La inversión privada impulsa al sector turístico en Cuenca
El sector turístico es uno de los que mejor se ha reactivado en Cuenca tras la pandemia. Uno de los motores han sido la inversión privada en hotelería y gastronomía.
Turistas al interio del antiguo seminario San Luis, de Cuenca, que hoy es un centro gastronómico.
Xavier Caivinagua
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Los empresarios hoteleros y gastronómicos han invertido grandes sumas de dinero para darle un impulso turístico a Cuenca. Gracias a ese impulso, este es uno de los sectores que más ha dinamizado la economía de la capital azuaya desde el inicio de la pandemia en marzo de 2020.
“El sector turístico privado ha contribuido a embellecer la ciudad”, asegura José Luis Correa, vicepresidente de la Cámara de Turismo de Azuay.
La inversión conjunta supera los USD 15 millones desde 2019, según cálculos de ese gremio. Las inversiones más importantes se han destinado a la apertura de nuevos hoteles y espacios gastronómicos.
En 2019, el gremio contabilizaba 200 establecimientos hoteleros en Azuay, al cierre de 2022, el número subió a 300. Esa cifra incluye hostales y hoteles pequeños, además de los hoteles de cuatro y cinco estrellas.
El número llama la atención porque en el inicio de la pandemia el sector turístico fue el más golpeado por las restricciones de viajes y movilidad.
Alta inversión en restauración
Los empresarios no han escatimado esfuerzos para dinamizar el sector, sostiene Correa: “Se requiere una fuerte inyección económica, sobre todo para renovar las casas patrimoniales, que son el eje de esta reactivación”.
Aunque las instituciones de turismo no cuentan con datos oficiales de la inversión destinada a estos proyectos, sí hay un estimado que toma en cuenta las intervenciones más grandes.
Distintos empresarios destinaron al menos USD 10 millones solo para la restauración de cuatro grandes casas patrimoniales. Tres abrieron sus puertas entre 2020 y 2022.
El representante del gremio explica que eso genera un movimiento económico en varios sectores. Pues los proyectos requieren restauradores, diseñadores, constructores, personal de servicio y proveedores de diferentes áreas.
A eso se suman otras intervenciones, que están por debajo de los USD 500.000 para restaurar espacios patrimoniales más pequeños. Estos funcionan hoy como restaurantes, bares, cafeterías y terrazas.
"Hay una gran inversión en proyectos gastronómicos con fines turísticos", destaca Pablo Villalta, propietario de Distrito, un bar ubicado en la calle Santa Ana, junto a la Catedral de Cuenca.
Explica que estos proyectos requieren una inversión más alta que los establecimientos que solo tienen categoría de resturante. "A eso se suma que en el Centro Histórico de Cuenca hay que hacer una serie de estudios adicionales que encarecen los costos", añade.
Los inversores son, principalmente, grupos económicos locales y emigrantes que han decidido invertir en la ciudad.
En el primer grupo está, por ejemplo, la familia Eljuri, propietaria de la Casa del Parque, que abrió sus puertas en 2020, cuando se empezaron a levantar las restricciones de la pandemia.
Ese proyecto, que consiste en una plaza gastronómica y un restaurante exclusivo en una esquina del Parque Calderón, dio un giro a la dinámica del Centro Histórico y motivó nuevas inversiones, asegura el vicepresidente de la Cámara de Turismo, José Luis Correa.
El hotelero Juan Pablo Vintimilla es otro de los inversores en proyectos gastronómicos. En 2021 abrió el primer 'rooftop' del centro de Cuenca. Desde entonces, otros empresarios han adecuado espacios similares en la misma zona.
Otra inversión fuerte es la que puso el grupo propietario de la cadena de heladerías Monte Bianco para abrir la Casa Firenza, que incluye un restaurante de alta cocina, hospedaje y un 'rooftop'.
Las inversiones se expanden a los cantones vecinos, como Paute. El empresario José Portilla reabrió, en enero de 2023, un ícono turístico de Azuay que estuvo cerrado varios años: una antigua hostería, que hoy se denomina Uzhupud Garden.
Sin mencionar la cifra, el empresario aseguró que su objetivo fue recuperar un espacio que atrae a visitantes nacionales y extranjeros. Portilla considera que es un buen momento para fortalecer la oferta turística, debido al alto impacto que el sector empieza a tener en Azuay.
Migrantes que apuestan por el turismo
Los migrantes y extranjeros también ven al sector turístico como una buena inversión. Entre ellos está la ecuatoriana Maritza Yumbla, propietaria de Itza Hotel Boutique, que abrió sus puertas en 2022.
La empresaria firmó un contrato de inversión por USD 1,1 millones con el Ministerio de Turismo. Además, tiene planes de seguir invirtiendo en la ciudad.
Samuel Ochoa es otro migrante que decidió incursionar en el sector turístico. Él ha invertido más de USD 2 millones solo en la restauración de una vivienda patrimonial. Este proyecto aún está en construcción.
También hay inversiones para mejorar los proyectos que ya existen.
En 2022, Sri Robert y Kira Larson, una pareja de estadounidenses, invirtió USD 200.000 para adecuar una infraestructura de su hostería Tosa Blue Mountain, ubicada en Paute.
El sector público hace su parte
El sector público también se ha sumado a esta ola de inversiones turísticas. El Municipio de Cuenca invirtió USD 1,2 millones en la recuperación del mirador de Turi, uno de atractivos más importantes de Cuenca.
Los empresarios del sector coinciden en que todas estas inversiones han permitido aumentar el tiempo de permanencia de los turistas en Cuenca, porque ahora tienen más opciones.
Además, a lo largo del año, hay un flujo permanente de turistas nacionales, sobre todo de Guayaquil, asegura Pablo Villalta, propietario de uno de los nuevos negocios turísticos de Cuenca.
En 2022 llegaron hast la provincia 683.859 visitantes, según datos del Ministerio de Turismo. De ese total, un 25% fueron extranjeros. Las fechas pico fueron los feriados del 9 de octubre y del 3 de noviembre.
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