Las protestas causaron un daño profundo a la economía y a las empresas en Ecuador
Las dos semanas de paro y desórdenes, entre el 3 y el 13 de octubre de 2019 dejaron consecuencias para la economía y las empresas a largo plazo. Inversiones que estaban por concretarse fueron canceladas y la confianza empresarial cayó fuertemente.
Inversiones en el sector agrícola de la Sierra centro se suspendieron a causa de las manifestaciones.
Ministerio de Agricultura. Twitter
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Negocios que ya estaban en marcha y que iban a significar más inversión privada en el país, cultivos que se perdieron y, sobre todo, expectativas rotas son el legado de dos semanas de protestas violentas y de agresiones contra el sector productivo.
"Las pérdidas no se circunscribieron solo a los días en los que no se pudo producir o vender productos a causa de la paralización, sino que existen consecuencias en cadenas y servicios que se sentirán en las próximas semanas", dice Xavier Rosero, gerente técnico de la Federación Ecuatoriana de Exportadores (Fedexpor).
Hay sectores que perdieron cosechas por completo. Uno de ellos es la producción de brócoli, donde las plantas que toman entre dos y tres meses para crecer se comprometieron por "falta de fertilización y de riego", según la Asociación de Productores Ecuatorianos de Frutas y Legumbres (Aprofel).
Los ataques y pérdidas perjudicaron no solamente los cultivos sino también las expectativas de crecimiento a largo plazo. "Se frenaron las iniciativas para expandir negocios", dice Rosero.
Un golpe a la economía y a la confianza
El golpe asestado a la economía por las manifestaciones y la violencia desplegada en octubre se siente también en el Índice de Confianza Empresarial, calculado por la consultora internacional Deloitte.
Según la firma, la confianza empresarial en Ecuador cayó 17,8% en octubre comparada con septiembre.
En octubre apenas el 5% de los empresarios consideró que el entorno socioeconómico era favorable-estable, evidenciando una caída de 30 puntos porcentuales en comparación con septiembre, cuando el 35% mostraba más optimismo frente al entorno.
La caída "se debe a las protestas y a la expectativa de las nuevas medidas que se vayan a tomar para el manejo económico del país", según el estudio de Deloitte.
El gobierno debió recalibrar su programa económico luego de que las manifestaciones, encabezadas por los indígenas, llevaran al presidente Lenín Moreno a suprimir el decreto 883, con el que se eliminaban los subsidios a la gasolina extra y al diésel.
La medida estaba destinada a bajar el déficit fiscal para 2020 y a reducir el gasto en por lo menos USD 1.500 millones anuales en momentos en que Ecuador ha tenido que optar por un plan de austeridad.
Inversiones canceladas
La percepción que tienen los empresarios sobre la capacidad del país para atraer capital extranjero es desalentadora. El 98% considera que las condiciones para las inversiones y capitales productivos extranjeros no son favorables.
Ecuador necesita la inversión extranjera directa o IED para atraer más dólares a su economía.
"Tras el paro se evidencia la desafección de los inversionistas por Ecuador", dice Pedro José Guarderas, presidente de Ecofroz, empresa productora de vegetales y frutas.
Guarderas agrega que "no solo se protestó contra las medidas del gobierno, sino que se agredió al sector productivo".
Hasta antes de las protestas en el sector agrícola y agroindustrial de la Sierra centro había intenciones de inversión extranjera, pero a raíz de ellas se suspendieron las conversaciones en varios casos.
"Muchas de las inversiones que venían en camino o que estaban en proyección para el próximo año se detendrán de manera indefinida hasta recuperar el músculo productivo", sostiene Xavier Rosero.
Otro de los sectores perjudicados por las protestas es el petrolero.
La llamada Ronda Suroriente para la concesión de varios bloques en el sur del país, cerca de la frontera con Perú, está en espera por la oposición de las comunidades indígenas de la zona.
Mientras que las nacionalidades Zápara y Kichwa ya han manifestado su oposición a la ampliación de la frontera petrolera en el sur.
Espantaron la inversión turística
En el sector turístico también se perdieron oportunidades de negocios, como producto de las protestas y del vandalismo.
En el Centro Histórico de Quito existían conversaciones para convertir un edificio patrimonial en un hotel boutique, pero "se perdió esa inversión", dice Darwin Rosales, profesor de Negocios Internacionales de la Universidad técnica Equinoccial (UTE).
Y añade que "cuando los capitales no se sienten seguros, simplemente no llegan".
Menos ventas, más costos
Al analizar el comportamiento de las ventas, según el informe de Deloitte, el 65% de los empresarios considera que el comercio disminuyó en octubre.
Esto responde a que varios locales y fábricas del país y, sobre todo, de Quito cerraron sus puertas a causa de la inédita ola de violencia que vivió el país.
Las pérdidas solo en ventas del 3 al 13 de octubre ascienden a USD 3.584 millones, según la Cámara de Industrias y la Producción (CIP).
Además, hay poco optimismo sobre una eventual recuperación en las ventas hasta fin de año.
En octubre solo el 49% de los empresarios creía que las ventas acumuladas aumentarían o se mantendrían, lo que significa 39 puntos porcentuales menos que en septiembre.
La ventas bajas, el cierre de vías y la incapacidad de comercializar los productos ocasionó sobrecostos, que "asumen por completo las empresas", según Xavier Rosero, para no perder clientes.
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