Ecuador enfrenta el fenómeno de La Niña más largo en 120 años
La Niña se prolongaría hasta abril de 2023, con efectos económicos negativos en sectores como el pesquero y el agrícola.
Descarga de atún en el Terminal Portuario de Manta, Ecuador, junio de 2021.
Twitter Ministerio de Producción, Comercio Exterior, Inversiones y Pesca.
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El fenómeno climático La Niña 2020-2023 ha sido el más largo de los últimos 66 años, con una duración de 34 meses y de llegar a abril, como se espera, será el más largo de los últimos 120 años, según un reporte de la Cámara Nacional de Pesquería.
La Niña es un fenómeno atmosférico que se expresa en una baja de la temperatura de la superficie del mar. Suele durar de nueve meses a tres años.
Según las estimaciones del sector pesquero, el fenómeno de La Niña durará hasta finales de marzo o inicios de abril de 2023. Luego comenzará un período de transición de unos tres meses, hasta que empiece el fenómeno de El Niño (fase cálida).
Impacto en la pesca
La Niña ha dejado efectos económicos importantes en el sector pesquero ecuatoriano, al menos desde finales de 2021, con una disminución en las exportaciones y un incremento en costos de producción.
Al bajar la temperatura entre 1°C y 2°C, el atún migra porque es un pez de aguas tropicales, explica el presidente de la Cámara Nacional de Pesquería, Bruno Leone.
Por eso la llamada temporada sur para la pesca del atún, cuando los atuneros ecuatorianos se trasladan a aguas del Perú fue decepcionante.
La temporada sur de diciembre de 2021 a febrero de 2022, y la de diciembre 2022 a febrero 2023, fueron especialmente malas para los atuneros de Ecuador, según Leone.
En 2022, hubo una caída de 11% en las exportaciones por volumen del sector pesquero. La reducción en el caso de la pesca de atún y otros pescados fue de 21,8% el año pasado, según el Banco Central del Ecuador (BCE).
En el caso del atún, Leone añade que, al alejarse los peces en busca de aguas más cálidas, los barcos deben pasar más días en altamar.
Los viajes, que antes duraban de 30 a 45 días, se han extendido a 60 y hasta 70 días, lo que ha incrementado los costos de producción en un 15% por un mayor gasto en combustibles, lubricantes y víveres para las tripulaciones.
La pesca menor, con la que se produce harina de pescado, es una de las más afectadas, acota Leone. Este sector abastece a la industria de alimentos balanceados para camarón.
Incluso, el mercado de balanceados ha importado harina de pescado de Perú para suplir sus necesidades, detalla Leone.
El presidente de la Cámara Nacional de Pesquería espera que la temperatura de la superficie del mar empiece a normalizarse en los próximos meses.
El banano, con pérdidas
La Niña también ha tenido impactos en la producción agrícola de Ecuador, porque entre sus efectos están las sequías en el litoral.
En el caso del banano, cerca de 80% de la baja en volumen de exportaciones de 2022 se debió al impacto de La Niña, explica Richard Salazar, director ejecutivo de la Asociación de Comercialización y Exportación de Banano (Acorbanec).
El año pasado las exportaciones de banano y plátano cayeron 5,8% en volumen y también 6,3% en valor en dólares, según el BCE.
"Con la disminución de temperatura, la planta no se desarrolla bien y la productividad por hectárea baja", explica Salazar. La producción por hectárea pasó de 45 a 35 racimos, en promedio.
El banano se desarrolla adecuadamente en temperaturas que van desde los 25°C hasta los 35°C, pero por efecto de La Niña hubo zonas donde llegó hasta los 18°C.
No obstante, para este año, las perspectivas son mejores. Salazar comenta que desde enero comenzó a haber más sol e incluso está lloviendo más. Según las estimaciones del gremio, las exportaciones crecieron 8% en volumen, en el primer mes del año.
"Se están viendo cambios climáticos rápidos. Un exceso de lluvia también nos podría afectar porque hay inundaciones en los cultivos", señala.
¿Cómo contrarrestar estos fenómenos?
El Instituto Nacional de Investigaciones Agropecuarias (Iniap) dice que ha trabajado en tres áreas con los productores agrícolas para hacer sus cultivos más resilientes a fenómenos como La Niña.
Entre las acciones que detalla José Luis Zambrano, director de investigaciones del Iniap, están:
- Captación de agua, mediante reservorios, con agua proveniente de quebradas o recolectando las gotas que deja la neblina.
- Labranza reducida o disminuida a cero, es decir, evitar la remoción del suelo para que se cree una capa protectora que prevenga la pérdida de agua y la erosión.
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