Cambiaron la orientación de su negocio para sobrevivir al confinamiento
Tres de cada 10 ecuatorianos tiene un emprendimiento en el país, según un estudio de la Escuela de Negocios Espae. Debido a la pandemia de Covid-19, muchos se vieron obligados a modificar su oferta.
Karen Cuenca cambió el modelo de su negocio y ahora entrega canastas a domicilio, desde el 20 de marzo.
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Primero la crisis económica y luego la pandemia de covid-19. Las pequeñas, medianas y grandes empresas están pasando por uno de sus momentos más desafiantes.
En medio de quiebras y anuncios de cierres, algunos emprendedores decidieron jugarse por una nueva opción obligados por la emergencia sanitaria y cambiar sus líneas de fabricación y de venta.
El primer paso lo dieron empresas como Cervecería Nacional, que reemplazó temporalmente la producción de bebidas de moderación por la de gel antibacterial. Pequeños emprendedores han seguido este ejemplo de adaptación.
Ese es el caso de Germán Loroña, quien desde hace cinco años tiene en Guayaquil un local de espejos decorativos. “Nadie está pensando en mirarse en un espejo en la pandemia”, reconoce. Por eso decidió incursionar en la fabricación de separadores sanitarios.
Se trata de pantallas de vidrio acrílico que sí tienen demanda en la actualidad. Una de las resoluciones del Comité de Operaciones de Emergencias (COE) es la instalación de separadores en lugares de atención al público, para mantener el distanciamiento social.
“Vimos una necesidad en restaurantes y peluquerías, así que comenzamos la fabricación de los separadores”, dice Loroña. Además, él se encargará de colocar estas divisiones en el aeropuerto José Joaquín de Olmedo, antes de que abra sus puertas el 1 de junio.
Adaptarse al nuevo consumidor
Las personas tienen dos motivaciones para emprender, dice el informe de la Escuela de Negocios Espae: oportunidad y necesidad. En Ecuador, un 57,3% de las personas lo hacen porque ve una posibilidad viable de negocio.
Una oportunidad en medio de la crisis fue lo que encontró Roberto Aguilar, propietario de un local de ropa y zapatos. Este negocio se encuentra cerrado hace casi dos meses.
Aguilar dice que sus clientes no buscan moda sino salud, por ello decidió convertirse en importador y proveedor de pruebas rápidas de covid-19.
"Tuve que cambiar mi razón social y esperar la aprobación de la Agencia Nacional de Regulación, Control y Vigilancia Sanitaria (Arcsa) para traer las pruebas, pero lo logramos", añade.
En abril realizó su primera importación de pruebas rápidas desde China.
Otra persona que se adaptó al nuevo consumidor es Karen Cuenca, dueña de Versatto Eventos. Ella se dedicaba al montaje de boda y otros actos sociales. "Desde febrero que se notificó el primer caso de covid-19 hubo cancelaciones. Tuvimos ocho eventos suspendidos", dice.
Pero desde el 20 de marzo, Cuenca le dio un giro a su emprendimiento. Ahora arma kits de víveres, frutas y vegetales y los entrega a domicilio. A diario vende un promedio de 60 canastas con precios que oscilan entre USD 20 y USD 30.
"Este nuevo negocio lo haremos por tiempo indefinido porque sabemos que el sector turístico y de eventos tomará hasta 18 meses en recuperarse", agrega la emprendedora.
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