Plan de expansión eléctrico no contempla privatizaciones, dice Energía
El Ministerio de Energía sostiene que sin inversión privada en proyectos eléctricos habrá desabastecimiento del servicio en el corto plazo.
Juan Carlos Bermeo, ministro de Energía, y Gabriel Argüello, viceministro de Electricidad, en una rueda de prensa, el 28 de octubre de 2021.
Cortesía-Ministerio de Energía
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El Gobierno estableció, a través de dos decretos ejecutivos, nuevas políticas para el desarrollo del sector eléctrico, entre las que figura una mayor participación del sector privado.
Por eso, el Gobierno plantea que, en los próximos tres meses, se formularán políticas públicas y se reformará el marco legal y regulatorio para incentivar la inversión privada en distintas áreas de:
- Servicio público de energía eléctrica.
- Servicio de alumbrado público general.
- Servicio de carga de vehículos eléctricos.
- Almacenamiento de energía.
La búsqueda de una mayor participación del sector privado en el desarrollo del sector eléctrico responde al poco margen de acción que tiene el Estado por el déficit fiscal.
"Si el Estado no tiene los recursos para atender, es la empresa privada, es la inversión privada local o extranjera la que asumirá ese rol", dice Juan Carlos Bermeo, ministro de Energía.
Y agrega que "de no producirse la inversión en proyectos eléctricos, en muy corto plazo vamos a tener problemas de abastecimiento. Por eso es urgente la participación, la generación de nuevos proyectos, para atender esa demanda creciente".
"Los decretos ejecutivos de ninguna manera significa privatización".
Juan Carlos Bermeo
Bermeo explica que "privatizar supone la venta de los activos del Estado" y asegura que "en ningún caso, en los proyectos eléctricos que se promueven a través del decreto ejecutivo habrá ventas de activos".
El ministro recordó que desde 2016 se abrió la posibilidad de delegar al sector privado la inversión en proyectos eléctricos, como el caso de la Central Hidroeléctrica Sopladora.
En este momento 21 compañías privadas generan electricidad en el país, según el Ministerio de Energía.
Mayor demanda de electricidad
Actualmente, el Sistema Nacional Interconectado de Ecuador tiene una capacidad instalada de 7.400 megavatios (MW), mientras la demanda llega a cerca de 4.300 megavatios.
Si se analiza solo esos números, la generación parece superior a la demanda, pero hay que tener en cuenta que la capacidad del sistema no siempre está al 100%. Eso se debe a mantenimientos y a la disminución de la generación hidroeléctrica, por la reducción de los caudales entre octubre y marzo, explica Gabriel Argüello, viceministro de Electricidad y Energía Renovable.
La disminución del potencial hidroeléctrico durante seis meses se traduce en mayor generación termoeléctrica e importación de electricidad, es decir mayor gasto.
En ese contexto, el Ministerio prevé que en los próximos 10 años se necesitan unos 6.000 megavatios adicionales para abastecer la demanda nacional, que aumentará por:
- Crecimiento del país.
- Desarrollo del sector minero.
- Electrificación del sector camaronero,
- Necesidades del sector petrolero.
El plan de expansión
Por ese inminente aumento de la demanda de electricidad, al Ministerio de Energía y al Gobierno diseñó un plan de expansión de generación, que está compuesto por energías limpias.
El aumento de la capacidad instalada de electricidad se puede lograr a través del Gobierno, que no tiene recursos, o con la promoción de la inversión privada, insiste Argüello.
Para elevar la capacidad eléctrica el Gobierno tiene un portafolio de 10 proyectos. Entre ellos figuran los proyectos: eólico Villonaco II y III, el fotovoltáico El Aromo y el fotovoltáico Conolophus, que ya fueron adjudicados.
Para finales de 2021 el Ministerio tiene planificado lanzar tres proyectos por USD 1.861 millones:
- Bloque de energías renovables no convencionales, que requiere una inversión de USD 875 millones.
- Bloque de ciclo combinado, por USD 600 millones.
- Interconexión nororiental con el sector petrolero, por USD 386 millones.
Si no se pone en marcha el plan la consecuencia serían el desabastecimiento, que se traduce en cortes de electricidad, lo que se busca evitar, dice Argüello.
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