Erosión en el río Coca se reactiva y está a solo 7,3 kilómetros de Coca Codo Sinclair
La erosión del río Coca avanza y está a solo 7,3 kilómetros de las obras de captación de la hidroeléctrica Coca Codo Sinclair y amenaza también a y tramos de la vía Quito-Lago Agrio y de dos oleoductos.
Obras de Coca Codo Sinclair, el 26 de mayo de 2024.
Red X del Ministerio de Energía
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La erosión regresiva en el río Coca se reactivó en febrero de 2024 y ya se ubica a tan solo 7,3 kilómetros para que alcance las obras de captación de la mayor hidroeléctrica de Ecuador, Coca Codo Sinclair, lo que la dejaría fuera de operación de manera permanente.
Eso es una distancia similar a la que existe entre el Parque la Carolina y el Playón de la Marín, en Quito; o desde el sector de La Alborada y la Avenida 9 de Octubre, en Guayaquil.
Coca Codo Sinclair está ubicada entre las provincias amazónicas de Napo y Sucumbíos. Fue inaugurada apenas en diciembre de 2016, con una potencia de 1.500 megavatios, a un costo estimado de USD 2.763 millones.
Pero ahora enfrenta el riesgo de salir de operación por un extraño fenómeno natural, de nominado erosión regresiva sobre el río Coca, que alimenta a la hidroeléctrica y sobre el cual se asientan varias de sus estructuras.
La erosión regresiva en el río Coca empezó en febrero de 2020 con el colapso de la Cascada de San Rafael, a 20 kilómetros de las obras de captación de Coca Codo Sinclair, que es una pequeña represa que sirve para desviar el agua del río hacia la hidroeléctrica.
Pero, desde entonces, la erosión ha seguido río arriba, socavando su lecho y desmoronando sus márgenes. Durante 191 días la erosión se mantuvo a 7,5 kilómetros de las obras de captación de Coca Codo Sinclair, pero el 2 de febrero se reactivó y ahora está a 7,3 kilómetros.
En un informe de febrero de 2024, el Cuerpo de Ingenieros de la Armada de los Estados Unidos advierte que la erosión podría alcanzar las obras de captación de Coca Codo Sinclair en un plazo de dos a cinco años, según arroja el modelo de predicción aplicado.
Incluso, ese equipo de expertos cree que existe la posibilidad de que la erosión regresiva avance de manera más rápida a lo previsto en el modelo y alcance las obras de captación de Coca Codo Sinclair en menos de tres años.
Para el consultor eléctrico, Ricardo Buitrón, una salida de operación de Coca Codo sería catastrófico para el país.
Lo anterior llevaría al sector eléctrico a profundizar su crisis, con consecuencias incluso para la economía. Eso porque Coca Codo Sinclair cubre el 25% de la demanda de electricidad del país.
Oleoductos en riesgo por erosión lateral
Pero el fenómeno no solo avanza río arriba, sino que también desmorona las paredes laterales en la margen izquierda del río Coca.
Un reporte del holding estatal Corporación Eléctrica del Ecuador (Celec) advierte que la erosión continúa de manera agresiva en la margen izquierda, en la zona de los ríos Malo y Loco.
El área más preocupante está en el río Loco, donde la erosión afectó el curso anterior del
río y ahora descarga directamente en el cauce del río Coca, por lo que hay un incremento de la pendiente y puede generar mayor erosión regresiva.
Eso "pone en riesgo las instalaciones petroleras y la infraestructura vial, y puede afectar el puente sobre el río Loco en la vía E45", advierte Celec.
No es la primera vez que la erosión ha destruido o dañado tramos de los oleoductos, lo que incluso ha llevado al país interrumpir de manera temporal las exportaciones petroleras.
Uno de esos incidentes se registró el 8 de abril de 2020, cuando el Sistema de Oleoductos Transecuatoriano (SOTE), de propiedad de Petroecuador, y el Oleoducto de Crudos Pesados (OPC), operado por la empresa privada del mismo nombre salieron de operación. En esa ocasión, las tuberías se rompieron.
La situación en el afluente también pone en peligro la vía Quito - Lago Agrio, que ya quedó incomunicada en la zona de piedra fina, donde el puente se fue abajo hace más de dos años y aún no ha sido reconstruido.
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