El 63% de los niños que no asiste a clases lo hace por falta de dinero
El Ministerio de Educación sostiene que en Ecuador unos 5.000 profesores han perdido el contacto con sus estudiantes.
Un grupo de personas y un niño venden frutas en el centro de Cuenca, el 14 de enero de 2020.
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Por falta de ingresos el 8% de los hogares ecuatorianos que tienen niños de entre cinco y 11 años de edad y un 7% de hogares que tienen adolescentes de entre 12 y 17 años de edad no los han matriculado en el ciclo escolar 2020-2021.
Lo dice un informe de la Pontificia Universidad Católica de Ecuador (PUCE) y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), para el que fueron encuestados 1.805 hogares entre octubre y noviembre de 2020.
PRIMICIAS consultó al Ministerio de Educación la cifra oficial de niños que han dejado de asistir a clases. La respuesta de esa cartera de Estado es que "alrededor de 5.000 profesores han perdido el contacto con sus estudiantes y otros 5.000 (profesores, ndr) ya no reportan teletrabajo" al ministerio.
En promedio en el país cada profesor da clases a 20 niños, explica el Ministerio de Educación.
"Son 10.000 profesores que no nos pueden ofrecer información concreta de qué pasa con sus alumnos".
Ministerio de Educación
¿Cuáles son los motivos de la deserción escolar? En el 63% de los casos los niños abandonaron sus estudios por falta de ingresos, mientras que en el 43% lo hicieron porque no tienen computadora, según el reporte de la PUCE.
En 2020 el 75% de los hogares en el país experimentó una reducción de sus ingresos. Y la situación es más grave en aquellas familias que tienen niños o adolescentes, dice el informe.
La falta de recursos económicos en los hogares ecuatorianos en 2020 se ahondó por la suspensión de la jornada laboral presencial y por las restricciones de movilidad para reducir contagios, lo que desembocó en:
- Caída del las ventas en 18,3% en los primeros 11 meses del año.
- Reducción de la jornada laboral y de la remuneración.
- Pérdida de empleos.
A eso se suman problemas sociales como el hecho de que en el 4,9% de los hogares encuestados con niños o adolescentes se reporta trabajo infantil.
Migración abrupta
Entre las familias que han perdido sus ingresos se encuentra la de Andrés (nombre reservado), quien es padre de tres niños y obrero en una constructora en Quito.
Después de la declaración de la emergencia sanitaria, Andrés vio sus ingresos caer a la mitad, es decir, a casi USD 250 al mes. Esto por la paralización de las obras.
Ante la falta de recursos Andrés tuvo que cancelar su plan de datos móviles para poner Internet en su casa y así garantizar la educación de sus hijos. Aunque eso no ha solucionado los problemas.
"A veces uno o dos de los niños no pueden participar en la clase porque el hermano está usando el celular. Nosotros no tenemos una computadora", explica Andrés.
Y es que, según el reporte de la PUCE, tres de cada cuatro estudiantes se conectan a clases a través de un celular. Aunque eso varía según el estrato socioeconómico de las familias.
La migración abrupta hacia la teleducación ha hecho que el 44% de los hogares con niños califique de regular o mala a la calidad de los servicios educativos.
"Los niños están perdiendo un año de su vida por mala calidad en la educación, por deficiencias en el acceso y por problemas en la comunicación. La mayor parte de los niños reciben las tareas a través de Whatsapp", dice Pablo Samaniego, profesor de Economía de la PUCE.
La percepción de un deterioro en la educación también se debe a que los hogares reportan un menor número de horas dedicadas a las actividades educativas en comparación con las clases presenciales.
Menos vacunaciones
En los hogares con niños la pandemia de Covid-19 no solo ha golpeado a la educación, sino también a la salud, sostiene el reporte.
Un 27,7% de los hogares encuestados, con niños de entre cero y cuatro años de edad, no continuó con los planes de vacunación en los meses en los que se mantuvieron las restricciones de movilidad.
No lo hicieron por miedo al contagio y por el cierre de los servicios de salud, explica el reporte.
En Ecuador entre los cero y cuatro años de edad los niños son vacunados contra la meningitis, la hepatitis B, la influenza, el sarampión y la varicela.
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