Termoeléctricas: obsoletas, caras, sin mantenimiento pero necesarias
Durante el Gobierno de Rafael Correa la meta era producir electricidad con generación hidroeléctrica y dejar a las unidades termoeléctricas solamente como respaldo, ahora Celec realiza un estudio para determinar qué termoeléctricas han cumplido su ciclo de vida y deben salir de operación.
El área de Máquina de la Central Miraflores, que está en planes de ser cerrada.
Celec
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Ecuador se ha propuesto que el parque termoeléctrico público del país, que agrupa a 36 centrales de generación, sea “moderno, eficiente y de buen desempeño”. Pero esa intención está lejos de cumplirse.
Las centrales termoeléctricas, que se mueven a diésel, gas natural o fuel oil, atienden el 8% de la demanda interna de electricidad mientras que el 92% restante se produce en las plantas hidroeléctricas, es decir, aquellas movidas por el agua.
Pese a que producen solo una parte de la electricidad que necesita el país, las termoeléctricas son clave especialmente durante las épocas de sequía, pues complementan las operaciones de las centrales hidroeléctricas.
Sin embargo, el deterioro del parque termoeléctrico, así como la falta de tecnología hace que las operaciones y el mantenimiento de estas centrales sean cada vez más más costosos.
En el Plan Maestro de Electricidad, el Estado reconoce que el cambio de la matriz energética pretende el uso preferencial de fuentes renovables de energía, complementado con el uso de fuentes energéticas no renovables, como las termoeléctricas.
Cinco problemas
El viceministro de Electricidad, Gonzalo Uquillas, admite que aunque exista una política para recuperar la capacidad del parque termoeléctrico, hay falencias operativas y técnicas entre las que se destacan:
- Deficiencias tecnológicas.
- Centrales termoeléctricas que funcionan al 50% de su capacidad.
- Centrales térmicas obsoletas.
- Falta de mantenimiento.
- Operación de "ciertas" termoeléctricas que demandan mucho dinero.
Según Uquillas, la Central Esmeraldas I, que fue construida en 1980, no opera con normalidad porque necesita reparaciones en la torre de enfriamiento.
"Estamos dando de baja a todo el parque termoeléctrico obsoleto que ha cumplido con su vida útil. La Central Miraflores, en Manabí, está en proceso de baja".
Gonzalo Uquillas, viceministro de Electricidad
La Central Miraflores, que fue construida en 1979, es una de las más antiguas dentro de las Unidades de Negocio de la holding estatal Corporación Eléctrica del Ecuador (CELEC). Tiene una capacidad operativa de 11,4 megavatios.
Su mantenimiento es costoso. El Gobierno invirtió USD 20 millones en 2009 para la adquisición de una turbina para Miraflores, con capacidad para generar 22 megavatios.
Pese a esa inversión, 11 años después, Miraflores está en la lista de las plantas que deberían ser cerradas de manera definitiva.
"Hay otras centrales que se están dando de baja", dice Uquillas sin revelar los nombres de las termoeléctricas.
Por eso, agrega, “no tiene sentido hacer más inversiones y tener personal, comprar repuestos e incluirlas como parte de los seguros corporativos de Celec”.
El 27 de enero, la Corporación inició el proceso de contratación con Seguros Sucre para que se encargue de salvaguardar sus bienes e instalaciones para el periodo 2020-2021.
Entre los servicios contratados están las pólizas de seguros para las centrales termoeléctricas.
Una autopsia "en vida"
Celec, que a su vez se halla bajo intervención, ha emprendido un estudio de la llamada vida residual para determinar, técnicamente, el estado de las plantas que tiene a su cargo.
Con este estudio busca determinar cuatro cosas:
- Qué unidades termoeléctricas han cumplido su ciclo de vida.
- Qué unidades tienen una tecnología obsoleta.
- Qué unidades presentan altos costos de operación y de mantenimiento.
- Qué unidades termoeléctricas tienen más impacto ambiental.
Una vez que concluya el estudio, lo que se espera suceda a finales de abril, Celec establecerá un programa técnico y económico para decidir qué unidades dejarán de operar.
"Las termoeléctricas que saldrán serán unidades que, por sus condiciones técnicas y económicas, están disponibles para operación pero cuyos costos técnico y de operación son altos".
Vladimir Burbano, subgerente de Producción de Celec
Pero también existe la posibilidad de que las centrales sean reemplazadas por unidades con tecnologías más eficientes, que utilicen hidrocarburos como el gas natural, un plan del que se hablaba desde el gobierno de Correa y hasta ahora no se ha concretado.
Esto permitiría reducir el uso de combustibles importados y de otros derivados del petróleo.
Uquillas afirma que hubo un ahorro de USD 700 millones en 2019 en costos de combustibles como resultado de una reducción en el uso del parque termoeléctrico.
Termoeléctricas son necesarias
El presidente del Colegio de Ingenieros Eléctricos de Pichincha, Fernando Salinas, dice que las termoeléctricas son necesarias y que pueden "encenderse" cuando su oferta de electricidad sea requerida.
Pero hay excesos en los costos de operación de las termoeléctricas y esto sucede porque muchas de ellas ya cumplieron con su vida útil, que es de entre 20 y 25 años, según Salinas.
El director Ejecutivo de la Corporación para la Investigación Energética, Alfreno Mena Pachano, cree que no es bueno tener muchas termoeléctricas por su consumo de combustibles fósiles y subsidiados.
Mena agrega que, por por razones técnicas, para garantizar la estabilidad del Sistema Nacional de Interconectado (SNI), es necesario tener energía térmica en zonas de la costa, como El Oro, Guayas, Manabí y Esmeraldas.
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