Decevale: "Hay operaciones que no sabemos por qué están ahí"
Roberto González ha sido vicepresidente del Banco Pacífico y administrador general de la Junta de Beneficencia de Guayaquil. Asumió la presidencia del Directorio del Decevale en enero de 2021.
Roberto González durante una entrevista en el Decevale, el 12 de abril de 2021.
Mario Naranjo/PRIMICIAS
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En los primeros tres meses en funciones, la nueva administración del Depósito Centralizado de Compensación y Liquidación de Valores (Decevale) ya detectó irregularidades. Esta institución es la encargada de realizar operaciones de compensación, liquidación y custodia de los valores negociados en las bolsas de Guayaquil y Quito.
"La falta de un oficial de cumplimiento y de un auditor interno en el Decevale es inexplicable", dice a PRIMICIAS, Roberto González, presidente del Directorio de la institución.
González reconoce que cuando asumió el cargo sabía que "no iba a ser un trabajo tranquilo".
El Decevale está inmerso en los escándalos que han sacudido al mercado de valores desde agosto de 2020, por operaciones irregulares. Uno de los casos más sonados es el del Instituto de Seguridad Social de la Policía Nacional (Isspol).
"Tras la intervención del depósito por parte de la Superintendencia de Compañías (en septiembre), se desencadena una serie de cambios en el Decevale, como la salida del gerente general y el nombramiento de un nuevo Directorio", explica González.
En torno al Depósito se han hecho auditorías y hay un proceso de reestructuración. El objetivo, dice su presidente, es aclarar la situación y colaborar con el caso Isspol.
La administración no tiene nada que ocultar, menos a un cliente tan importante y crítico para el país (como el Isspol, uno de los inversionistas institucionales más importantes de Ecuador), según González.
"Estamos realmente apenados por lo que ha ocurrido en el Isspol y por la manera en la que el Decevale utilizó al Instituto", afirma González.
El presidente del Decevale asegura que trabajan para encontrar los títulos del fondo de pensiones de la Policía. Aunque esa tarea depende de las pistas que entreguen las autoridades de Estados Unidos, porque los papeles, aparentemente, salieron de Ecuador.
¿Cuál es la situación actual del Decevale?
Muy compleja. Tenemos serios problemas de control, de falta de confiabilidad en la información. Tenemos problemas de reputación, de incumplimiento de normativa. En definitiva, tenemos una institución que debe ser reestructurada, en todos sus órdenes: personal, procesos y, especialmente, desde el punto de vista tecnológico.
¿Por qué desde el punto de vista tecnológico?
La plataforma de tecnología del depósito fue hecha 'in house' (internamente), es un desarrollo casi artesanal, que no está homologado, no ofrece la confiabilidad del caso. Eso ha permitido que, en muchos momentos, ese sistema produzca información o estados que no corresponden a la realidad.
En conjunto la situación del Decevale es delicada, por lo que necesitamos un plan de reestructuración completo, en el que ya estamos trabajando.
Teniendo en cuenta estos problemas, ¿cuál debe ser la función del Decevale?
El Decevale es una institución crítica y clave, pero no debe ser una institución protagonista. Somos parte del engranaje del mercado de valores.
¿Quién es el protagonista del mercado de valores? Las empresas que acuden a bolsa en busca de financiamiento. El mercado bursátil también tiene a las casas de valores, que son quienes ayudan a identificar, estructurar y poner en el mercado los títulos para que los inversores, particulares e institucionales, los compren.
¿Dónde juega un papel el Decevale? En el intermedio, dando fe -en teoría- de que esos títulos se custodian en esta institución.
Somos una institución pequeña que debe tener un sistema tecnológico muy ágil, calificado por los grandes depósitos de valores del mundo o, por lo menos, certificado para en algún momento poder utilizarlos a ellos.
¿Qué se está haciendo para tener un sistema tecnológico calificado?
Cuando se termine la auditoría interna vamos a solicitar la certificación internacional, para que el Decevale pueda competir en igualdad de condiciones con otros depósitos, y para que también ofrezca servicios que hoy en día no tiene.
Estamos trabajando sobre la intervención que nos ha puesto determinadas actividades y tareas por cumplir. Tenemos un plan de reestructuración que queremos que absorba todo lo que nos pide la Superintendencia de Compañías.
Estamos preparando el macroplan para levantar la intervención, que entendemos que va a tardar todavía unos cuantos meses. No es algo de lo que podamos salir de la noche a la mañana.
¿Qué se les ha pedido con la intervención?
Es enorme la lista de requerimientos permanentes sobre oficios, normas, manera de contabilizar, manera de comunicar. Sobre todo, de certezas sobre cómo se están haciendo determinados procesos.
En este momento ¿cómo es el funcionamiento del Decevale?
El funcionamiento en Decevale sigue normal. No negamos que los escándalos han supuesto un impacto reputacional fuerte para la institución, pero estamos razonablemente satisfechos de que solo dos clientes dejaran de utilizar los servicios del Decevale.
Creemos que eso ha parado porque tanto los actores del mercado de valores, como los inversores, han dado un voto de confianza al proceso de reestructuración.
No negamos que los escándalos han supuesto un impacto reputacional fuerte para la institución.
La salida de clientes se dio en un contexto en el que se dijo que había un 'manejo paralelo' de la tesorería y que muchas operaciones no estaban respaldadas.
Como decía antes se mina la credibilidad y eso pesa reputacionalmente. ¿Cómo es posible que en esta institución haya una tesorería paralela, cuando no es mi labor ni mi rol? No hay un reglamento interno que me diga que yo puedo comprar o vender papeles por cuenta de terceros.
Al interior de Decevale hemos encontrado operaciones que no sabemos por qué están ahí, ni cómo se han originado.
Nuestro rol está claramente identificado. Si por eso tengo en mi actividad un cierto excedente de tesorería lo invierto en cosas realmente sensatas, lo suficientemente confiables como para no preocuparme.
No soy la tesorería de una compañía que trata de optimizar al máximo sus recursos. Soy una institución que debe dar un servicio para que otros optimicen sus recursos.
Pero, hay autoridades de control. ¿Quién debería supervisar al Decevale?
El Decevale como compañía debe ser supervisada por la Superintendencia de Compañías, Valores y Seguros.
Aparte debe estar auditada. Estamos haciendo una auditoría con una empresa nueva, hemos cambiado de auditor. Es una firma de prestigio internacional que nos va a entregar los resultados en tres o cuatro semanas.
Como compañía, tengo a la Superintendencia de Compañías, al auditor externo y, en breve, tendremos auditor interno.
¿Y antes cómo eran los controles?
Lo que he visto es el resultado de controles muy pobres y muy débiles.
¿Los problemas también se dan por la ausencia de un oficial de cumplimiento?
Efectivamente. No hay, ya se está por nombrar uno.
Es difícil saber por qué las administraciones anteriores no nombraron uno. Para mí es básico que una institución que opera en el mercado de valores, que tiene un flujo de fondos que es de terceros, tenga un oficial de cumplimiento que de fe sobre el origen y la legalidad de esos recursos.
Tampoco tenemos auditor interno, lo que es inexplicable. Por eso, en el plan de reestructuración se va a incorporar esos profesionales.
Tampoco tenemos auditor interno, lo que es inexplicable.
Puedo decir que, probablemente, el Decevale tuvo pérdidas en 2020. Entendemos que en los años anteriores no se hicieron los ajustes necesarios a la contabilidad para que ofrezca una imagen fiel y real de lo que estaba ocurriendo.
En las investigaciones por el caso Isspol hubo exfuncionarios del Decevale involucrados. ¿Qué medidas han tomado?
Existe una auditoría forense que identifica una serie de conductas que podrían ser objeto de acciones legales.
Aparte de eso, estamos trabajando en Estados Unidos con abogados para obtener la información de cómo fueron algunos de los flujos que se manejaban con determinados clientes. Estamos buscando pistas para tener una imagen clara de lo que ha ocurrido y si eso es objeto de demandas.
El exdirector del Isspol, Juan Carlos Rueda, dijo que si no fuera por Estados Unidos las investigaciones no avanzarían.
De lo que hemos podido ver, los fondos o los depósitos de valores han salido de Ecuador y han pasado por instituciones en el exterior. Por eso, estamos obligados a pedir esa información.
Parte de las actuaciones aquí tienen continuidad en el exterior. Si no tenemos el panorama completo no vamos a entender los procesos.
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