Millennials y Generación X son los que más acceden a créditos
El tipo de crédito más apetecido es el de consumo, que representa el 43% de todos los préstamos concedidos en el período enero-abril de 2021.
Una persona es atendida en una agencia de Produbanco, en el norte de Quito, en 2020.
Cortesía Produbanco
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El sistema financiero ecuatoriano, es decir bancos y cooperativas, ha otorgado más de un millón de créditos en el primer cuatrimestre de 2021. Eso según un reporte del buró de crédito Equifax.
Las operaciones fueron destinadas a unas 929.000 personas, de las cuales la mayoría, o el 34%, tiene entre 35 y 49 años, es decir, que pertenecen a la las llamadas generaciones X y Millennial.
El segundo grupo que accedió a más crédito es el comprendido por personas cuyo rango de edad oscila entre 24 y 34 años, que representaron el 28% del total.
Les siguen las personas que tienen entre 50 y 64 años, que suman el 19%, los mayores de 65 años, que representan el 5%, y quienes tienen entre 18 y 24 años, que significan un 5%.
Mientras que cerca de 75.000 personas, el 8%, no reportó su edad, según Equifax, que realizó el reporte a partir del análisis de las operaciones reportadas por las Superintendencias de Bancos y de la Economía Popular y Solidaria.
Quienes tienen entre 35 y 49 años acceden a más créditos por una serie de factores, según Miguel Andrés Vergara, analista de la fundación de educción financiera Bien-Estar, entre ellos:
- Son personas con más necesidades financieras, como el pago de vivienda, la alimentación, la educación y el transporte.
- Son el grupo etario con mayor estabilidad económica, porque representan más del 30% de la población económicamente activa (PEA), es decir, que trabajan por lo menos 40 horas a la semana y ganan el salario básico unificado o más.
- Cumplen los requisitos que establecen las entidades financieras para los préstamos, por ejemplo, demostrar que tienen fuentes de ingresos a través de roles de pago o declaraciones de impuestos.
Más consumo y microcrédito
Si se analiza por el destino de crédito, el más apetecido en el primer cuatrimestre de 2021 ha sido el consumo.
Unas 446.000 concesiones o lo que es igual al 43% de préstamos fueron para consumo.
Les sigue el microcrédito, con más de 435.000 operaciones; el crédito comercial, con cerca de 140.000 préstamos, y el hipotecario, con más de 6.600 colocaciones.
En el caso del crédito para la compra de una vivienda se reportan exclusivamente las operaciones del sistema bancario privado. El reporte de Equifax no considera las operaciones del Banco del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (Biess).
Que los créditos más demandados sean consumo o microcréditos tiene relación con el grupo etario que accede a más préstamos, sostiene Vergara.
Una mayor demanda de préstamos de consumo está correlacionada con más necesidades de financiamiento, que las tienen quienes son parte de la generación X y la generación Millennial.
A eso se suma que "cuando las personas tienen estabilidad laboral buscan microcréditos para acceder a capital de trabajo y convertir sus ideas de emprendimiento en una microempresa", explica Vergara.
Por otro lado, los créditos de consumo son préstamos que conceden las entidades financieras a sus clientes para adquisición de bienes o servicios.
Y se entiende como microcrédito a un préstamo de poca cuantía que financia una actividad de la que se espera genere algún retorno en el futuro.
Manejar el crédito
Un tema importante al momento de abordar el otorgamiento de crédito es el pago a tiempo, dice Vergara, quien agrega que para lograrlo hay tener en cuenta las siguientes recomendaciones:
Deuda buena y deuda mala
- Al momento de solicitar un crédito las personas deben analizar si esos recursos se van a destinar a 'deuda buena' o 'deuda mala'. "La deuda buena es aquella que generará un retorno, como un emprendimiento o invertir en la educación", dice Vergara. En cambio, la deuda mala representa gasto, es decir, consumos impulsivos o suntuarios.
Tamaño del bolsillo
- Para que un crédito se pueda pagar a tiempo las personas también deben tener en cuenta su capacidad de endeudamiento. Esto no es más que la deuda máxima que pueden asumir una persona o una empresa sin que esto las lleve a tener problemas de solvencia. Para Vergara, una persona no debe endeudarse si sus gastos ya representan el 80% de sus ingresos, pues ese 20% restante debería destinarse a emergencias y a tener un fondo de ahorro.
Vida útil del producto o servicio
- Por último, las condiciones de los créditos deben asumirse en función de la vida útil del producto o servicio en el que se invertirá el dinero. "No tiene sentido endeudarse por un teléfono que en pocos años se va a depreciar", sostiene Vergara. Y agrega que lo mismo ocurre con el pago diferido del supermercado, que no tiene sentido porque los alimentos se consumen rápidamente mientras que la deuda queda. El diferido se recomienda para gastos de educación, para invertir en un negocio, para adquisición de una vivienda o inmueble, vehículos de trabajo o la compra de bienes durables, como la línea blanca.
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