Inversionistas, fondos y empleados fueron estafados por Ecuagran y Delcorp
Una persona camina en la planta de Ecuagran, en Guayaquil, el 21 de septiembre de 2020.
PRIMICIAS
Autor:
Actualizada:
Compartir:
En sus 50 años de existencia, el mercado de valores ecuatoriano nunca había sido tan golpeado por un escándalo financiero que arrastra a por lo menos dos empresas, al Depósito Centralizado de Valores (Decevale) y que ha dañado a algunos de los principales inversionistas del país.
Entre los perjudicados están el banco de la Seguridad Social (BIESS), el fondo de pensiones de la Policía (Isspol), la Corporación Financiera Nacional (CFN), el Fondo de Cesantías del Magisterio y hasta la aseguradora estatal Seguros Sucre.
Todo ha ido saliendo poco a poco a la luz desde que las empresas Ecuagran y Delcorp dejaron de pagar sus obligaciones.
Los mayores perjudicados son los inversionistas que compraron los papeles que esas dos empresas negociaron en el mercado.
PRIMICIAS quiso conocer si existen más instituciones o entidades públicas estafadas, pero los representantes de los obligacionistas respondieron que esa información está bajo sigilo bursátil.
Deuda millonaria
Hasta agosto de 2020, los impagos de Ecuagran y Delcorp en el mercado de valores ascendían a casi USD 1,1 millones.
A eso se suma que el Instituto de Seguridad Social de la Policía Nacional (Isspol) invirtió USD 24 millones en facturas comerciales de Delcorp que, según la ministra de Gobierno, María Paula Romo, están vencidos e impagos.
En la negociación de esos valores genéricos Fertisolubles, una empresa relacionada con Delcorp, actuó como aceptante, es decir, que era la responsable de pagar a los inversionistas.
Operaciones al mínimo
Además de los inversionistas, otro grupo golpeado por el escándalo financiero son los trabajadores de Ecuagran y Delcorp.
"El nerviosismo entre los empleados empezó en agosto. Recibí llamadas del mundo financiero de que Ecuagran se viene abajo", dice a PRIMICIAS Cecibel Cevallos, jefe de Recursos Humanos y representante de los empleados de Ecuagran.
Cevallos, quien lleva 30 años en la empresa fundada en 1974, asegura que de los 70 empleados que había antes del escándalo, hoy quedan 59.
(Los empleados) se han ido por voluntad propia.
Cecibel Cevallos, jefe de Recursos Humanos de Ecuagran.
Cuando estalló el escándalo financiero, en agosto de 2020, se conformó el Comité de Empresa para salvaguardar los derechos laborales de los empleados. Ellos quieren mantener a flote la compañía, aunque sea con un mínimo de operaciones.
Cevallos cree que así se podrá pagar la nómina, lo cual se ha cumplido hasta el momento. Aunque ya hay atrasos es en las aportaciones patronales de los dos últimos meses.
Actualmente los empleados responden a Luis Cabezas-Klaere, procurador nombrado por la Junta de Accionistas.
El 1 de agosto de 2020 fue la última vez que se vio en la planta de producción a Enrique Weison, gerente general de la empresa. Su presidente Gad Goldstein iba muy poco a las instalaciones, ubicadas al sur de Guayaquil.
En Ecuagran las actividades se han reducido al despacho del trigo ya almacenado. Al puerto de la compañía ya no llegan barcos y los clientes se han ido.
En esta planta, ubicada en el sur de Guayaquil, se almacenaban malta, trigo, cebada y fertilizantes. Hoy solo están despachando el trigo que tenían allí guardado los molineros de la Sierra.
Fernando Sánchez, presidente de los molineros, confirmó a PRIMICIAS que prácticamente se ha retirado todo el trigo que tenían almacenado en los silos de Ecuagran.
Aunque Sánchez asegura que hay un faltante de trigo, por lo que anuncia que interpondrán recursos judiciales, aunque declinó especificar la cantidad del trigo que no pudieron retirar de los silos.
El despacho se interrumpió por una acción de protección que interpuso la empresa panameña Luzar Trading, pero que no prosperó en los jugados de Guayaquil.
Hasta abril de 2020, Luzar Trading representaba el 62% del total de proveedores de Ecuagran.
Compartir: