Inversiones de México y Guatemala fortalecen al sector agroindustrial de Ecuador
El sector prevé tener un crecimiento de 4,5% en 2021, según la Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas (Anfab).
Un cargamento de arroz se exportó a Guatemala el 12 de septiembre de 2021.
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El cambio de estilo de vida tras la pandemia ha llevado al sector agroindustrial del país a replantearse su hoja de ruta para el negocio. Una oferta más saludable, orgánica y nuevas inversiones figuran en los planes.
“En Ecuador los alimentos procesados representan apenas el 25% del consumo”, dice Christian Wahli, presidente ejecutivo de Asociación Nacional de Fabricantes de Alimentos y Bebidas (Anfab). Por eso el sector considera que la producción orgánica se puede destinar al consumo local y a las exportaciones.
Sobre la inversión en el sector, Wahli dice que hay una fuerte participación de capitales de México y Guatemala.
Una mayor llegada de inversionistas mexicanos hace que el sector esté a la expectativa de la firma del acuerdo comercial con México y con ello a la entrada de Ecuador como miembro pleno a la Alianza del Pacífico, lo que significaría nuevos negocios, sobre todo con Asia.
¿Cuáles son las perspectivas del sector sobre 2021?
Apuntamos a un crecimiento de 4,5%, por las ventas locales y exportaciones.
En ese escenario de crecimiento, ¿hay nuevas inversiones en el sector?
Sí. Por ejemplo, en la industria de bebidas hay una consolidación grande por una inversión de cerca de USD 500.000. También hay una fuerte toma de participación mexicana en la industria cárnica y aparece inversión guatemalteca, porque el sector es exportador.
Si el país mantiene la seguridad jurídica, reduce aranceles y racionaliza procesos, llegará la inversión.
Las exportaciones del país, muchas de ellas del sector agroindustrial, crecen. Pero, ¿qué hacer para que despunten?
Ecuador tiene que posicionarse en los mercados extranjeros a través de la diferenciación. Eso se puede lograr a través de la producción de alimentos orgánicos, cuya demanda se eleva. Otra forma para diferenciarse es enfocarse en el trato justo, que es un factor decisivo para las nuevas generaciones.
Usted dice que hay oportunidades en la producción orgánica. ¿Cómo aprovechar esas oportunidades, ya que, según el Ministerio de Agricultura, apenas el 1% del área nacional cultivada corresponde a productos orgánicos?
Es verdad, la producción orgánica es baja. Eso se debe, en parte, a la falta de personal que promueva ese tipo de producción en Agrocalidad y que haga controles en la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa).
A eso se suma la emisión de un decreto ejecutivo que retiró la obligatoriedad de las cadenas que venden productos orgánicos para que realicen esa actividad económica bajo una certificación. Esa falta de aval puede derivar en engaños al consumidor.
¿Y qué debe hacer el sector privado para ser más orgánico?
Poner la casa en orden, es decir evitar productos químicos que se usan y abusan. Hay productos de protección que son reconocidos como orgánicos, que se deben implementar. Eso significaría más empleo, porque se sustituye a los herbicidas por personas que eliminen las hierbas malas.
También se debe trabajar en la organización, en el cooperativismo. Eso permitiría a los miles de agricultores, que trabajan solos, acceder a canales de compra de insumos, de recepción de tecnología y a créditos.
Tener un ente organizado y controlado facilita el acceso a financiamiento.
Con el sector público también se debe trabajar en a la tecnificación del campo. No hay agricultores certificados en el país. No hay personas que sepan organizar su propiedad, diversificar la tierra, que en parte es una de las causas para el excedente de arroz.
Un problema del sector es la falta de agricultores certificados. Pero, ¿no falta también investigación?
Más que investigación hay ausencia de transferencia de conocimiento y tecnología. ¿De qué sirven los estudios si se quedan en el papel?
Por ejemplo, el 75% del agua potable se destina al campo, pero en el país apenas el 5% llega a las plantas, el resto ser pierde por mal manejo del riego.
Usted habla sobre diversificar. ¿Qué alternativas de producción tienen los agricultores? ¿Qué alimentos tienen potencial?
El consejo que siempre damos a los emprendedores es que prueben primero en el mercado local, para luego pensar en exportar. Algunos productos interesantes son el amaranto, la quinua, el lupino, la pitahaya, la uvilla.
Sobre el tema de financiamiento. El Gobierno ha anunciado, aunque aún no ha concretado, la entrega de créditos con intereses de 1% a 30 años plazo. ¿Eso es lo que necesita el campo?
No. Lo que necesitan los agricultores son seguros para afrontar pérdidas en casos de desastres naturales. Para acceder a recursos se debe incentivar los nuevos mecanismos de financiamiento, como el crowfunding, mecanismo a través del cual se accede a recursos y no se paga intereses.
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