Hay responsables del desastre del poliducto Pascuales-Cuenca que siguen impunes
Imágenes de la plataforma de tanques de la Terminal de Productos Limpios de Cuenca.
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El riesgo de colapso de la principal terminal de combustibles del poliducto, que fue entregado parcialmente hace cuatro años, y una serie de anomalías, como equipos viejos instalados como si fueran nuevos, sazonan esta disputa que ya se ventila en tribunales.
En entrevista con PRIMICIAS, el gerente general de Petroecuador, Pablo Flores, controvierte los argumentos de Odebrecht, reconoce que aún hay responsables de este desastre trabajando dentro de Petroecuador.
Mientras que Odebrecht ya demandó a Petroecuador por USD 174 millones, la petrolera estatal demandará a la brasileña en febrero y se encuentra calculando el monto, lo que incluye costos de reparación, lucro cesante, gastos legales y daños y perjuicios.
Odebrecht alega que no hubo sobreprecio en el Poliducto. ¿Qué dice Petroecuador?
En 2013 se firmó el contrato con Odebrecht para la construcción del Poliducto Pascuales-Cuenca. Es escandaloso y directamente imputable a Odebrecht el tema de los valores con los que nacen los presupuestos. Allí hay un semáforo rojo y alertas importantes.
El presupuesto referencial empezó en USD 272 millones, el valor adjudicado fue por USD 369 millones y el monto final del contrato por concepto de construcción, es decir, dejando a un lado a los demás actores que intervinieron en el proyecto, fue de USD 464 millones.
ABS Group la empresa que Ecuador contrató a través del PNUD para evaluar el poliducto dice que una obra similar debería haber costado unos USD 250 millones. Hay un sobrecosto de 150%.
Algo no estuvo bien contemplado, diseñado ni presupuestado, y eso es una responsabilidad compartida con Odebrecht.
Odebrecht ha demandado a Petroecuador, dice que no tiene la culpa y que solo se encargó de la construcción, mientras que la ingeniería básica y el estudio de suelos fueron comisionados por Petroecuador a una empresa nacional. ¿Es verdad?
La responsabilidad es compartida con las empresas que, en su momento, tuvieron la tarea de presentar los estudios. Caminosca, no hizo un buen trabajo, por eso Petroecuador interpuso una demanda contra ella por USD 150 millones.
Tenemos la fiscalizadora, que es la empresa EGIS International, a la que esta administración le declaró la terminación unilateral del contrato a finales de 2019, porque tampoco cumplió.
Hay varios participantes externos y también los hay en Petroecuador. Hubo una pobre administración del contrato.
No descarto que a futuro encontremos más personajes dentro de Petroecuador. Por el momento, los que han sido identificados han sido desvinculados.
Odebrecht puede decir que no tenía los estudios de la manera en que hubiera deseado, pero su obligación contractual mínima era revisar y validar esos estudios. Tendrían que habernos advertido que no podían construir la obra en esas condiciones y no lo hicieron.
Odebrecht dice que las deficiencias en los estudios aumentaron el costo y que advirtió a Petroecuador de esto.
Hay exámenes especiales de la Contraloría General del Estado, por ejemplo, el que cubre el periodo entre el 1 de mayo de 2016 y el 30 de abril de 2019, que dice que Odebrecht no realizó un estudio complementario y pormenorizado de la existencia de agua en el suelo donde se construyeron las plataformas para la Terminal de Productos Limpios de Cuenca.
Incumpliendo el objeto del contrato de construcción en dos numerales en cuanto a la revisión y validación de los estudios.
Entonces hay una responsabilidad directa de Odebrecht, que la señala la Contraloría, en función de las obligaciones que estaban en el contrato.
La constructora afirma que el único sitio del poliducto con problemas es la Terminal de Cuenca. ¿Es cierto?
Lo más dramático, lo más crítico y lo que nos ocupa la mayor parte del tiempo es la Terminal de Cuenca, pero todo el sistema del Poliducto Pascuales-Cuenca, con sus 215 kilómetros, fue hecho de manera deficiente. Tanto que cuando hicieron la entrega provisional, el poliducto funcionaba al 50%.
Fue la administración de Petroecuador la que levantó la capacidad operativa del poliducto al 100%.
¿Cuáles son los principales daños que encontraron?
La mecánica no funcionaba bien. Encontramos que ciertos componentes del bombeo eran un color o de otro, o sea, que eran piezas de segunda y de tercera mano y eso lo tuvo que reemplazar Petroecuador.
Odebrecht era la responsable de manejar a los subcontratistas, a los proveedores de estos equipos y eso es parte de nuestro análisis sobre daños y perjuicios para la demanda que vamos a presentar.
¿Es culpa de la constructora o de la empresa que hizo los diseños?
Desde nuestro punto de vista es el constructor el que tenía la responsabilidad al final de entregarnos un poliducto que funcionara con la capacidad de bombeo diseñada y contratada. Eso no sucedió.
Si el poliducto funcionaba al 50% y había problemas serios hasta en las válvulas ¿por qué se le recibe parcialmente la obra a Odebrecht?
El objetivo del poliducto es entregar gasolina en tres provincias del sur del país que son fundamentales. Teníamos la obligación de no interrumpir el abastecimiento de combustibles hacia esas zonas, no había otra opción.
No había un plan B que permitiera a Petroecuador decirles que no se aceptaba la obra y dejarla abandonada.
Con semejante cantidad de dinero invertida en el poliducto, nuestro enfoque es buscar alternativas para que esa inversión no se pierda por completo.
¿Consideró alguna vez Petroecuador declarar a este poliducto de USD 623 millones como pérdida total?
Fue una de las alternativas. Después de hacer la auditoría de la obra, ABS nos dijo que había dos opciones. Para determinar cuál opción tomar primero era necesario profundizar los estudios geotécnicos y para esto contratamos a la EPN Tech.
Los desenlaces posibles eran: rescatar y rehabilitar la Terminal de Productos Limpios de Cuenca, si los estudios de suelo decían que era posible, o abandonarla porque repararla nos iba a salir más caro que hacer una nueva.
Afortunadamente, no se materializó el peor escenario, pero la situación sigue siendo delicada.
La empresa brasileña dice que no sabía de la existencia de agua subterránea en el sitio donde construyó la Terminal y que fue el terremoto del 16 de abril el que la hizo aflorar.
Es una aseveración ofensiva. La terminal fue construida básicamente sobre una quebrada. Debajo hay un afluente y corredores de agua. No es por el terremoto que de pronto comenzó a aflorar el agua.
Una de las conclusiones a las que llega el estudio de EPN Tech es que el agua siempre estuvo allí, que se puede encontrar a menos de un metro de profundidad en algunos sitios.
Pablo Flores, gerente general de Petroecuador.
Ya lo dijo la Contraloría, que Odebrecht no realizó un estudio complementario de la existencia de agua en el sitio.
Era evidente a simple vista que no había compactación de la tierra, que el suelo era arenoso y arcilloso y que se desplazaba. Señales de la existencia de agua subterránea.
¿Debió la constructora advertirles sobre las anomalías del suelo?
Evidentemente. No recuerdo, en toda mi carrera, haber visto un contratista que siga adelante con la construcción de una obra bajo el pretexto de que, como los estudios estuvieron mal hechos, no tiene responsabilidad. Entregar una obra en el estado en que lo hicieron es inadmisible.
La constructora dice que pagó de su bolsillo a una empresa para que hiciera los estudios adicionales, que encontraron agua y lo advirtieron a Petroecuador por escrito.
El 17 de agosto de 2015 Petroecuador suscribió un contrato complementario al contrato principal con la fiscalizadora EGIS International para realizar estudios geológicos y geotécnicos, para asegurar la estabilidad de las plataformas en la Terminal.
La fiscalizadora no cumplió ese objetivo contractual, según los informes de Contraloría.
Pero la misma Contraloría dice que no existieron técnicas de construcción eficientes y eficaces, lo cual es imputable a Odebrecht.
Hay una responsabilidad compartida de EGIS y Petroecuador. Pero aún así Odebrecht tenía la obligación de encontrar alternativas y no lo hizo.
Según Odebrecht, después de la entrega provisional de la obra Petroecuador no hizo nada y dejó que el poliducto se deteriorara durante cuatro años.
Falso. Hemos realizado trabajos de reparación hasta donde nos lo permiten los recursos que tenemos. Jamás nos quedamos cruzados de brazos.
No podíamos poner en marcha era una solución integral de fondo porque primero necesitábamos tener la información de ABS, que la obtuvimos en enero de 2019, y luego había que complementarla con el estudio de EPN Tech, que nos llegó hace poco.
Tampoco es cierto que hayamos mantenido llenas las esferas de almacenamiento de GLP. Apenas determinamos que había riesgo, evacuamos el producto.
¿Significa que el poliducto no está transportando GLP?
Estamos transportando el GLP en autotanques y eso nos genera un costo adicional que será parte de los valores incorporados en nuestra próxima demanda por daños y perjuicios contra Odebrecht, incluiremos también el presupuesto de reparación del resto de la Terminal de Cuenca.
La demanda va a incluir el presupuesto de reparación que calculó EPN Tech y que es de al menos USD 32 millones, los USD 5 millones que ha gastado Petroecuador en reparación, etcétera.
Nosotros anticipamos que la demanda se presente en febrero.
Todo lo que pudimos hacer se hizo y no hemos dejado de bombear combustibles un solo día, no ha habido desabastecimiento. Es un mérito del equipo de Petroecuador.
Además de lo evidente ¿Qué daños y perjuicios hay?
La razón de ser de este poliducto era generar un ahorro anual de USD 25 millones al enviar los combustibles al sur del país por el ducto y ya no en autotanques.
Tendremos que determinar si realmente se ahorró ese dinero. Sabemos que no porque no funciona la terminal como estaba previsto.
El hecho de que el poliducto funcione al 100% no significa que estemos ahorrando lo que tendríamos que haber ahorrado. Porque hemos hecho remiendos y soluciones parche, entre otras cosas.
Estoy indignado. No solo estoy defendiendo a Petroecuador sino que es un tema de país. Esto fue un golpe muy fuerte para Ecuador.
Pablo Flores, gerente general de Petroecuador.
Otra de las promesas de esta obra era que, al dejar de usar autotanques, íbamos a tener una reducción de emisiones de CO2, es un daño ambiental que será parte de nuestros cálculos de costos en la demanda.
Odebrecht propuso cruce de cuentas y dice que le deben dinero.
La posición de ellos era que Petroecuador terminara de pagarles las facturas para que realizaran la reparación de una terminal que ya se caía a pedazos en ese momento. La posición de Petroecuador es que en la liquidación contractual ellos nos deben dinero a nosotros.
Odebrecht pretende un cruce de cuentas para decirnos que les debemos USD 184 millones. Esto es inadmisible.
¿Tenía Odebrecht un estudio de cómo arreglar la Terminal de Cuenca cuando lo propuso?
No lo he visto. A la Politécnica le costó 12 largos meses de estudios y de pruebas para llegar a proponer una solución para salvar la Terminal.
¿O sea que fue un ofrecimiento en el aire?
Yo lo veo así. Solo se puede llegar determinar una solución y a dar recomendaciones después de hacer un despliegue de ingeniería civil que, evidentemente, Odebrecht no tuvo la oportunidad de realizar.
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