Más de la mitad de ecuatorianos accede a la banca, pero no todos la usan
Un menor uso de productos financieros en Ecuador, y otros países de Latinoamérica, se debe a una serie de barreras, entre ellas la tramitología.
Personas hacen fila para usar un cajero automático en Guayaquil, el 8 de abril de 2020.
EFE
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Ecuador alcanza un puntaje de 46,9 en el Índice de Inclusión Financiera, hecho por el holding financiero Credicorp y la firma de investigación de mercados Ipsos.
Para medir el nivel de inclusión financiera, el reporte aborda tres indicadores: el acceso, el uso y la calidad.
Ecuador obtuvo ese puntaje porque más de la mitad de su población tiene acceso al sistema financiero, pero son menos las personas que lo usan.
Por eso, Ecuador obtuvo una calificación de 30,2 sobre 100 en el indicador de uso de productos financieros.
Para determinar el nivel de inclusión financiera en Ecuador, y otros seis países de Latinoamérica, Credicorp e Ipsos encuestaron a 8.400 personas.
El estudio incluye información del Fondo Monetario Internacional (FMI), Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Banco Mundial y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Las trabas
En Ecuador, cada persona con acceso al sistema financiero usa, en promedio, dos productos, como cuenta de ahorro o tarjeta de débito o crédito.
En cambio, los usuarios de Panamá, Chile y Colombia utilizan, en promedio, casi tres productos financieros.
Un menor uso de productos financieros en Ecuador, y los otros seis países de la región, se debe a una serie de barreras.
Por ejemplo, las personas sostienen que se les complica acceder a productos de ahorro, como una cuenta, porque no tienen ingresos suficientes o hay exceso de tramitología.
En cambio, una menor tenencia de productos de crédito, como una tarjeta, se debe a que las personas tienen temor a endeudarse o consideran que los intereses son elevados.
En Ecuador no toda la población está incluida en el sistema financiero por problemas estructurales, dice Sebastián Oleas, a cargo de Proyectos de la fundación Crisfe y profesor de Economía de la Universidad San Francisco de Quito (USFQ).
Algunos de esos problemas son la dinámica del mercado laboral ecuatoriano, donde tres de cada 10 personas en edad de trabajar tienen un empleo adecuado. No se puede generar ahorro sin ingresos, explica Oleas.
Grupos menos incluidos
Entre las personas que acceden menos al sistema financiero están las mujeres, los adultos mayores, las personas que viven en áreas rurales y quienes no tienen educación o solo llegaron a un nivel básico, sostiene el estudio.
La falta de educación y de cultura financiera, desde la niñez, es uno de los factores que hace que las personas, por desconocimiento, no accedan a productos o servicios financieros.
La demanda de ciertos grupos poblacionales debe estar acompañada de educación financiera.
Sebastián Oleas, Crisfe
Oleas agrega que los bancos, las cooperativas y las mutualistas deben tratar de entender las necesidades de los grupos menos incluidos, para crear servicios que resulten útiles para esos segmentos de la población.
Por ejemplo, en otros países la creación de una cuenta de ahorros requiere solo el número de cédula del cliente. Aunque, las entidades establecen ciertas restricciones, como número máximo de transacciones o un monto tope de depósitos.
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