Defina: "El mercado de valores no es transparente"
En entrevista con PRIMICIAS José Defina, experto en riesgo y profesor del IDE Business School, explica las fallas en el control de las inversiones del Instituto de Seguridad Social de la Policía (Isspol) y de las empresas Ecuagran y Delcorp.
José Defina, experto en riesgo y profesor del IDE Business School.
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"Sin transparencia las leyes pasan a ser instrumentos para la impunidad", dice José Defina, experto en riesgo y profesor del IDE Business School.
Defina se refiere a posibles irregularidades en inversiones realizadas por el Instituto de Seguridad Social de la Policía (Isspol) por USD 532 millones y a los impagos de casi USD 1,1 millones de las empresas Ecuagran y Delcorp frente a sus inversionistas en el mercado de valores ecuatoriano.
En entrevista con PRIMICIAS, Defina aborda las irregularidades que se han detectado en el mercado de valores ecuatoriano en los últimos meses y los cambios que se necesitan ahora.
¿Por qué vemos casos como el del Isspol, además de impagos de las obligaciones de largo plazo de Ecuagran y Delcorp?
Los dos casos son distintos. Por un lado están los impagos de Ecuagran y Delcorp y, por el otro, las inversiones del Isspol en operaciones swap de deuda interna y externa y las transacciones de reporto. Lo que ambos tienen en común es que son síntomas de un problema del sistema.
En los dos casos se evidencian problemas de especialidad y de organización.
José Defina.
Cuando se designa un gerente no solo es por su conocimiento de la parte técnica, sino por su capacidad de organización. Cuando hay irregularidades, estas escalan hasta la autoridad, que tiene su método para verificar y conocer qué es lo que ocurre.
Y, por eso hay organizaciones formales e informales.
¿A qué se refiere con organizaciones formales e informales?
Las organizaciones formales, como la Superintendencia de Bancos, dicen no tener capacidad para sancionar, por falta de respaldo legal. Como el control formal no está bien estructurado, se forman organizaciones informales a través de las cuales una persona va con su cédula y consigue USD 532 millones en inversiones del Isspol.
¿Qué tipo de manejo se está haciendo como para que una persona llegue a tener en sus manos tal concentración de riesgo, qué se regula? El tema es ese, existe normativa pero no transparencia.
¿Por qué dice que no hay transparencia?
¿Qué problemas trae la falta de transparencia?
La norma se interpreta de acuerdo con la información que está disponible en el momento. Por eso, casos como lo que estamos viendo en el Isspol se deben encuadrar en el tipo penal de peculado, porque el peculado no prescribe.
Entonces el problema son los procesos de control, no los instrumentos financieros.
Correcto. Los instrumentos son legítimos y necesarios para que quien necesita dinero pueda obtener financiamiento y quien tiene dinero pueda invertirlo, asumiendo el nivel de riesgo que le convenga.
En el caso del Isspol, la ley establece que las inversiones deben realizarse con prudencia, buscando preservar el activo. Al no haber transparencia ni rendición de cuentas, se empieza a interpretar la ley de manera liberal.
El instrumento puede ser mal utilizado.
La bandera del mercado de valores ha sido la transparencia.
Si los papeles fueran físicos también podrían ser mal utilizados.
Los títulos físicos también tienen problemas. Pero, normalmente, se guardaban en un lugar y cuando se iba a hacer la transacción se sacaban de ahí. No existía el riesgo de que un tercero cogiera fraudulentamente el papel de una persona e hiciera transacciones a nombre del dueño del papel.
No digo que eso haya pasado, pero hablando con expertos legales en mercado de valores se concluye que la falta de transparencia sumada a la desmaterialización abre las puertas para que escenarios así ocurran.
El mercado de valores no es transparente. Las calificaciones de riesgo nos son transparentes. ¿Usted sabe quién designa a los representantes de los obligacionistas? Es el mismo emisor.
¿Hay conflictos de interés en el mercado de valores? Porque el emisor contrata al representante de los obligacionistas, al auditor externo, a la casa de valores, a la calificadora de riesgos.
Correcto.
Y, ¿eso que problemas trae?
Por ejemplo, para banca corporativa los bancos tienen un modelo de calificación de riesgo, dado por la Superintendencia de Bancos, que no es perfecto, pero hace que la evaluación siga un estándar. En cambio en el mercado de valores hay calificadoras de riesgo cuyas metodologías son una caja negra.
Por lo tanto, los inversionistas no se pueden guiar por la calificación de riesgo de un papel en el mercado. El inversionista tiene que hacer su propio proceso de debida diligencia (due dilligence), que es limitado porque le falta información de las compañías inscritas en el mercado de valores.
También hay un problema de capacidad en los inversionistas. Hay comités de inversiones que no están suficientemente informados sobre los contratos que están firmando.
¿Los inversionistas tienen responsabilidades? Porque en las operaciones se podían detectar ciertas fallas.
Existe un incentivo para no revelar las fallas. Se esperaba que esas fallas se arreglaran para que la sangre no llegara al río.
En el caso del BIESS (que invirtió dinero en papeles de Ecuagran y Delcorp) una periodista le preguntó al gerente si había otras inversiones en problemas. ¿Qué haces, transparentas la cartera que potencialmente está en problemas? Por supuesto que sí. Eso no quita que se trate de ayudar a las empresas a salir de los problemas y que se reestructure la deuda.
El público tiene que saber que cuando se invierte en papeles existe el riesgo de que la deuda se tenga que reestructurar.
Pero, una cosa es el riesgo que se sabe que hay cuando se invierte y otra cosa es la estructuración de operaciones para estafar.
Sí. Por eso, en casos como el del Isspol, la norma prohíbe la concentración de riesgo para evitar el riesgo de contraparte y para evitar que haya incentivos perversos. Cuando se concentra el riesgo, el inversionista está más expuesto a un mayor golpe de una posible operación fraudulenta.
Una cosa es la concentración de riesgo y otra la estafa, pero la una mueve a la otra.
¿Qué hacer para que casos como los que estamos viendo no se repitan?
¿Qué reformas hay que hacer en el mercado de valores?
Una reforma que se necesita es que los inversionistas tengan acceso a mejor información para que tomen mejores decisiones.
Además, para cierto tipo de papeles el inversionista debe dejar constancia de que entiende las implicaciones que tienen esas inversiones, que no quede todo en manos de las casas de valores.
Un tercer punto es que los representantes de los obligacionistas no sean designados por el mismo emisor. Incluso sería saludable que las empresas que cotizan en bolsa tengan en su Directorio representación de los inversionistas.
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