Cuatro factores mejoran el índice de producción del sector camaronero
Las exportaciones ecuatorianas de camarón ascendieron a USD 3.824 millones en 2020, un 25,5% más en comparación con 2019.
Trabajadores en una planta procesadora de camarón en la provincia de Manabí, en 2020.
Cortesía CNA
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La acuicultura y la pesca de camarón es uno de los sectores que en medio de la crisis de la pandemia de Covid-19 registra crecimiento en su valor agregado bruto (VAB). En 2020 se elevó 5,2% frente a 2019, según el Banco Central. Y la previsión para 2021 es que crezca 6,5%.
El buen resultado de estas actividades responde, en parte, a una mayor demanda externa del crustáceo. En 2020 las exportaciones de camarón ascendieron a USD 3.824 millones, un 25,5% más en comparación con 2019.
Pero el buen rendimiento del sector no se debe solo a esa mayor demanda externa, sino también a cuatro factores que impulsan las empresas para mejorar su índice de producción, explica José Antonio Camposano, presidente ejecutivo de la Cámara Nacional de Acuacultura (CNA).
Por eso en la última década el sector quintuplicó su producción, mientras que su territorio apenas creció 8%. El sector camaronero pasó de exportar 26 millones de libras al mes a 125 millones de libras mensuales.
"Esas 26 millones de libras que producía al mes el país hace 10 años ahora lo hace una sola empresa", afirma Camposano.
En Ecuador hay 225.000 hectáreas de fincas camaroneras, siendo Guayas y El Oro las provincias con mayor volumen de producción.
1. Tecnología y blockchain
Una de las acciones del sector camaronero para ganar eficiencia ha sido la implementación de tecnología de vanguardia para cumplir estándares de calidad.
Por eso, se ha empezado a usar tecnología blockchain para la trazabilidad del camarón.
El blockchain es una base de datos distribuida y segura (por el cifrado de la información) que facilita el registro de transacciones y de seguimiento de activos en una red empresarial, según la multinacional de tecnología IBM.
"Somos el único producto de la canasta exportable de Ecuador que maneja su trazabilidad a través de blockchain. Y no existe otro país productor de camarón que haya implementado esa tecnología", asegura Camposano.
2. Alimentación automática
Las grandes fincas han adoptado alimentadores automáticos, que son manejados por una central, que analiza una serie de parámetros para determinar cuándo se debe dar de comer a los animales.
"Descubrimos que el camarón come más y aprovecha mejor el alimento en la noche".
José Antonio Camposano, CNA
Ese cambio le ha significado al sector una mayor tasa de crecimiento de los animales y una reducción del índice de alimentación, es decir usar menos alimento para generar el mismo o un mayor volumen de camarón.
Incluso con la alimentación automatizada se ha mejorado la calidad del agua donde viven los camarones, que es su ecosistema. Por eso el animal ahora tiene menos enfermedades.
3. Mejora genética
El país ha tenido grandes avances en materia de genética e investigación acuícola.
"Nosotros no importamos genética. En nuestro propio animal se ha mejorado su resistencia y crecimiento", dice Camposano.
Para eso el sector ha hecho grandes inversiones en laboratorios de larva de camarón.
En febrero de 2021 el Ministerio de Producción anunció que las empresas Skretting, Hendrix Genetics y Ecuacultivos iban a invertir USD 23 millones para la construcción de un Centro de mejoramiento genético de larvas de camarón en Ayangue, en la provincia de Santa Elena.
Y en marzo se dio a conocer la construcción de una estación científica, que servirá para la investigación acuícola, en el kilómetro 4.5 de la vía Durán-Tambo, junto a la planta de fabricación de alimento balanceado Skretting Ecuador. La inversión estimada es de USD 6,1 millones.
4. Más medidas de bioseguridad
Las camaroneras en Ecuador han instalado nuevos equipos para desinfectar las cajas en las que se exportan los camarones.
Eso ante las alertas del gobierno chino que aseguró que se encontraron trazas de coronavirus en paquetes de camarón ecuatoriano en 2020, lo que redujo su demanda.
"Si se visita una planta procesadora de camarón se va a encontrar equipamiento nuevo que se incorporó en los últimos ocho meses para desinfectar todos los ángulos de las cajas en las que se transporta el camarón ecuatoriano", dice Camposano.
Cuando finalice la pandemia, esas medidas se mantendrán, ya que da mayor seguridad al consumidor.
Los pendientes
Los camaroneros están conscientes de que la mejora depende del sector privado, pero también del público, que tiene aún temas pendientes como:
- El cambio de la matriz eléctrica. El gobierno del expresidente Lenín Moreno anunció un convenio con el Banco de Desarrollo de América Latina (CAF) por USD 200 millones para la electrificación del sector, lo que no se ha llegado a concretar. El objetivo es que las fincas se conecten al Sistema Eléctrico Interconectado Nacional y así reemplacen el uso de diésel.
- Más seguridad. Por el aumento la delincuencia el sector camaronero destina USD 85 millones al año para custodiar los vehículos terrestres y marítimos que transportan producto y alimento balanceado. A eso se suman guardias en las camaroneras, cámaras de seguridad y tendido eléctrico. "La inseguridad le cuesta al sector USD 1 por hectárea al día", dice Camposano.
- Acceso a financiamiento, para la tecnificación de los productores.
- Firma de acuerdos comerciales con mercados como China, para reducir los aranceles al camarón ecuatoriano.
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