Finanzas intenta salvar la inversión en un año que se viene difícil
El ministro de Economía, Richard Martínez, durante su comparecencia en la Comisión de Régimen Económico.
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Son proyecciones conservadoras, pero muestran la realidad de las expectativas sobre la economía ecuatoriana: tres años de crecimiento muy bajo a partir de 2019 y una cierta recuperación apenas en 2023, cuando Ecuador alcanzará un coeficiente de expansión del PIB similar al que tuvo en 2017.
Una de las salidas que ve el Ministerio de Finanzas para que la economía no se deprima es aumentar USD 460 millones para el Plan Anual de Inversiones de 2020, que con esto alcanzaría los USD 3.624 millones.
La mayor parte del gasto de inversión del Plan, un 65%, será para educación básica, infraestructura de salud y programas sociales.
Luego viene la construcción de infraestructura pública, como vías, puertos pesqueros y puentes, que se llevará USD 617 millones.
Y, en materia de seguridad, Martínez anunció la compra de nuevos equipos para la Policía y las Fuerzas Armadas, para lo cual hay un presupuesto de USD 205 millones dentro del PAI.
El ministro habla de fortalecer a la Policía y a la fuerza pública en las zonas de frontera o con altos índices delictivos.
El dinero restante se reparte entre otras instituciones del Ejecutivo, universidades, empresas públicas y otras instituciones del Estado.
También son conservadoras las estimaciones de producción petrolera, una de las principales fuentes de ingresos permanentes del país.
Aunque la producción muestra una leve subida en 2020 frente a 2019, aun estará por debajo de los niveles de 2016.
Esto en momentos en que el precio internacional del barril de petróleo parece haberse estancado por debajo de la barrera de los USD 60.
Mientras, el país necesitará USD 6.665 millones para cerrar el financiamiento del presupuesto del año entrante.
Para cerrar la brecha de financiamiento, el ministerio espera obtener cerca de USD 2.700 millones a través de desembolsos de los organismos multilaterales de crédito, entre ellos el Fondo Monetario Internacional, el Banco Interamericano de Desarrollo, el Banco Mundial y la CAF.
Además, en 2020 el ministerio piensa refinanciar la deuda interna pero sin aumentarla, mientras que podría lanzar al menos dos operaciones internacionales para captar recursos.
Una de ellas por un monto de USD 400 millones para impulsar programas de construcción de vivienda de interés público y vivienda de interés social, lo que reactivaría la construcción.
Y una segunda emisión de alrededor de USD 600 millones, que ya está en marcha, y sobre la que el ministro Martínez prefiere no ofrecer más detalles.
También podrían entrar USD 2.000 millones por la concesión o venta de tres empresas del Estado: la hidroeléctrica Sopladora, cuya operación será concesionada a un operador privado, la empresa de telecomunicaciones CNT, cuya administración también pasará a manos privadas, y la venta del Banco del Pacífico.
Si el gobierno tiene suerte y la Asamblea aprueba la propuesta de Ley de Crecimiento Económico que ya está en trámite, Finanzas podría contar con otros USD 700 millones para el presupuesto de 2020 por cuenta de las enmiendas tributarias incluidas en el proyecto, según Martínez.
El ministro no ha renunciado a la idea de lograr algún tipo de focalización de los combustibles, es decir, el diésel y la gasolina extra, tras una serie de diálogos entre el gobierno y más de 60 organizaciones sociales. Lo que podría significar otros USD 700 millones para el Fisco el año que viene.
Si esta última posibilidad se concretara, dice Martínez, el déficit fiscal global de Ecuador proyectado para 2020 podría caer de USD 3.384 millones a unos USD 2.800 millones.
Subsidios y un nuevo equilibrio
Los subsidios continúan siendo la piedra en el zapato de las fianzas públicas.
En 2020 el Estado gastará en ellos USD 5.455 millones, de los cuales USD 1.957 millones serán para combustibles, USD 2.104 millones para la seguridad social y USD 1.123 millones para bonos y pensiones de personas en situación de pobreza o discapacidad.
El dinero restante se destinará a fondear el subsidio de vivienda y el subsidio agrícola.
El reto sigue siendo no solo financiar el Presupuesto en una economía subsidiada y que crece poco sino "alcanzar un nuevo equilibrio con los organismo multilaterales de crédito. Hay una voluntad positiva de acompañar el esfuerzo que está haciendo Ecuador y que tuvo que ser recalibrado", dice Martínez.
Este nuevo equilibrio se hace necesario después de que un paro de transportistas, una marcha indígena y un brote de vandalismo echaran abajo el decreto 883, con el que el gobierno eliminó los subsidios a la gasolina y el diésel y con el que el país esperaba ahorrar unos USD 1.500 millones.
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