El 17% de los jóvenes perdió su empleo en la crisis de Covid-19
Los que lograron salvar sus empleos, en cambio, han visto sus jornadas laborales reducidas en un 23%, asegura la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Trabajadores de una empresa ecuatoriana dedicada a la siembra y venta de legumbres, el 1 de abril de 2020.
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La crisis de Covid-19 ya dejó de ser solo sanitaria para convertirse en económica y social. En ese contexto uno de los temas que más preocupa es la destrucción de empleos, a causa de las restricciones a las actividades productivas y la contracción del consumo.
Si bien la crisis golpea a todos, el daño es mayor para los jóvenes. "Más de uno de cada seis jóvenes ha dejado de trabajar desde el comienzo de la pandemia de Covid-19", sostiene el informe El Covid‑19 y el mundo del trabajo de la OIT.
Durante los meses de confinamiento en todo el mundo, el 17 % de jóvenes de entre 18 y 29 años de edad perdió su empleo.
Antes de la pandemia el desempleo afectaba a 67,6 millones de jóvenes, ahora son 73 millones, lo que equivale a toda la población de Tailandia.
Fernanda (nombre reservado), de 22 años de edad, es una de las jóvenes que se ha quedado sin empleo en Ecuador durante la emergencia sanitaria.
Hace un mes, Fernanda fue desvinculada de una agencia de diseño en Quito ante la disminución de los clientes.
Para subsistir esta joven comenzó a vender pan a domicilio, pero espera en el futuro encontrar un trabajo relacionado con sus estudios.
La destrucción de empleos juveniles durante la pandemia responde a que los sectores más perjudicados, como el turístico o el comercio, son los que tienen más trabajadores jóvenes.
OIT
En Ecuador hasta 2019, más de 116.000 jóvenes se encontraban buscando un trabajo y cabe esperar que esa cifra aumente por los efectos de la crisis de Covid-19.
Hasta el 26 de mayo de 2020, en el país se registraron 118.00 desvinculaciones en el contexto de la pandemia, según el Ministerio de Trabajo.
La bolsa de empleo digital Multitrabajos dice que durante la crisis la búsqueda de empleo en Ecuador se incrementó 25%, mientras que la oferta se contrajo en un 50%.
Andrés, quien pidió mantener su identidad en reserva, es otro de los jóvenes que ha perdido su empleo en medio de la pandemia. En abril fue despedido del estudio jurídico donde trabajaba.
Él esta consciente de lo difícil que será encontrar otro empleo en este momento por lo que va a dedicarse a terminar sus estudios.
Triple impacto sobre los jóvenes
En el caso de los jóvenes, la pandemia de Covid-19 tiene un triple impacto porque "no sólo destruye sus empleos, sino también su educación y su formación, por lo tanto supone más obstáculos en el camino de quienes buscan entrar en el mundo del trabajo o de quienes intentan cambiar de empleo", afirma la OIT.
"Si no tomamos medidas inmediatas y significativas para mejorar su situación, el legado del virus podría acompañarnos durante décadas. Si el talento y la energía de los jóvenes son marginados por falta de oportunidades o de competencias, esto ocasionará un daño al futuro de todos nosotros y hará que sea mucho más difícil reconstruir una mejor economía post-Covid”, declaró Guy Ryder, director general de la OIT.
Y a esto hay que agregar el factor género. Lo que Fernanda y Andrés desconocen es que durante la crisis la probabilidad de que ella pierda su empleo era mayor por el simple hecho de ser mujer.
La crisis de la Covid-19 está afectando a los jóvenes – en particular a las mujeres – con mayor gravedad y rapidez que a cualquier otro grupo
Guy Ryder, director general de la OIT.
La reducción de oportunidades laborales para las mujeres se debe, en parte, a los sectores productivos en los que ellas trabajan.
Si bien las mujeres jóvenes representan menos del 39% del empleo juvenil en el mundo, constituyen casi el 51% del empleo juvenil en los servicios de hotelería y alimentación, el 41,7 % en el comercio al por mayor o al por menor, y el 43,8% en otros tipos de servicios, en particular en el sector inmobiliario.
Es decir, las mujeres jóvenes trabajan en los sectores más golpeados por la pandemia.
La brecha de género, que se expandirá por la crisis, es un problema que el mundo no ha podido superar. Por ejemplo, en 2019 la subutilización de mano de obra fue mayor en el caso de los jóvenes, lo que se agravaba si se trataba de mujeres.
Ese año más del 31% de las mujeres menores de 30 años eran consideradas ninis, es decir, que no tenían la posibilidad ni de trabajar ni de estudiar. La palabra nini es una sigla para "ni trabaja ni estudia".
Mientras que solo el 14% de los hombres jóvenes se encontraba en esa situación.
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