Falta de servicios básicos corta el desarrollo laboral de las mujeres
La mitad del trabajo que se realiza en el mundo no está remunerado. Y, en su mayoría, son las mujeres quienes lo hacen. Las instituciones y los valores sociales inciden en la redistribución de este tipo de tareas.
Las mujeres dedican más horas que los hombres a las tareas domésticas.
OIT
Autor:
Actualizada:
Compartir:
Cocinar, limpiar y cuidar de los niños son todos ejemplos de quehaceres no remunerados. Estas tareas no se cuentan como parte de la actividad económica porque son difíciles de medir en términos de valor de mercado.
A pesar de que su valor económico es sustancial y está estimado entre 10% y 60% del Producto Interno Bruto (PIB) de los países, según el estudio 'Reducir y redistribuir el trabajo no remunerado: políticas más fuertes para apoyar la igualdad de género' realizado por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En el mundo las mujeres dedican 4,4 horas al día a tareas del hogar, mientras que los hombres tan solo 1,7 horas, aunque esta realidad varía según cada país.
En Egipto la distribución de tiempo en los trabajos no remunerados según el género es desproporcionada. Las mujeres dedican 5,4 horas por día a tareas domésticas, y los hombres, apenas 35 minutos.
En Estados Unidos, la mujer destina 3,8 horas a las labores domésticas, mientras que los hombres solo 2,4 horas.
En Noruega, en cambio, la diferencia es pequeña: las mujeres dedican 3,7 horas a tareas no remuneradas y los hombres, 3 horas.
A medida que aumenta el desarrollo económico y el acceso a los servicios básicos, el trabajo no remunerado disminuye, particularmente porque se dedica menos tiempo a las labores domésticas.
El costo de oportunidad de ser mujer
"La mayoría de las veces, las mujeres terminan cargando con las tareas domésticas a causa de limitaciones impuestas por normas culturales y por la falta de infraestructura y de servicios públicos o de políticas favorables a la vida familiar", sostiene el FMI.
Un ejemplo de esto es que en el mundo las mujeres dedican 200 millones de horas al día a recoger agua, según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF).
En países como Mauritania o Yemen un trayecto para recolectar agua y llevarla a casa puede tomar una hora.
Lo que es una actividad cotidiana termina representando un elevado costo de oportunidad para las mujeres. La recolección de agua puede quitar a las niñas tiempo en su educación y, a veces, incluso evitar que asistan a la escuela por completo, impidiendo a futuro que sean parte de la fuerza laboral.
De acuerdo con el FMI, en las economías en vías de desarrollo las medidas que mejoran el abastecimiento de agua, las instalaciones sanitarias, la electricidad y el transporte son críticas para dar oportunidades a las mujeres.
En Ecuador solo el 55% de las mujeres es parte de la fuerza laboral.
OIT
Más políticas para la equidad
Para que las mujeres no dediquen más horas a trabajos no remunerados que los hombres, es necesario que existan mercados laborales eficientes y flexibles.
"Una mayor paridad en las políticas de licencia por maternidad y paternidad puede estimular la participación femenina en la fuerza laboral al facilitar la reincorporación de las mujeres y alentar a los hombres a participar desde temprano en el cuidado de los hijos", dice el FMI.
Islandia es un referente en este tema. En este país la licencia es de nueve meses, de los cuales tres están reservados para el padre.
Otras políticas laborales que se asocian a un menor volumen de quehaceres domésticos a cargo de las mujeres son la flexibilidad horaria y el teletrabajo.
Compartir: