La Unión Europea tendrá que reinventarse después de la crisis
Miguel Otero-Iglesias, investigador principal del Real Instituto Elcano y profesor de IE School and Global Public Affairs.
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¿Cuál será el efecto a corto y mediano plazo de la pandemia del coronavirus en España y en la región?
En España el efecto será mayúsculo, algo que no se ha visto en mucho tiempo, seguramente desde la Guerra Civil.
Se habla de una baja del crecimiento del 10% al 15% del PIB. El Banco de España estima que será del 13%. Eso, pensando que se va a recuperar la economía a finales de año. Pero si hay un rebrote y se debe volver a la casilla cero, es decir, a confinarse nuevamente, la caída del PIB será mucho mayor.
A ello, hay que sumar el golpe psicológico que significaría ese escenario, y que incide en la economía. De todas formas, hacer estimaciones es bastante complicado porque hablamos de un fenómeno biológico.
La pandemia afectó de forma distinta a los países de la UE, ¿el golpe económico será diferente en cada uno?
Este es un shock que nos afecta a todos, pero los efectos están siendo asimétricos. Hay países menos afectados y otros que han tenido una infección explosiva, y por lo tanto, medidas más duras de confinamiento. Estos últimos acusarán efectos mayores. Son los casos de España e Italia, por ejemplo.
Las estructuras económicas propias de cada país marcarán diferencias.
Una economía como la española, que depende tanto del turismo, se va a ver mucho más afectada que otras. El fuerte de Alemania es el comercio internacional y, mientras que esté desplomado, se verá más golpeada que, por ejemplo, la economía francesa que es más cerrada y será más resiliente.
A la hora de tomar decisiones, ¿el tema económico puede pesar más que el sanitario?
Creo que están claras las jerarquías, por ahora. La salud es lo principal, y hasta que no haya una mayor seguridad y entendimiento de cómo se comporta el virus, hasta que no se refuercen los sistemas sanitarios y bajen los umbrales de contagio, eso mandará sobre la presión de abrir la economía.
Volviendo a España, ¿cómo puede reinventarse país económicamente?
España debe probarle al mundo que tiene el virus controlado. Si siguen bajando los números de infección y muertes, si el distanciamiento social y los protocolos funcionan, España demostrará que es buena a la hora de improvisar, reinventarse y adaptarse a una nueva realidad económica.
A lo mejor el turismo rural, de resorts, de naturaleza, tenga un repunte. Las playas, con la distancia social, pueden ser atractivas y los hoteles, con protocolos estrictos de higiene, pueden volver a funcionar.
El ejecutivo europeo valora mucho al empleado español porque sabe lidiar con la improvisación mejor que otros. Pensemos en un sueco o un alemán: si no tienen una planificación, muchas veces se ven superados.
Se habla de un nuevo Plan Marshall para Europa
Yo no llamaría Plan Marshall porque, para empezar, el amigo estadounidense ya tiene suficientes problemas en casa como para venir ayudarnos esta vez. Sería quizás un plan Monnet (Jean Monnet, uno de los llamados “Padres de Europa”).
La ayuda china tampoco está en el debate europeo. Europa, al fin y al cabo, es una región rica, que exporta mucho, que tiene superávit comercial. Es la zona donde hay más ahorro, con un bienestar muy alto. Es verdad que hay regiones más ricas que otras y el debate ahora es cómo ayudar a las más débiles.
¿Ha respondido bien Europa a esta crisis?
Pese a todas las críticas, la respuesta europea ha sido bastante rápida. Se ha llegado ya a una especie de acuerdo para que los países que necesiten dinero, para los sistemas de salud puedan tener hasta el 2% del PIB. Esto tiene un efecto importante.
Se habla de ayudas para los subsidios de desempleo y para la pymes. Un conjunto de medidas y de dinero que puede ser de unos 500 mil millones de euros (podría llegar a 1.500 millones de euros, según el último Consejo Europeo, ndr).
Creo que el siguiente debate será sobre ese plan Monnet, con un sentido de reconstrucción o relanzamiento. No se trata tanto de recuperar lo viejo, sino de mirar hacia el futuro.
Es una oportunidad de crear una economía mejor, más verde, más sostenible, con más productividad, menos desigualdad, más innovación y más competitividad.
¿Y el dinero?
Nadie va a poner dinero gratis. Aunque se consigan los coronabonos o los eurobonos, que sería la gran victoria del sur, eso hay que pagarlo. Habrá condiciones y reformas: no se usará el dinero simplemente para llenar huecos sino para invertir en el tipo de economía que queremos para el futuro.
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