Ambiente inicia reversión de permiso de uso de agua a Hidrotambo
Una resolución del Ministerio de Ambiente, de 2019, dio un plazo de dos años a Hidrotambo para la reconstrucción de la central hidroeléctrica.
Obras de captación de la Central Hidroeléctrica San José de Tambo, cantón Chillanes, provincia de Bolívar.
Cortesía Proyecto Socioambiental Dulcepamba.
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La reversión de la autorización de uso y aprovechamiento de agua a Hidrotambo, operadora de la Central Hidroeléctrica San José del Tambo (provincia de Bolívar), es uno más de la serie de procesos legales a los que se ha enfrentado la compañía en sus siete años de operación.
Pero, de hacerse efectiva, sería el de mayor impacto para la empresa, porque implicaría la paralización de la hidroeléctrica, que tiene una capacidad instalada de producción de energía eléctrica de 8 Megavatios (Mw), en dos turbinas.
El proceso fue iniciado por el Ministerio de Ambiente, Agua y Transición Ecológica, en agosto de 2022, por incumplimiento en las condiciones establecidas en la autorización.
El procurador de Hidrotambo, Juan Carlos Escobar, asegura que el proceso tiene una serie de inconsistencias legales que han dado a conocer al Ministerio de Ambiente.
"Hemos llegado a la fase de la inspección y agotamiento de pruebas. Estamos a la espera de que la autoridad emita su resolución. De ser negativa, se impugnará ante el Tribunal Contencioso Administrativo", dice Escobar.
Para Escobar, una reversión de la autorización significaría una modificación a las "reglas de juego" estipuladas en el contrato que firmó Hidrotambo con el Estado, en marzo de 2012, en el que le autorizaron la generación de energía eléctrica.
"El propio Estado nos está restringiendo una actividad económica", añade Escobar, quien detalla que hasta ahora la inversión de la empresa asciende a USD 22 millones.
El Ministerio de Ambiente dijo que no puede responder preguntas sobre Hidrotambo por ahora para no adelantar ningún criterio sobre la resolución que deben emitir por la autorización de uso de y aprovechamiento de agua a la empresa.
Desviamiento del río
La madrugada del 20 de marzo de 2015, los habitantes de San Pablo de Amalí, fueron sorprendidos por la crecida del río Dulcepamba, que arrasó con todo lo que estaba a su paso.
Las familias que vivían en las cercanías del río fueron las más afectadas. Glenda Cuji Pala, Carmen Quinatoa Guerrero y Elkin Albuja Quinatoa, no sobrevivieron a la tragedia. Además, 12 casas fueron destruidas.
Darwin Paredes, habitante de San Pablo de Amalí y miembro del proyecto socioambiental Dulcepamba, asegura que fue el desviamiento del cauce del río, ocasionado por las obras de captación de la hidroeléctrica, lo que ocasionó la fuerte inundación.
"El río Dulcepamba fue desviado de su cauce natural hacia la izquierda, es decir, hacia la comunidad San Pablo de Amalí. Para lograrlo, Hidrotambo elevó el nivel del suelo del río", explica Paredes.
El comunero recuerda que, antes, el río tenía una llanura aluvial de unos 100 metros de ancho, donde depositaba los escombros que traía de arriba. "Desaparece la llanura y es reemplazada por las obras de cemento. El ancho del río ahora es de unos seis metros".
"El material pétreo tapona el río, causa una laguna y se inunda. En tan solo 15 minutos se va hacia las casas, carreteras y cultivos que están cerca", continúa Paredes.
Desde 2015, en los meses más fuertes del invierno, entre marzo y abril, el río se ha desbordado al menos unas cinco veces. La última vez fue el pasado 9 de marzo de 2023.
Cada vez que esto ocurre, la parte baja de San Pablo de Amalí queda incomunicada, porque la vía que conecta con San José del Tambo, del cantón Chillánes, es lo primero que se inunda. La comunidad ha pasado hasta tres semanas incomunicada.
"Esto ha cambiado la forma de vivir las personas, se vive en zozobra en el invierno. Ahorita hay unas 10 casas que están a muy pocos metros de distancia del río, entre uno y cuatro metros, producto del desviamiento del cauce", dice Paredes.
Reciente inspección
Un informe de la Secretaría de Gestión de Riesgos, de marzo de 2023, dice que las condiciones cambiantes que se han experimentado en la comunidad están relacionadas con el cambio del cauce del río, desde "un cauce estable a uno irregular".
Además, concluye, que hay un área con viviendas vulnerables a socavamientos por la erosión que prova el río, el cual es "proyectado hacia las casas" por las obras de captación de Hidrotambo.
La Secretaría dice que en su inspección, realizada el 12 de marzo de 2023, no evidenció obras de mitigación alrededor de las instalaciones de Hidrotambo, que protejan a la comunidad ante eventos adversos.
La entidad gubernamental estima que la empresa sí tiene "algún grado de responsabilidad" en el aumento del riesgo que viven las comunidades del sector.
Por ello, recomienda al Ministerio de Ambiente que considere el riesgo de inundación como efecto de las actividades de Hidrotambo, con el fin de exigir medidas de mitigación en las riberas donde se asienta la población de San Pablo de Amalí Alto y Bajo.
¿Qué dice Hidrotambo?
El gerente general de Hidrotambo, Frankin Pico, niega que la central hidroeléctrica sea la causante del desviamiento del río Dulcepamba y de las inundaciones ocurridas desde 2015.
Pico reitera que la "fuerza de la naturaleza" es la causante del desvío del río en la zona de captación. "Nosotros no hemos desviado el río, fue la naturaleza".
Además, desmiente que la empresa haya hecho un "muro de escolleras" que, según el informe de la Secretaría de Riesgos, ha modificado y obstruido el flujo natural de las aguas del río.
Esta observación de la Secretaría de Riesgos ya la había hecho la Universidad Regional Amazónica Ikiam y la Defensoría del Pueblo.
Un informe de la Agencia de Regulación y Control de Energía y Recursos Naturales No Renovables confirma esa versión. La Agencia aseguró en agosto de 2022, tras una inspección, que Hidrotambo no construyó ni amplió un muro en la zona de captación.
"Lo que se pudo observar es que la obra de canal del caudal ecológico está taponada por rocas, troncos de árboles, plantas. Se presume que puede ser por el arrastre de material ocasionado por las lluvias y las crecidas del río Dulcepamba", dice el informe de la Agencia.
No obstante de eso, Riesgos pide a Hidrotambo el retiro del muro y la realización de una obra de ingeniería civil, que permita la protección de viviendas, de sus obras de captación y el reencauce del río sobre su posición natural, en el lado derecho de la cuenca.
Proceso paralelo
Mientras espera la resolución sobre autorización de uso del agua, Hidrotambo debe cumplir con las obligaciones estipuladas en la resolución N° 2018-008 del Ministerio de Ambiente, de octubre de 2019, como son:
- Rediseño y reconstrucción de las obras de captación, regulación y conducción de caudales en el río Dulcepamba. El plazo otorgado para la presentación y la aprobación del plan de rediseño fue de seis meses. Para la construcción, de dos años.
- No usar la totalidad del caudal del río Dulcepamba en época seca.
- Fijar el caudal ecológico del río en 1,46 metros cúbicos por segundo, en todo momento. Esto implica un incremento del caudal, que anteriormente debía mantenerse en 0,27 metros cúbicos por segundo.
- Plan de conservación de la cuenca, con la participación de todos los concesionarios de las aguas, a través de la reforestación de la zona, en un plazo de dos años.
Han pasado más de tres años y medio desde que se emitió la resolución. Pero, según Hidrotambo, los plazos estipulados comenzaron a correr desde agosto de 2022, cuando la Corte Constitucional inadmitió el último recurso de protección solicitado por la firma.
El procurador de Hidrotambo, Juan Carlos Escobar, asegura que el 12 de septiembre de 2022 presentaron un plan de acción al Ministerio de Ambiente y que están a la espera de la aprobación. La empresa no dio detalles sobre el plan de rediseño de las obras de captación.
Sobre el caudal exigido, el gerente de la empresa, Franklin Pico, dice que esto provocará una disminución de la producción de energía eléctrica de la central hidroeléctrica.
Para alcanzar los 1,46 metros cúbicos por segundo de caudal ecológico, es necesario el rediseño de las obras, explica Pico.
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