El FMI seduce a los países en crisis con créditos a bajo interés
El 8 de septiembre, el presidente Lenín Moreno junto con el ministro de Finanzas, Richard Martínez, sobre las últimas medidas económicas denominado "Sembrando Futuro".
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El Gobierno ecuatoriano y el Fondo Monetario Internacional (FMI) anunciaron el 28 de agosto de 2020 un acuerdo para acceder a un programa de crédito de USD 6.500 millones.
Se trata del acuerdo número 20 entre Ecuador y el FMI dentro de una larga historia que arrancó en 1961, cuando el entonces presidente José María Velasco Ibarra accedió a un préstamo de tipo: Acuerdo de Derecho de Giro o Stand-By.
Estos acuerdos estaban atados a ajustes macroecónomicos no tan estrictos como los dos últimos de 2019 y 2020, con el fin de cubrir el déficit fiscal a corto y mediano plazo.
Desde esa fecha hasta el 2003, Ecuador y el FMI suscribieron 18 acuerdos de este tipo.
Los últimos dos acuerdos con el FMI, sin embargo, están atados al cumplimiento de reformas estructurales más complejas, en el ámbito laboral, tributario y financiero.
"El organismo mutilateral no es un ente de caridad, más bien se encarga de financiar a los países que estén con dificultades económicas y para asegurar que recuperará su dinero, el FMI establece condiciones a los países", recuerda José Vásconez, profesor de la Universidad Internacional del Ecuador (UIDE) y especialista en el Fondo.
El economista retirado del FMI, Lorenzo Pérez, durante un conversatorio virtual organizado por la Universidad de las Américas el 19 de septiembre, dijo que Ecuador solicita ayuda al FMI porque este organismo, a diferencia de gobiernos y otros multilaterales, presta dinero en montos altos y a tasas de interés muy bajas.
Un ejemplo es el anunciado en agosto de 2020 bajo el nombre de Acuerdo de Servicio Ampliado y que aún espera la aprobación del Directorio del FMI a finales de septiembre.
Tras la firma entre las partes, Ecuador accederá a los siguientes desembolsos, que son recursos de libre disponibilidad:
- USD 4.000 millones en 2020.
- USD 1.500 millones en 2021.
- USD 1.000 millones en 2022.
El país tendrá un plazo de 10 años para repagar el capital, con cuatro años de gracia y a una tasa de interés cercana al 2,9% anual.
Vásconez y Pérez coinciden en que el gobierno de Lenín Moreno accede al FMI en busca de financiamiento porque otras fuentes de crédito, como gobiernos o tenedores de bonos, establecen condiciones políticas y económicas más difíciles de cumplir.
Es el caso de la deuda con China, que adquirió el gobierno de Rafael Correa y cuyo monto alcanza los USD 5.431 millones hasta julio de 2020.
Lorenzo Pérez dice que esos programas de créditos están atados a condicionamientos "terribles" como la venta anticipada de petróleo y la suscripción de proyectos estratégicos.
¿Por qué la mala fama del FMI?
Entre las décadas de los 80 y 90, el FMI establecía recetas macroeconómicas de manera unilateral en América Latina, que si bien -según Vásconez- ordenaban las cuentas fiscales destinaban menos recursos para atender las políticas sociales, salud y educación.
Vásconez dice que esas políticas aumentaban la pobreza e impulsaban la privatización de activos del Estado.
"Es el dilema: los gobiernos de derecha se preocupan por la macroeconomía y dejan a un lado lo social. Mientras que los gobiernos de izquierda atienden lo segundo, pero se despreocupan de la macroeconomía", según Vásconez.
Lorenzo Pérez reconoce que en la actualidad, el FMI está cambiando esa idea "al pasar de las imposiciones económicas, al consenso entre las partes para definir metas estructurales".
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