Innovación, el ingrediente de emprendimientos que sobreviven en la pandemia
El reporte Global Entrepreneurship Monitor, realizado en 54 países a nivel mundial, introduce la relación entre educación y emprendimientos exitosos. Aquellos negocios, cuyos dueños tienen una instrucción superior, son más resistentes a las crisis.
Ciudadanos en Guayaquil durante la última feria de emprendimientos organizada antes del a pandemia, el 19 de diciembre de 2019.
Cortesía Municipio de Guayaquil
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Antes de la pandemia, Ecuador ya enfrentaba problemas económicos serios.
El Banco Central pronosticaba un crecimiento anual del Producto Interno Bruto (PIB) de apenas el 0,7%. Y con el Covid-19, grandes y pequeños emprendimientos enfrentaron una caída del consumo.
"Estos seis meses de pandemia han puesto al mundo a prueba y esto incluye a los negocios, ya no somos los mismos", dice Adriana Amaya, profesora investigadora de Innovación y Emprendimiento.
Amaya es coautora del informe Global Entrepreneurship Monitor, elaborado por la Escuela de Negocios de la ESPAE.
Este 2020 se analizó cuántos negocios habían sucumbido o cerrado debido a la crisis originada por el coronavirus. Un 24,6% de los encuestados en el país dijeron que cerraron por la pandemia.
Otro 23% indicó que ha sido fuertemente afectado en ventas y que estaría en riesgo de quebrar.
Al margen de las malas noticias, hay emprendimientos que se mantienen a flote, ¿por qué? Amaya explica que los negocios que sobrevivieron son aquellos que tienen una dosis extra de innovación.
"Han sabido reinventarse, y han entendido sobre la marcha el nuevo mercado y sus consumidores", añade la docente.
Según la investigadora, para que exista aquel ingrediente innovador es necesario la presencia de un emprendedor con educación formal y especializada.
A mayor educación, más éxito
En 2019 Ecuador presentó una TEA o Tasa de Emprendimiento del 36,2%. Esto significa que alrededor de 3,6 millones de habitantes pusieron en marcha un negocio.
Pero en este conglomerado predomina el perfil del emprendedor graduado de bachiller. Solo el 22,8% de los propietarios de un emprendimiento ha completado la universidad.
¿Puede la educación influir en la inclinación a emprender?
"En primera instancia, los resultados sugieren que la educación y la TEA están correlacionadas", señala el reporte de la ESPAE.
El nivel de innovación de un producto o servicio es mayor, según el informe, cuando el emprendedor tiene una educación superior y ligada a sectores tecnológicos.
"Un emprendedor con un producto innovador sabe reinventarse y adaptarse a las circunstancias", agrega la docente Amaya.
¿Por qué falta innovación?
Un detalle preocupante de los resultados en Ecuador, según Amaya, es que apenas tres de cada cuatro emprendedores ofertan servicios o productos que no son nuevos en el mercado local.
Mientras que uno de cada cinco venden productos que no existen en tiendas nacionales, pero sí en otros países.
"La falta de innovación muestra que los emprendedores no están enfocados en la necesidad del consumidor, sino en vender", indica la profesora.
En el país, debido a la escasez de empleo, siguen emprendiendo por necesidad. En ese contexto, una persona abre un negocio con la intención de generar riqueza y no para innovar o hacer la diferencia.
Dos historias con final distinto
Armando Recalde tenía un negocio de alquiler de carpas, sillas y otros utensilios para fiestas. Había invertido USD 2.000 de sus ahorros y contrajo un crédito bancario de otros USD 10.000 para comprar un camión repartidor.
El emprendimiento fue creado hace dos años, pero con la pandemia se prohibieron las reuniones sociales, especialmente las infantiles que eran el fuerte de Recalde.
"No he podido vender el camión, que me serviría para pagar ciertas deudas que tengo", dice el emprendedor, graduado de bachiller en un colegio técnico de Guayaquil.
Desde el confinamiento, el negocio está paralizado y Recalde sobrevive con el traslado de mercadería o ayuda en mudanzas.
Hay emprendedores, cuyas historias tienen un final feliz. Diana Carrión abrió un negocio de tortas y dulces hace 14 años. Vende exclusivamente bajo pedido y online, a través de las redes sociales o en la página web.
Graduada de Hotelería y Administración de Restaurantes, Carrión dice que emprendió por una pasión por los dulces. Todo comenzó en la cocina de su casa, pero hoy el negocio da empleo a 16 personas.
"En abril cerré 20 días y las ventas bajaron el 50%, pero aquí estoy he sobrevivido", dice Carrión.
Comenta que una de las razones de esta supervivencia es el modelo que aplicó. "De alguna manera estábamos preparados porque ya entregábamos pedidos en la casa, y con la pandemia potenciamos la venta en el portal web".
Durante el confinamiento, Carrión además se animó a crear un e-book o libro electrónico de recetas. "Esta estrategia nos permitió estar junto a los clientes en medio de tanto dolor", indica.
¿Cómo potenciar estrategias innovadoras? Si bien las materias de Innovación o Emprendimiento se dictan en las aulas, Amaya de la ESPAE, indica que es esencial desarrollar destrezas en los futuros emprendedores para que sepan cuándo y cómo abrir un negocio. Por ello recomienda una revisión a la malla curricular en colegios y universidades.
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