Amor animal impulsa ventas e inversiones de la industria de mascotas
Entre enero y junio de 2020, 25 industrias crecieron en el país, pese a la pandemia. Una de ellas fue la de alimentos preparados para animales con un 7,4% más en facturación.
Una ciudadano descansa junto a sus dos mascotas en el parque La Libertad, en Cuenca, el 1 de julio de 2020.
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Los perros aman y son amados. A esta conclusión llega el libro de Clive Wynne, fundador de la Sociedad Canina de la Universidad Estatal de Arizona en Estados Unidos.
La manera en que se miran humanos y perros se parece a nivel químico, según Wynne.
Tan grande es ese amor animal que la industria de mascotas crece a un ritmo anual de 6% en América Latina, según un reporte de Euromonitor Internacional. Ecuador, de hecho, supera un poco esa tendencia.
Cifras del Servicio de Rentas Internas (SRI) muestran que las ventas del segmento de alimentos para animales crecieron 7,4% entre enero y junio de 2020, con respecto al mismo periodo en 2019.
Del total facturado, casi USD 60 millones corresponden a la comida para mascotas, como perros, gatos o aves. Esta cifra solo representa la venta en locales especializados o "pet shops".
Si las ventas aumentan, también lo hacen las inversiones. El grupo Bioalimentar destinó USD 2,3 millones este año para adquirir los activos de una fábrica de croquetas o snacks para animales.
Un gasto que se expande
En 2015, a propósito del Día Internacional de los Derechos de los Animales, el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) publicó que los ecuatorianos gastan USD 7,7 millones al mes en productos para animales domésticos.
Dos años después, el mismo INEC indicó que solo en cortes de pelo, y servicios de veterinaria y guardería, el gasto mensual llega a USD 1,6 millones.
Estos datos, según el analista de mercado José Antonio Guevera, muestran que la industria de las mascotas posee un techo infinito, aún en medio de una emergencia sanitaria.
"Las mascotas, especialmente los perros, son considerados miembros del hogar y un padre no deja de comprar comida para su hijo", metaforiza Guevara.
Algo similar opina el presidente ejecutivo de Bioalimentar, Edisson Garzón: "el comportamiento del mercado está obedeciendo a la tendencia natural, ya que como nosotros, los animales de estima no han dejado de ser alimentados, y más aún estando en casa".
A medida que crece este gasto, mejoran las proyecciones para la industria. Para 2022, Euromonitor prevé un aumento mundial de USD 2.000 millones en la venta de productos para mascotas.
Inversión nacional
En julio de 2020, Bioalimentar inauguró su planta AndesFoods, dedicada a la producción de snacks para mascotas.
"Luchamos más de seis meses, tres de ellos en plena pandemia de Covid-19", expresa Garzón en su portal web.
En esta empresa, cuya facturación en 2019 superó los USD 43 millones, el 23% del negocio representa la producción de alimentos para mascotas.
Y según Garzón, hasta terminar el 2020 se espera sea el 25%.
Aunque el grupo ya posee una decena de marcas de comida para perros y gatos, la empresa se amplió hacia la línea de snacks. Por ello, compraron los activos de una multinacional que pretendía cerrar en Ambato. Gracias a la inversión, alrededor de 250 empleos fueron salvados.
Alimento diferenciado
Otro nicho de negocio entre los alimentos para mascotas es la dieta Barf. Se trata de comida cruda biológicamente tratada, y diseñada para un perro o gato según su peso y raza. También hay recetas que se mezclan con vegetales y siempre debe permanecer en refrigeración.
En Guayaquil hay varios emprendimientos dedicados a la comida Barf. Uno de ellos es Barfuss, que invirtió USD 100.000 en una planta de producción ubicada en vía a la Costa, el 50% de la inversión fue capital propio.
Mientras que desde hace tres años funciona Pet Lover, que empezó con una inversión de USD 60.000 también en Guayaquil. Este monto sirvió para cubrir la implementación de una fábrica, bodega y contratación de personal.
¿Por qué preferir una dieta Barf? Según Ignacio Di Paola, dueño de este emprendimiento, los perros y gatos son carnívoros, y su organismo está diseñado para aceptar carne cruda.
"Este tipo de dieta tiene mucha aceptación en Australia, Estados Unidos y Canadá. En Ecuador hace tres años éramos pocos, pero ahora el mercado ha crecido", dice Di Paola.
Señala que la pandemia ha significado grandes retos: las ventas bajaron en un 40% en los meses duros de la emergencia. Además, el alimento es más costoso que una funda de croquetas de marcas comerciales. "Ha sido difícil mantener el negocio, pero una vez que los clientes notan los cambios en su mascota prefieren esta comida".
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