Azuay perdió 150 empleos diarios durante el confinamiento
Imagen de archivo del 23 de noviembre de 2017 de la planta de producción de Indurama, en Cuenca.
Cámara de Industrias de Cuenca
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Después de dos meses con las puertas cerradas casi en su totalidad, la industria cuencana intenta levantarse y superar los efectos económicos de la pandemia causada por el coronavirus.
Aunque hacerlo no será sencillo y la detención obligada se saldará con miles de plazas de empleo destruidas. De entrada, la industria cuencana inicia esta etapa con fuertes recortes a la productividad y a la mano de obra.
Según la Cámara de Industrias y Productividad (Cipem) del Azuay, en el sector productivo de esa provincia se perdió un promedio de 150 empleos por día desde que inició la cuarentena. Esto fruto de una reducción en las ventas de unos USD 8 millones diarios.
Bajo esas condiciones, el 18 de mayo de 2020 el sector industrial azuayo reinició sus actividades de forma progresiva. El 95% de las empresas agrupadas en la Cipem ya volvió a trabajar, aunque no al máximo de su capacidad.
Indurama, firma dedicada a la fabricación y exportación de productos de línea blanca -principalmente refrigeradores y cocinas- es una de esas.
En los dos meses del cierre obligado, sus ventas se redujeron en un 95%. Por eso, para reabrir sus puertas, la compañía decidió disminuir su producción en un 60%, lo que implicó la desvinculación de una tercera parte de sus empleados (630, de los 1.800 trabajadores que estaban en nómina hasta antes de la emergencia).
La empresa optó por el despido intempestivo tras llegar a acuerdos con el 99% de los trabajadores.
Según Horst Moeller, gerente de Indurama, esta era la figura legal adecuada para las desvinculaciones, porque permite que los empleados accedan a un mayor beneficio económico para enfrentar la crisis.
Ellos recibirán sus liquidaciones mensualmente, además de cobertura de salud privada y acceso al comisariato de la compañía durante tres meses más.
La industria cuencana queda disminuida
Para Andrés Robalino, presidente de la Cámara de Industrias y Productividad, la decisión a la que se enfrentan los empresarios en estos momentos es muy difícil: “Fue retirar a un grupo de personas para cuando -ojalá- se reactive el sector se los pueda volver a contratar, o enfrentarse al grave riesgo una quiebra”.
Él anima a los empresarios a mantenerse a flote. Dice que de esa forma se puede salvaguardar el empleo y dinamizar uno de los sectores económicos más importantes de la provincia.
La industria manufacturera representa algo más de la quinta parte de toda la actividad productiva del Azuay, un 22%, según datos del Banco Central del Ecuador actualizados a 2018. Además es una de las más importantes generadoras de empleo en esa provincia.
Un estudio realizado por la Facultad de Economía de la Universidad de Cuenca sobre el impacto de la pandemia, plantea que en cualquiera de los tres escenarios analizados, la industria manufacturera es la que más destrucción de empleo podría tener debido a la caída de la demanda.
El siguiente cuadro muestra cuántos empleos se destruirían en cada sector si es que la demanda de los bienes y servicios que producen caería un 10%, 15% o 20%, según el estudio de la Universidad de Cuenca.
Dar clic sobre el sector para visualizar los datos:
Generar una reactivación de por lo menos un 50% o 60% de la productividad no va a depender únicamente de la capacidad de la empresa para producir, explica Robalino.
“Si después de la pandemia, la demanda solo da para producir 50%, no hay ninguna necesidad de hacerlo al 100%, porque significaría invertir en algo que no se va a vender. Es necesario que la demanda se vaya reactivando y eso al país le va a tomar algunos meses”, explica.
Aunque la reactivación depende también de la dinámica de cada sector industrial.
Los que producen bienes que no son de primera necesidad, como la línea blanca o la fabricación de muebles, en estos momentos, ajustarán su producción en más del 50%. Mientras que la mayor parte de la industria alimenticia ha funcionado al 100% durante este tiempo, explica.
Las empresas de bienes suntuarios han tenido una caída de ventas casi total, mientras otras han dado un giro al negocio para sobrevivir. Corporación Azende, dedicada a la fabricación de bebidas como Zhumir, ahora produce alcohol antiséptico.
Luego de la industria, la construcción y el comercio fueron los sectores más afectados en esta crisis, según los datos del gremio empresarial. Entre los tres representan cerca del 50% de la producción en Azuay y generaban el 37% de las plazas laborales antes de la pandemia.
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