Jóvenes y adultos mayores regresan al núcleo familiar por la crisis
El cambio en la dinámica familiar tendrá consecuencias como mayores niveles de ansiedad y estrés en los jóvenes, frustrados por no poder independizarse, dice Juan Pablo Díaz, especialista en demografía.
Dos mujeres y una niña caminan por Cuenca el 15 de junio de 2020.
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El desempleo, el aumento de las tareas del hogar y el miedo a contagiarse de coronavirus han hecho que los jóvenes y los adultos mayores dejen sus casas o departamentos y se muden con un familiar.
"Estamos experimentando una reorganización en el tamaño de los hogares ecuatorianos", explica Juan Pablo Díaz, PhD en Economía, especialista en demografía y profesor de la Escuela Politécnica Nacional (EPN).
En el caso de los jóvenes la reducción de sus ingresos y el desempleo han hecho que retornen a casa de sus padres para subsistir, afirma Díaz.
A mediados de marzo, Lina -de 28 años de edad- dejó España y retornó a Quito a casa de sus padres. Su motivación fue la incertidumbre de encontrar empleo y por el elevado costo de vida.
El regreso de los jóvenes al núcleo familiar era un fenómeno esperado en la actual crisis, según Franklin Velasco, profesor de la Escuela de Negocios de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ).
"Los nacidos entre 1981 y 1997 son una generación que ha preferido quedarse en casa de sus padres por más tiempo para no endeudarse. Esto se va a acentuar por la pandemia", sostiene Velasco.
Actualmente en el país más de un millón de personas están desempleadas, según las últimas cifras del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
Aunque en esta ocasión la institución no detalló la situación del mercado laboral por edad, Roberto Castillo, exdirector del INEC, calcula que en Ecuador cerca de 300.000 jóvenes de hasta 30 años, no tienen un empleo estable.
Si bien los más golpeados son los jóvenes que se quedan sin ingresos, generalmente los de los estratos socioeconómicos más bajos, el impacto ha sido general.
"El golpe económico lo experimentan todos, por eso los jóvenes de hogares de niveles socioeconómicos altos han abandonado sus estudios en el extranjero y han regresado al país por reducir el costo de vida y cuidar su salud", sostiene Velasco.
Crece la carga familiar
El regreso de los jóvenes al núcleo familiar no sólo se debe a la crisis económica, sino también a los cambios en las dinámicas de los hogares, cuyas responsabilidades aumentaron.
"Por la emergencia sanitaria los niños se han tenido que quedarse en casa mientras los padres deben trabajar, por lo que cualquier persona adicional en el hogar se vuelve una ayuda", dice Velasco.
Ese es el caso de Karla, quien tiene una hija de tres años. Hace dos meses ella decidió dejar su departamento en Quito para vivir con su madre en Imbabura, motivada por la falta de trabajo.
La reducción de ingresos y el cambio en la dinámica familiar no sólo ha impactado a los jóvenes, sino también a los adultos mayores, que ahora viven con alguno de sus hijos.
"En los estratos socioeconómicos bajos la falta de ingresos ha hecho que los adultos mayores tengan que vivir con sus hijos, porque su situación económica se deterioró al tratarse de personas que trabajan en el sector informal", dice Díaz.
En cambio, en los estratos socioeconómicos más altos los hijos han pedido a sus padres mudarse con ellos para controlarlos, por ser grupos de riesgo.
Eso lo experimentó Miriam Proaño, quien después de vivir casi 30 años sola, desde que enviudó, tuvo que mudarse con su hija para disminuir el riesgo de un contagio.
En Ecuador, la mayoría de los fallecimientos por Covid-19, el 59%, son de personas mayores de 65 años.
Disminuye la calidad de vida
Si bien el cambio en la dinámica familiar fortalece el núcleo, también tiene consecuencias como el hacinamiento. Esto se traduce en un deterioro de la calidad de vida de los ecuatorianos.
En cuanto a los efectos psicológicos, ya se ha empezado a ver el aumento de niveles de estrés y ansiedad, según el estudio 'La Cuarentena de los Ecuatorianos'. Lo que podrá aumentar a futuro, especialmente en aquellos jóvenes que querían independizarse y que no pueden hacerlo.
En busca de espacio
En ese contexto, quienes se han mudado a casa de un familiar buscan alternativas para mantener su espacio personal.
Por eso la demanda de 'tiny homes', también conocidas en al región como mediaguas, ha crecido en el país.
En ese escenario, la empresa de productos de acero para la construcción Kubiec vio una oportunidad, por lo que hace un par de semanas empezó a comercializar contenedores prefabricados, que se utilizan como 'tiny homes'.
"Son parecidos a las habitaciones de un hotel, porque tienen espacio para la cama, el baño y una pequeña cocina", dice Henry Yandún, gerente general de Kubiec.
En el país estos contenedores ambientados, cuyas dimensiones son de tres metros por seis metros, van desde USD 5.000 hasta USD 10.000, dependiendo de sus adecuaciones, dice Yandún.
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