Gaseosas y snacks lideran la lista de compras en las tiendas
Un mayor consumo de gaseosas y snacks ahonda una problemática que el país quiere erradicar: la desnutrición crónica infantil.
Imagen referencial de una de las 21.000 tiendas de barrio que funcionan en Guayaquil, el 27 de mayo de 2020.
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La lista de compras de los ecuatorianos está liderada por gaseosas y snacks, según un estudio de Dichter & Neira, empresa de investigación de mercado.
Para el estudio se midieron 350.000 compras en 400 tiendas del país en octubre de 2021.
"La gaseosa se ha mantenido como líder de la compra en tiendas", explica Carlos Castillo, director de Dichter & Neira en Ecuador.
Y agrega que "lo que sí cambió durante la pandemia es el tamaño de los productos que se adquirían".
Antes, los clientes compraban gaseosas más pequeñas, porque su precio es menor; ahora han vuelto a las presentaciones grandes, explica Castillo.
La demanda de gaseosas y snacks está por encima del agua embotellada, de la leche y de los aceites.
Que la demanda de leche esté por debajo de la de gaseosas preocupa, porque en Ecuador el consumo per cápita de leche es de apenas 90 litros al año.
Eso significa un déficit de 30 litros frente a los 120 litros per cápita que recomienda la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Al analizar los hábitos de consumo por categoría, el estudio de Dichter & Neira muestra que los alimentos procesados registran los mayores niveles de compra.
Le siguen las categorías de las bebidas alcohólicas; las frutas y las verduras; el cuidado del hogar; y las carnes, el pollo y los embutidos.
Poder adquisitivo y hábitos
La priorización de gaseosas y snacks en el ticket de compra se debe a factores como un menor poder adquisitivo, el más fácil acceso a ciertos productos y los hábitos de consumo, explica Belén Ocampo, nutricionista en Salud Pública.
El monto promedio de cada compra de los ecuatorianos en las tiendas llegó a USD 1,83 en octubre de 2021. Eso significa una baja de 9% frente a los niveles prepandemia, es decir, en 2018 y 2019, según Castillo.
"En los barrios las personas van a las tiendas, que venden una mayor oferta de gaseosas y snacks. En cambio, en los mercados o supermercados hay más oferta de frutas y verduras, pero llegar a esos lugares implica para los clientes incurrir en gastos de trasporte", dice Ocampo.
Y, según Ocampo, en algunas comunidades los agricultores incluso prefieren vender lo que producen para obtener más ingresos y con ese dinero adquirir alimentos procesados baratos, que tienen menor valor nutricional.
Según la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), por el aumento del desempleo y la caída de los ingresos "millones de personas no adquieren suficientes alimentos, y muchas otras optan por alimentos más baratos y de menor calidad nutricional".
En Ecuador, 5,7 millones de personas está en condición de pobreza, lo que equivale al 32,2% de la población, según el Instituto de Estadística y Censos (INEC).
Una persona está en situación de pobreza cuando percibe un ingreso familiar per cápita inferior a USD 84,71 mensuales o USD 2,8 al día.
Para Alegría Dávalos, médica nutrióloga, que los ecuatorianos prefieran consumir gaseosas y snacks también se debe a malos hábitos. Eso porque en el mercado se encuentran alimentos con alto valor nutricional, por contener proteína, a precios asequibles.
Por eso, Dávalos plantea que se debe trabajar en la educación de los encargados de hacer las compras para la familia.
"Quienes hacen las compras son los responsables de la alimentación. Los niños comen lo que hay", dice.
Hipotecando el desarrollo
Un mayor consumo de gaseosas y snacks ahonda una problemática que el país quiere erradicar: la desnutrición crónica infantil, que puede derivar en sobrepreso y obesidad.
"En el país hay desnutrición crónica y obesidad, lo que se conoce como la doble carga de la malnutrición", dice Ocampo.
Y agrega que "en los niños con desnutrición el consumo de gaseosas y snacks aumenta el riesgo de tener sobrepeso y obesidad cuando sean adultos, por los hábitos alimenticios que han adquirido".
La desnutrición crónica infantil se da por:
- Falta de alimentos adecuados.
- Falta de acceso a agua y saneamiento.
- Condiciones dela vivienda, a la que le pueden faltar servicios básicos; por ejemplo, en el sector rural.
- Ausencia de controles de salud.
La desnutrición crónica infantil es considerado uno de los principales problemas de salud pública de Ecuador, donde tres de cada 10 niños menores de dos años la padecen.
El presidente Guillermo Lasso ha dicho que la desnutrición crónica infantil le cuesta al país alrededor de USD 4.000 millones al año.
Eso, porque la desnutrición crónica infantil deriva en "problemas de aprendizaje en la etapa escolar, sobrepeso, obesidad y enfermedades no transmisibles como hipertensión o diabetes en la vida adulta, y dificultades para insertarse en el mercado laboral", según el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
“Al no atender el derecho a la nutrición, el país no solo incumple un compromiso con la niñez, sino que está hipotecando su desarrollo a futuro”.
Unicef
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