Camarón eléctrico, en suspenso
La industria camaronera podría incrementar su productividad 30% si las operaciones de las piscinas se conectaran a la red eléctrica del país. Así dejarán de usar combustibles fósiles importados y contaminantes, como el diésel.
Trabajador de la camaronera Acuamar muestra un tablero eléctrico.
Cortesía GPS Consultora
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Han pasado dos años desde que la electrificación de las camaroneras comenzó a discutirse, pero desde entonces Ecuador ha logrado que apenas 3.000 hectáreas de un total de 210.000 funcionen con electricidad.
Pese a ello, el camarón ya es el primer producto de exportación no petrolero del país con 1.200 millones de libras vendidas y una facturación de USD 3.200 millones en 2018, de acuerdo con el Banco Central (BCE).
El camarón superó a las exportaciones de banano y los camaroneros lograron ponerse a la cabeza, pese a que los precios están a la baja desde hace cuatro años. Cada libra del producto en el mercado internacional cuesta entre USD 2,87 y USD 2,88.
Si bien la demanda mundial de camarón aumenta a un ritmo de 2% anual, la oferta crece a un coeficiente de cuatro dígitos, debido al desarrollo de la acuacultura en India, Vietnam, e Indonesia.
En este mar a contra corriente, el sector camaronero tiene una salida para elevar su competitividad: usar más electricidad en las fincas donde se produce el crustáceo. Así concluye el estudio Acuacultura del Futuro, de la consultora GPS Group. Una firma que representa a 12 empresas camaroneras.
A finales de 2018 el gobierno levantó el subsidio para el diésel de uso industrial, pero luego llegó a un acuerdo con los camaroneros para otorgarle una compensación con el objeto de reducir el impacto en el alza del precio de este combustible.
La meta es reemplazar los antiguos motores de diésel por equipos eléctricos en el bombeo de agua marina, uno de los procesos de mayor importancia en las fincas camaroneras. Las bombas inyectan agua limpia a las piscinas con el fin de aumentar el nivel de oxígeno.
El bombeo eléctrico significa un aumento de 30% en la producción por hectárea de camarón, dice Patricio Salazar, gerente de la Consultora GPS Group, que elaboró el proyecto de electrificación.
La meta del sector privado y del Estado es electrificar 100.000 hectáreas hasta 2030, lo que supone menos de la mitad de las hectáreas de camarón existentes en el país.
La industria debe superar primero su principal obstáculo: el insuficiente tendido de redes eléctricas que conecten a las fincas camaroneras con el Sistema Nacional Interconectado (SNI).
Una fuente de energía inestable
En la parroquia Taura del cantón Naranjal (Guayas), localizada a 25 minutos de Guayaquil, se encuentra la finca camaronera de Kléber Sigüenza. Tiene 500 hectáreas y demandó una inversión de USD 4 millones.
En diciembre de 2018 hubo un desperfecto en el generador a diésel. La operación se detuvo y Sigüenza perdió 150 mil libras de camarón valoradas en USD 300 mil.
“Nunca he podido utilizar energía eléctrica de la línea de transmisión, porque no hay un tendido desde las subestación de Durán hasta la finca”, expresa el camaronero.
Esta subestación de Durán fue inaugurada en noviembre del 2018 y no cuenta con la línea de subtransmisión conocida como “última milla”, que conecta a las fincas con la subestación más cercana.
Cada subestación se enlaza a su vez al SNI, la red eléctrica que comunica al resto del país.
Para resolver este problema y tender la última milla de red, Sigüenza necesita un permiso del Consejo Provincial del Guayas. Mientras tanto, su camaronera opera al 30% de su capacidad instalada.
El Plan de Electrificación de camaroneras requiere redes de subtransmisión de última milla de 69 mil voltios y de subestaciones que transformen esta electricidad en 13.800 voltios, el nivel de voltaje óptimo para una finca.
¿Cuántos kilómetros de redes faltan para conectar a las camaroneras?
“Se requieren 200 kilómetros de líneas de transmisión, que operen con voltajes superiores a los 13.8000 voltios, para dotar un servicio de calidad a este sector”, responde el gerente de la Corporación Nacional de Electricidad (CNEL EP), Wilfrido Veintimilla.
CNEL es la empresa estatal encargada de distribución y comercialización de electricidad en las provincias de la costa ecuatoriana, y hasta el momento ha construido 30 kilómetros de líneas de subtransmisión o de última milla.
Sin la totalidad de las redes construidas, el plan de electrificación sigue en suspenso.
Electrificación Camaronera, millonaria inversión
Por hectárea un camaronero puede invertir entre USD 1.000 y USD 15.000 en el proceso de electrificación de las piscinas.
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