La economía está manipulada, dice la gente en América Latina
El 70% de los latinoamericanos siente que los políticos no se preocupan por la gente, según una encuesta de Ipsos.
Una mujer sostiene un cartel durante las protestas registradas en Ecuador, el 25 de junio de 2022.
EFE
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En los países de Latinoamérica, entre el 60% y 70% de la población considera que la economía está manipulada para beneficiar a los ricos y poderosos.
Lo dice un reporte de la consultora de mercado Ipsos, que mide el sentimiento social y el grado de aceptación del sistema.
La encuesta planteó cinco preguntas a 26.000 adultos en el mundo.
La primera consulta es si la economía de su país está amañada para favorecer a las personas que más tienen.
Existe un consenso generalizado de que esto es así, pues el 64% de encuestados en el mundo respondió de manera afirmativa.
Lo mismo ocurre en Latinoamérica, donde la mayoría de personas percibe que el sistema económico actual no funciona, porque está diseñado para beneficiar a los ricos.
Sin confianza, sin desarrollo
La desconfianza en el sistema económico es preocupante, pues resulta en una menor inversión, empleo y desarrollo, sostiene Fidel Jaramillo, secretario general de Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR) y profesor de la UDLA.
Un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), de enero de 2022, también da cuenta del problema de confianza entre ciudadanos, empresarios y autoridades en la región.
El nivel de confianza en Ecuador es de apenas 10%; en la región es de 13%, que igual es bajo, según el BID.
Cuando la confianza generalizada es baja, es probable que también haya incredulidad de que las reglas han sido hechas para el beneficio de todos, dice el BID.
El efecto túnel
Cuando las personas sienten que las oportunidades no son similares para todos los estratos socioeconómicos se genera frustración entre la población, coincide el exministro de Finanzas, Alfredo Arízaga.
En pocas palabras, según Arízaga, lo que se vive en la actualidad es el 'efecto túnel'.
Se trata de una analogía, del economista Albert Hirshman, para retratar la frustración de las personas cuando, en medio de crecimiento económico, creen que su situación sigue igual, pero la de los otros mejora. Lo que significaría que se ahonda la desigualdad.
Esa frustración es semejante a la que sienten las personas que están en medio del tráfico vehicular y ven que el carril de al lado sí fluye, según el 'efecto túnel'.
Arízaga concluye que la frustración "es el caldo de cultivo para los problemas sociales", como las protestas que han experimentado varios países de la región, como Ecuador, Colombia y Perú.
En junio de 2022, Ecuador vivió 18 días de protestas lideradas por el movimiento indígena.
Las protestas representaron USD 1.115 millones en pérdidas, según cálculos del Banco Central y el Banco Mundial.
'Superman' social
Frente a la percepción de que el sistema no funciona, la respuesta natural de las personas es señalar a los políticos y a las autoridades, dice Ipsos.
Por eso, un 63% de los encuestados por Ipsos respondió que los políticos y los partidos tradicionales no se preocupan por la gente. Ese porcentaje sube al 70% en Latinoamérica.
Al igual que con los políticos, las personas sienten que los expertos no saben cómo vive la gente, según la encuesta.
Pese al descontento y a la desconfianza, la mayor parte de los encuestados cree que la solución es un nuevo liderazgo.
Según la ciudadanía, hace falta un líder fuerte para recuperar a los países dominados por los ricos y poderosos, revela la encuesta.
Esa última afirmación tuvo un apoyo del 59% en el mundo y del 60% en la región.
Aunque, menos de la mitad de las personas en el mundo y en Latinoamérica considera que ese líder deba saltarse las reglas o el 'status quo'.
La percepción actual puede variar dependiendo del deterioro económico, político y social, añade el reporte de Ipsos.
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