Aumento del consumo en Estados Unidos da optimismo al sector florícola
Mientras en Estados Unidos, principal destino de las flores ecuatorianas, el consumo se recupera, en otros mercados, como la Unión Europea y Rusia, la demanda continúa deprimida.
Una mujer trabaja en una florícola en Ecuador, en 2020.
Cortesía Expoflores.
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Las exportaciones de flores representaron USD 754,8 millones entre enero y noviembre de 2020, es decir una caída de 6,6% frente al mismo período de 2019, según el Banco Central.
La contracción de las ventas de flores se debe a una serie de cambios que ha tenido que afrontar el sector por la pandemia de Covid-19, por la alteración de los cultivos, la estructura de ventas y la logística.
El sector considera que 2021 también significará un reto para las ventas, aunque ve una esperanza en el consumo de Estados Unidos, principal destino de las exportaciones de flores ecuatorianas.
"Estados Unidos está en una línea muy clara de recuperar consumo, de recuperar inversión, desde ya", dice Alejandro Martínez, presidente ejecutivo de la Asociación Nacional de Productores y Exportadores de Flores de Ecuador (Expoflores).
Entre enero y noviembre de 2020 las exportaciones de flores a Estados Unidos representaron USD 297 millones.
En diálogo con PRIMICIAS, Martínez hace un diagnóstico del sector florícola y habla sobre las previsiones que se tiene para 2021.
¿Qué pasó en el sector florícola en 2020?
A inicios de 2020 se percibía una leve recuperación del sector después del golpe por las protestas de octubre de 2019. Aunque la situación se complicó con el inicio de los cierres de los mercados en marzo de 2020.
Por la pandemia de Covid-19 la preferencia de consumo de las personas se ha centrado en los bienes de primera necesidad. Las flores son productos suntuarios.
A eso se suma que uno de los problemas que ha tenido el sector florícola de Ecuador es que ha usado canales de venta tradicionales. Es decir que estaba muy enfocado en floristerías y eventos.
Las primeras consecuencias de los cierres de mercado fue que los eventos se cancelaron y eso permanecerá así. Que es lo correcto, pensando en la salud de todos.
¿Qué ha pasado con los cultivos?
En 2020 se redujo el 17% de las hectáreas totales de producción del sector en el país. Eso se debió a que las flores son un producto agrícola, por lo que no se puede detener su producción con facilidad. Si eso no ocurría los problemas habrían sido mayores.
Las fincas han tenido que adaptarse a la nueva realidad, en la que se venden flores, aunque en una menor cantidad y en otros canales.
Si no se reducía la cantidad de hectáreas cultivadas la situación habría sido más compleja. ¿Por qué?
La flor es un producto que demanda mucho trabajo humano, insumos, como agua; y tecnología constante. A pesar de no tener ventas hay que seguir manteniendo a la planta.
Teniendo eso en cuenta la decisión correcta, en su momento, fue erradicar una parte del cultivo o hacer un corte de mesa, que significa cortar la planta por el nivel de la raíz, para que crezca un año después.
¿En qué canales se están vendiendo las flores?
En supermercados y a través del modelo de comercio electrónico. Ecuador no estaba preparado para ese cambio. En el país, a diferencia de Colombia que es uno de sus principales competidores, había pocas empresas que estaban enfocadas en esos canales de venta.
¿Hubo otros cambios en el sector florícola del país?
Los principales cambios en el sector han sido las adquisiciones entre fincas y asociatividades comerciales. Esto ha sido positivo para el sector porque se puede redireccionar los recursos hacia los segmentos de mercado que Ecuador no estaba atendiendo.
¿Qué son estas asociatividades comerciales?
Hay fincas que producen distintas flores que se juntan para elaborar bouquets o ramos, que van a supermercados o arreglos que se venden en plataformas digitales.
También vemos estas asociatividades para tener más capacidad productiva. Por ejemplo una finca tiene una capacidad equivalente a 15 hectáreas de producción de rosas, que probablemente no era lo suficiente para atender un supermercado. Entonces se alía con otros productores de rosas para llegar al volumen necesario.
¿Cuáles son las previsiones del sector para 2021?
Muchas de las expectativas -no solo del sector florícola, sino de todo el sector exportador del país- dependía de las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
El nuevo presidente, Joe Biden, está tratando de recobrar la institucionalidad de ese país, lo que en términos económicos ya ha tenido reacciones positivas. Por ejemplo, el día de su investidura la bolsa de Nueva York cerró con máximos históricos en sus tres indicadores.
A eso se suman los paquetes de estímulo que lanzó la Reserva Federal o FED en 2020, que está dando resultados. El consumo en Estados Unidos se está reactivando, de manera proactiva y positiva, lo que es sumamente importante, porque las flores son parte de esa demanda.
¿Qué ocurre con el consumo en la Unión Europea y Rusia?
La Unión Europea y Rusia no tiene todavía paquetes tan agresivos para recuperar consumo e inversión. En 2021 en esos mercados la tendencia es una baja en el consumo.
Las flores están sintiendo ese fenómeno, especialmente con una menor demanda para la época de San Valentín.
San Valentín es una de las épocas más importantes para el sector. ¿Cómo avanzan las exportaciones por esta fecha?
Las exportaciones de flores para San Valentín tendrán una reducción de volumen e ingresos en 2021. Eso se debe a la reducción de hectáreas y a una baja en la demanda, por la crisis mundial por la pandemia.
En este año la producción y las exportaciones también han experimentado retrasos por las condiciones climáticas que se han vivido en el país.
Por eso una parte de la producción que era para San Valentín acabará destinándose al Día de la Mujer.
¿Cuánto bajarán los ingresos por exportaciones de flores por San Valentín?
Es difícil estimar el valor de San Valentín, pero nosotros pensamos que normalmente esta fecha significa entre USD 250 millones y USD 280 millones.
Este año calculamos que las exportaciones por esa celebración van a representar alrededor de USD 230 millones.
Este San Valentín va a ser una prueba de fuego de los cambios estructurales que ocurrieron durante 2020.
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