El triunfo de Lasso y la frase "es la economía, estúpido"
Guillermo Lasso, en 2021, y Bill Clinton, en 1992, se enfrentaron a tres monstruos muy parecidos, por eso la inolvidable frase de uno de los asesores de Clinton dibuja hoy el mayor reto del nuevo Presidente de Ecuador.
Guillermo Lasso, presidente electo del Ecuador durante su intervención de agradecimiento a quienes votaron por él desde Guayaquil, la noche del de abril de 2021.
EFE
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Aunque no había de por medio una pandemia en 1992, el ahora expresidente de Estados Unidos y entonces candidato, Bill Clinton, afrontaba retos similares a los del Ecuador de hoy:
- Producir un cambio de expectativas luego de un largo periodo de "más de lo mismo".
- Sacar a su país de una seria recesión.
- Recuperar y poner a funcionar el sistema de salud pública.
Muchos problemas y un solo foco en común: la economía. ¿Cómo hará Guillermo Lasso para sacarla adelante?
Lo primero, ha dicho, es vacunar masivamente a la población contra el Covid-19 y en eso coincide con su derrotado rival, el correísta Andrés Arauz. Para reactivar la economía hace falta controlar la peor pandemia que hemos visto en un siglo.
La firma de consultoría política Prófitas, en conjunto con Eurasia Group, investigó los puntos de vista del equipo asesor de Lasso en materia de economía y esto es lo que el nuevo Gobierno piensa hacer:
Una crisis como pocas
El equipo de Lasso declara que Ecuador enfrenta "una crisis multidimensional". Esto significa que no solamente tendrá que hacerse cargo de una economía que no crece sino también de la crisis social.
Y para ello "el único remedio es la creación de puestos de trabajo, por medio de la reactivación de la economía, algo que solo se puede lograr con inversión privada, ya que el sector público no tiene recursos", dijo a Prófitas el exministro de Finanzas Jorge Gallardo Zavala, uno de los asesores de Lasso.
Hay un círculo vicioso que romper: la economía no se puede reactivar sin controlar la pandemia de Covid-19. La salida es vacunar a la mayor cantidad de personas posibles.
Lasso anuncia que planea vacunar al 50% de la población del país en los primeros 100 días de su Gobierno.
Un objetivo bastante ambicioso considerando que el presidente saliente, Lenín Moreno, confesó que el plan de vacunación de su administración "solo existía en la cabeza" de un ministro que dejó el cargo y se fue del país.
La hora de negociar
Para reconstruir la economía también hacen falta leyes y reformas, en un contexto en que la Asamblea Nacional, que es la que debe aprobar muchos de estos cambios, está fragmentada.
Es decir, ninguna fuerza política tiene el control absoluto del Legislativo y la administración de Lasso tendrá que mover unos operadores políticos hábiles para cerrar acuerdos.
La época de la Asamblea de los despectivamente conocidos como diputados "alzamanos" -u obedientes a toda costa- llegó a su fin hace tiempo ya.
"Tendremos que negociar para avanzar, así como con diferentes sectores de la sociedad. Va a ser muy difícil, pero creemos en la democracia", admite Gallardo Zavala.
Traer dólares
El plan que Lasso seguirá incluye atraer inversión extranjera para reactivar la economía porque los bolsillos de Estado ecuatoriano se hallan casi vacíos.
No hay dinero ahorrado para lanzar paquetes de estímulo a negocios y consumidores, como lo han hecho otros países de la región, Europa y Estados Unidos.
Una de las alternativas de Lasso es apoyar la minería a gran escala, pero tendrá que hacerlo sin alienar a esa parte del electorado, la más joven, que se preocupa por el medio ambiente y por la calidad de vida de las comunidades que viven en las áreas de influencia de los proyectos mineros.
La respuesta del equipo de Lasso es que el Gobierno dará su aval para los proyectos mineros que no incumplan con las normas ambientales y hacer consultas con las comunidades antes de otorgar nuevas licencias mineras.
Un cambio sutil, pero muy marcado frente a lo que ocurrió en los últimos 14 años de Socialismo del Siglo XXI, en que se otorgaron permisos pese a que no pocas comunidades se oponían a la minería, creando conflictos entre empresas y personas.
Río Blanco, Panantza San Carlos, son apenas algunos de los nombres de los proyectos mineros en los que el Estado debe mediar para resolver el choque entre comunidades y empresas.
¿Cómo logrará Lasso este equilibrio entre inversión y comunidad? Está por verse.
¿Dinero sin impuestos?
Otro reto es que Lenín Moreno le deja a Lasso una producción petrolera deprimida, pese a que el Gobierno saliente había prometido llegar a 700.000 barriles por día al finalizar su periodo.
La realidad es que al final de ese periodo Ecuador pelea, sin muchas armas, para que su producción al menos no baje de 500.000 barriles por día.
En medio de semejante debacle, el equipo de Lasso se propone duplicar la producción, con inversión extranjera, para que se puedan buscar y encontrar nuevas reservas.
"No sucederá en un año y probablemente tomará todo el mandato de Lasso, pero generará más ingresos sin aumentar los impuestos", dice uno de los asesores de Lasso a Prófitas.
El Presidente electo sabe que tendrá que hacer una reforma tributaria para simplificar el sistema y aumentar la recaudación de impuestos, considerando incluso la revisión de exenciones ya otorgadas.
Por su afiliación liberal, Lasso tiene aversión a las alzas de impuestos, por eso en su plan está eliminar los tributos a las telecomunicaciones y a otras tecnologías.
FMI, piénselo dos veces
Guillermo Lasso no es un detractor del Fondo Monetario Internacional (FMI), pero querrá renegociar el acuerdo que actualmente tiene Ecuador con ese organismo de crédito.
Si el FMI 'cierra la llave' Ecuador se queda no solo sin el dinero sino también sin el aval del organismo que ha hecho que otros multilaterales se unan al paquete de crédito.
Y Ecuador necesita al menos USD 10.000 millones para financiarse en un año. No es un tema menor.
El Gobierno electo sabe que el actual acuerdo con el FMI no es sostenible por las duras condiciones que afronta el país, con un tercio de su población sumida en la pobreza, y que será necesaria una renegociación sin romper las buenas relaciones.
Mientras que el correísta Andrés Arauz proponía gastar lo que queda de la reserva internacional de Ecuador en el Banco Central para mover la economía, Lasso apostará por un camino más complejo que tomar recursos ajenos: trabajar lo más pronto posible en reformas estructurales e institucionales.
Entre ellas la reforma para garantizar la independencia del Banco Central frente al poder Ejecutivo. Es decir, que el gobierno no pueda tomar el dinero del público para financiar sus gastos.
Relaciones con el mundo
La visión de Lasso es de una economía más abierta al mundo, allí donde los Socialistas del Siglo XXI pensaban revivir organismos ya moribundos como Unasur.
Implica firmar tratados de libre comercio con los principales socios comerciales del país, entre ellos Estados Unidos y China.
Para Lasso, más que un referente ideológico, China es un mercado y una posible fuente de inversión extranjera.
Pero eso sí, durante el debate presidencial que protagonizó con el correísta Andrés Arauz, Lasso dejó en claro que no piensa acercarse a regímenes como el Venezuela. Una señal clara de que hasta el pragmatismo de mercado tiene un límite.
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