El turismo agoniza en las playas de Manabí, por la inseguridad y violencia
Solo en Manta se calculan pérdidas por USD 500.000 diarios. Sectores productivos esperan Carnaval, con cambios en el toque de queda, para recuperarse.
La playa El Murciélago, en Manta, suele ser una de las más visitadas de ese cantón manabita.
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Manabí tiene 350 kilómetros de playas y un sinnúmero de atractivos que la convierten en uno de los destinos costeros preferidos de turistas nacionales y extranjeros. Al menos, así fue hasta antes del brote de violencia con el que comenzó 2024.
Esa extensa costa y su ubicación estratégica son aprovechadas por las bandas del crimen organizado para el tráfico de estupefacientes. Pero esos grupos también cometen extorsión, sicariato y otros delitos asociados al rebrote de violencia.
Tras la declaratoria de conflicto armado interno, Fernando Adatty, comandante General de la Fuerza Terrestre, dijo que Manabí es considerada entre las zonas más críticas, junto a Guayas, Esmeraldas, Los Ríos, Santo Domingo de los Tsáchilas y El Oro.
Eso ha impactado directamente en el turismo. “El golpe de la inseguridad es terrible. Estamos tremendamente peor que en la pandemia”, se lamenta María Eugenia Murillo, presidenta de la Asociación de Hoteleros de Portoviejo.
“Antes del estado de excepción, muchos ya habían cerrado sus negocios, por las extorsiones”, cuenta James Morales, quien ofrece el servicio de delivery en Pedernales.
La violencia en este cantón, con una tasa de 107,16 muertes violentas por cada 100.000 habitantes, ha hecho que los visitantes no lleguen.
La sensación de inseguridad se extiende incluso a sitios más calmados. Un ejemplo de eso es Puerto López, donde la afluencia de turistas también ha bajado, "a pesar de que no hay ninguna incidencia que pueda poner en riesgo la seguridad", dice Ángel Pincay, miembro de la Dirección de Turismo de Puerto López.
Pincay insiste en que "no hay que creer en los mensajes falsos que hablan de cobros de extorsiones por el uso de la playa". Roberto Rivera, jefe de la Policía del distrito Jipijapa donde está Puerto López, dice que no hay reportes ni denuncias al respecto.
En Manabí existen 432 hoteles registrados en el catastro del Ministerio de Turismo. Esto último, significa que en la provincia hay al menos 15.000 plazas de alojamiento.
Por ahora, desde la mayoría de estos cantones se trabaja en la promoción del feriado de carnaval para atraer a turistas, manteniendo eventos en coordinación con la fuerza pública en horarios que respeten el toque de queda.
En las playas de Manabí, ejes viales, comercios, hospitales y zonas consideradas como conflictivas, están dispuestos alrededor de 600 militares y 2.900 policías, según los registros oficiales de la Policía Nacional.
Los pedidos del sector turístico
El sector turístico de Manta y Portoviejo hizo tres propuestas al Gobierno para reactivarse en medio del conflicto armado interno declarado el 9 de enero del 2024 y revertir las pérdidas que, solo en Manta, se proyectan en USD 30 millones durante los dos meses que durará el estado de excepción.
El primer pedido es elaborar un plan de reactivación turística entre las autoridades locales y el Gobierno Nacional; revisar la situación crediticia que arrastran los sectores productivos desde el terremoto del 2016 y la pandemia de covid-19; y, flexibilizar el estado de excepción y el toque de queda.
Marcos Sánchez, secretario de la Asociación de Hoteleros de Portoviejo, habla de pérdidas que ya se cuantifican desde la declaratoria del estado de excepción. "Por ejemplo, un hotel pequeño, estaría perdiendo entre USD 2.000 y USD 3.000". Además, no fluyen los recursos para el pago de las facturas de impuestos, energía eléctrica y sueldos al personal.
Para Paúl Andrade, presidente del buró turístico de Manta y gerente general de Balandra Hotel, el movimiento turístico ha sido casi nulo en los últimos días, al menos en temas de alojamiento no hay un buen registro. "La visita de clientes de otras provincias ha sido baja y eso nos afecta bastante”.
La preocupación aumenta porque a pocos días del feriado de carnaval, las reservas se han cancelado y el turista está a la expectativa a ver qué pasa con las medidas de seguridad.
Andrade cifra que en contexto de violencia y el toque de queda, el sector hotelero de Manta pierde USD 500.000 diarios. En este cantón existen cerca de 120 establecimientos registrados entre hoteles y hostales y unas 4.000 habitaciones.
De acuerdo a datos de la Municipalidad de Manta, en los feriados de noviembre y diciembre de 2023, la ocupación hotelera de la ciudad estuvo en un 90%. Mientras que en Portoviejo, la ocupación hotelera en el último feriado de diciembre (fin de año) alcanzó el 60%.
En el sector de bares, karaokes y discotecas de Portoviejo, la situación es más radical. La atención se ha reducido a cero, por lo que Orlando Murillo, vocero de estos sectores, pide a las autoridades de Gobierno que flexibilice el horario de toque de queda lo más pronto posible.
“Hay familias que dependen de estos negocios nocturnos, están afectadas gravemente" y esperan el feriado como una oportunidad de recuperación.
Murillo contabilizó que en la actualidad en esta ciudad existen 35 locales entre bares,
karaokes y discotecas, una cifra mínima comparada con la de cinco años atrás, cuando había más de 200 establecimientos nocturnos para recibir a clientes no solo locales, sino también un alto número de turistas foráneos.
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