Quito: tres indicadores muestran impacto de la pandemia en la economía
Entre enero y julio de 2020 las ventas y exportaciones de las empresas en Quito llegaron a USD 30.395 millones, lo que significa una contracción de 27,31% frente al mismo período de 2019.
Una persona vende en una calle en el norte de Quito, el 17 de junio de 2020.
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Quito es posiblemente la ciudad ecuatoriana más golpeada por la emergencia sanitaria de Covid-19 en términos económicos.
Y existen tres indicadores que dan cuenta de la dimensión del impacto de la pandemia y de las restricciones para individuos y negocios que fueron decretadas desde mediados de marzo para frenar los contagios.
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Ventas
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Entre enero y julio de 2020 las ventas y las exportaciones en Quito llegaron a USD 30.395 millones, lo que significa una contracción de 27,31% o el equivalente USD 11.422 millones menos frente al mismo período de 2019.
La capital es la ciudad con la mayor contracción de ventas y exportaciones en 2020, según el Servicio de Rentas Internas (SRI).
Le siguen Guayaquil y Cuenca, con una contracción de sus ventas y exportaciones de USD 4.407 millones y USD 1.270 millones, respectivamente.
En el caso de Quito, mayo fue el mes en que se registró la mayor baja en las ventas: USD 3.068 millones. A partir de entonces este indicador empezó a mostrar signos de recuperación.
En julio, la caída en las ventas de Quito fue de USD 1.759 millones.
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Empleo
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Aunque en la última Encuesta Nacional Empleo, Desempleo y Subempleo (ENEMDU)-Telefónica, presentada el 8 de agosto, el Instituto Nacional de Estadística y Censos no publicó los principales indicadores laborales por ciudad, la Cámara de Comercio de Quito (CCQ) sí hizo el cálculo.
En junio de 2020 la tasa de desempleo en Quito fue de 22,8%, es decir 7,9 puntos porcentuales por encima de la tasa de Guayaquil y 9,5 puntos porcentuales sobre la tasa de desempleo nacional.
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Impuestos
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La baja en las ventas y las exportaciones, así como el deterioro en el empleo y la reducción de los ingresos de las familias repercuten directamente en el pago de impuestos.
Entre enero y agosto de 2020, la recaudación tributaria en Ecuador disminuyó 18% o el equivalente a USD 1.698 millones frente al mismo período de 2020.
De ese valor USD 1.089 millones se deben a la contracción del pago de impuestos en Quito, la ciudad con la mayor caída de la recaudación tributaria.
Le siguen Guayaquil y Cuenca, con una baja en el pago de impuestos de USD 307 millones y USD 118 millones, respectivamente.
El mes en que más cayó la recaudación tributaria en Quito fue abril, con una contracción de USD 405 millones, según el SRI.
Durante los siguientes cuatro meses el pago de impuestos en la capital se ha recuperado aunque no se puede hablar todavía de crecimiento. En agosto la disminución de la recaudación tributaria en Quito fue de USD 166 millones.
¿Por qué Quito es la ciudad más perjudicada por la pandemia, en términos económicos? PRIMICIAS consultó a dos expertos que explican las razones.
Las razones del golpe
Tres factores hicieron que Quito fuera la ciudad económicamente más golpeada por la pandemia:
- Cerca del 50% de sector público y sus empleados están en Quito.
- La mayor parte de los ingresos por concepto de ventas y de exportaciones provienen de actividades que fueron sujetas a restricciones, como el comercio.
- La extensión de la etapa de aislamiento físico para prevenir contagios.
"Quito es la ciudad que más depende del gasto público porque gran parte del aparataje del Estado está aquí. Cuando el Estado disminuye la jornada laboral, hace recortes o no paga salarios los funcionarios deben contraer su consumo", explica el analista económico Iván López.
López agrega que lo que está experimentando Quito es una especie de círculo vicioso, porque el recorte de personal en el sector público significa menos consumo, que se traduce en una contracción de las ventas y en el pago de impuestos. Y, si el Estado tiene una menor recaudación tributaria tiene menos ingresos, lo que significa menos empleo.
En eso coincide Carlos Zaldumbide, director ejecutivo de la Cámara de Comercio de Quito (CCQ), quien agrega que el consumo también se ha contraído por la deuda que tiene el Gobierno con sus proveedores de bienes y servicios. Son empresas que han tenido que cerrar o despedir personal.
Según información del Ministerio de Finanzas, la deuda con los proveedores privados asciende a USD 490 millones.
Zaldumbide afirma que el golpe en Quito ha sido mayor porque la ciudad depende especialmente del comercio al por mayor y al por menor.
"El comercio se contrajo por la disminución del consumo de los hogares y por la suspensión de la jornada laboral en los primeros meses de la emergencia sanitaria", dice Zaldumbide.
Entre enero y julio de 2020, el comercio fue la actividad que tuvo una mayor contracción en ventas, las que cayeron USD 6.280 millones, según el SRI.
El tiempo que tardó Quito en superar de la fase del aislamiento físico y pasar a la de distanciamiento también ha aplazado la reactivación económica de la capital.
Quito pasó a semáforo amarillo el 1 de julio de 2020, es decir 42 días después de que lo hiciera Guayaquil.
¿Cómo reactivarse?
Si bien la economía se está reactivando, lentamente, por la flexibilización de las medidas de distanciamiento físico y de movilidad, eso no será suficiente.
Los dos expertos consultados dan algunas recomendaciones para dinamizar la economía de la ciudad.
Para López en este momento las empresas deben hacer alianzas para disminuir costos y riesgos.
Y hay que trabajar para que los productos ecuatorianos sean más competitivos, para que la balanza comercial con ciertos mercados, como el chino, deje de ser deficitaria.
Para Carlos Zaldumbide el uso del espacio público es una alternativa para que los restaurantes puedan aumentar los aforos y, por lo tanto, su facturación.
López y Zaldumbide coinciden en que tanto Quito como Ecuador deben adoptar más tecnología para ganar eficiencia y cuotas de mercado.
"Se debe promover la llegada de turistas internacionales para incentivar el consumo. Para minimizar los riesgos de contagio existen aplicaciones digitales que usan blockchain para saber si las personas tienen pruebas PCR", concluye Zaldumbide.
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