negociación a través de una casa de valores vendedora y de una casa de valores que actúa como compradora, ambas asesoran y representan a cada uno de los participantes.
"Cuando se cierra la transacción, la bolsa verifica que se realice el proceso de compensación. Es decir, que el inversionista entregue el dinero y que el emisor haga el traspaso electrónico de los títulos", dice Mosquera.
Los títulos se encuentran custodiados por el Depósito Centralizado de Compensación y Liquidación de Valores (Decevale).
Entre las competencias del Decevale está el "recibir depósitos de valores inscritos en el Catastro Público del Mercado de Valores y encargarse de su custodia y conservación hasta su restitución a quien corresponda". Así lo establece la Ley de Mercado de Valores.
Pero desde el 18 de septiembre de 2020, y a raíz de escándalos como el del Instituto de Seguridad Social de la Policía (Isspol) y el de Ecuagran y Delcorp, el Decevale se encuentra intervenido.
El Decevale, que pertenece en su mayoría a la Bolsa de Valores Guayaquil, fue demandado por la Superintendencia de Compañías por abuso de confianza.
La acusación se debe a que se habría prestado, en el caso del Isspol, para custodiar acuerdos entre privados, lo que no está autorizado por la ley.
Facturas comerciales
Por otro lado, Ecuagran y Delcorp han negociado en el mercado de valores ecuatoriano dos tipos de papeles: facturas comerciales y obligaciones de largo plazo.
En 2018 las dos empresas comenzaron a negociar sus facturas comerciales entre sí. Esta fue la primera alarma de que algo extraño sucedía.
En 2019 en las facturas de Delcorp apareció un nuevo aceptante: Fertisolubles, empresa cuyo máximo accionista es la misma Delcorp.
Uno de los compradores de facturas comerciales de Delcorp, en las que Fertisolubles actuó como aceptante, es el Instituto de Seguridad Social de la Policía Nacional (Isspol) que invirtió USD 24 millones en estos papeles.
Según la ministra de Gobierno, María Paula Romo, estas facturas comerciales están vencidas e impagas.
La Superintendencia de Compañías ha establecido que Delcorp tiene en circulación USD 26,5 millones en facturas comerciales vencidas.
Las facturas comerciales son valores genéricos de renta fija que las empresas negocian para obtener liquidez antes del plazo de pago de su cliente.
Quienes invierten en estos papeles reciben del emisor una cantidad de dinero y una rentabilidad en un período de tiempo previamente establecidos.
Este tipo de papeles puede ser negociado por cualquier empresa legalmente constituida que tenga un Registro Único de Contribuyentes (RUC).
Las facturas comerciales se negocian en el mercado de valores deben estar inscritas tanto en el Catastro Público del Mercado de Valores como en bolsa.
Bolsa de Valores de Quito.
Las facturas comerciales no necesitan calificación de riesgo ni garantía, además, no pueden tener un plazo mayor a 360 días contados a partir de la fecha de emisión del documento.
Obligaciones de largo plazo
Además de negociar facturas comerciales, Ecuagran y Delcorp también emitieron obligaciones de largo plazo. Por ese tipo de títulos Ecuagran tiene en el mercado USD 20,4 millones en circulación y Delcorp tiene USD 18,2 millones, según la Superintendencia de Compañías.
"Las obligaciones de largo plazo son valores representativos de una deuda, que el emisor reconoce o crea, y que son exigibles según las condiciones de la emisión", sostiene un documento de la Bolsa de Valores de Quito (BVQ).
Pero la sexta emisión de obligaciones de largo plazo de Ecuagran y Delcorp acabó en un escándalo, pues las empresas dejaron de pagar a los inversionistas.
Hasta agosto de 2020, Ecuagran tenía valores vencidos por casi USD 300.000 por la emisión de obligaciones, mientras que la deuda de Delcorp ascendía a cerca de USD 761.000.
Entre los inversionistas perjudicados se encuentran el Banco del Instituto de Seguridad Social (Biess) y la Corporación Financiera Nacional (CFN), así como inversionistas privados.
En ese contexto, la Superintendencia de Compañías suspendió a las dos empresas del Catastro Público del Mercado de Valores el 14 de septiembre de 2020.
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