"Cualquier candidato tendrá dificultades para impulsar reformas clave"
Sebastián Hurtado, presidente de la consultora de riesgo político Prófitas.
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Ecuador espera que su economía se recupere en 2021, pero el próximo Presidente necesitará apoyo para hacer reformas duras, por ejemplo, al sistema de pensiones y seguridad social.
Los retos para el país también incluyen ordenar las empresas estatales y seguir buscando formas de diversificar las exportaciones. En 2019 el petróleo representó para el país más de tercio de sus ingresos por concepto de exportaciones.
Fomentar la inversión y el crecimiento en nuevos sectores será fundamental para crear puestos de trabajo y generar ingresos fiscales adicionales, dice la revista Forbes.
Para entender la actual dinámica de Ecuador, Forbes entrevistó a Sebastián Hurtado, presidente de Prófitas, una consultora de riesgo político ubicada en Quito.
A continuación PRIMICIAS presenta apartes de esta entrevista cuya publicación ha sido autorizada por Forbes.
¿Cuál es su perspectiva sobre la economía del país en 2020 y 2021?
Antes que la pandemia llegara a Ecuador, el país ya había entrado en recesión, por lo que el golpe de Covid-19 fue aún mayor.
El doble impacto de un colapso, tanto de los ingresos petroleros como de los ingresos fiscales, produjo un déficit de financiamiento de USD 13.500 millones, lo que provocó crecientes retrasos en los pagos de los salarios en el sector público y de los proveedores del Estado, restringiendo la capacidad del Gobierno para ofrecer programas de estímulo, incluso extremadamente limitados, que permitieran acelerar la recuperación.
Los USD 6.500 millones obtenidos a través de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) evitarán que ocurra un peor escenario.
Con el acuerdo, Ecuador recibirá USD 4.000 millones en 2020, que le permitirán pagar parte de sus atrasos y, junto con financiamiento adicional de otros organismos multilaterales y de China, ofrecer algunos programas de reactivación económica y de apoyo para contener la contracción económica de 2020 por debajo del 10%.
Eso permitirá, teniendo en cuenta el resultado favorable del proceso de reestructuración de USD 17.400 millones de la deuda externa en bonos Global, fortalecer la balanza de pagos y garantizar un flujo constante de dólares hacia la economía, lo que es necesario para evitar una posible crisis financiera.
En el corto plazo, las perspectivas económicas de Ecuador han mejorado, lo que se evidencia en la reducción dramática del riesgo país y en una mejora de su calificación crediticia a B-.
Sin embargo, la contracción económica de 2020 se mantiene como la más pronunciada en la historia del país, dejando la recuperación para 2021 y más allá, la rapidez de la recuperación depende de dos factores: el ritmo de recuperación en general de la economía mundial y las reformas que logre implementar el nuevo Gobierno que asumirá el poder en mayo de 2021.
De cara a 2021 ¿Qué deben tener en cuenta los inversionistas extranjeros con respecto a las próximas elecciones presidenciales?
En las últimas semanas, hay más optimismo entre los inversionistas sobre la posibilidad de la elección en 2021 de un candidato presidencial favorable al mercado. Eso se debe a dos acontecimientos clave.
En primer lugar, ha habido una consolidación de la derecha detrás del candidato Guillermo Lasso, un banquero de alto perfil que anteriormente se desempeñó como gobernador de Guayas. Esta consolidación se ha visto favorecida por el anuncio de una alianza entre las dos grandes fuerzas conservadoras, el partido de Lasso, que es CREO, y el Partido Socialcristiano.
En segundo lugar, el fallo judicial que ratificó la sentencia de ocho años de prisión para Rafael Correa ha obligado al exmandatario, que sigue siendo popular entre una parte importante del electorado, a salir de la carrera como candidato a vicepresidente junto a su desconocido compañero de fórmula, Andrés Arauz.
Sin embargo, Lasso aún está lejos de convertirse en favorito en un escenario donde existe un alto nivel de frustración entre los votantes y un fuerte apetito por el cambio, tras el malestar económico y político de los últimos años y que fue exacerbado por la pandemia.
Si Lasso es elegido continuaría, en su mayoría, con las reformas económicas impopulares de la administración de Lenín Moreno, que han sido apoyadas por CREO y, por lo tanto, tendrá dificultades para evadir la etiqueta de "secundante".
Además, como banquero prominente, Lasso personifica a las élites de Ecuador a quienes muchos culpan de la situación actual del país.
En contraste, sus principales competidores de izquierda, el candidato del movimiento indígena, Yaku Pérez, y el candidato correísta, Andrés Arauz, están en mejor posición para aprovechar la demanda de cambio por parte de los votantes, al representar claramente una agenda económica distinta en oposición al programa del Fondo Monetario Internacional (FMI).
En la actualidad, Arauz tiene más posibilidades de pasar a una segunda vuelta debido a una sólida base de apoyo del correísmo, que representa entre el 15% y el 20% del electorado.
Él podría presentarse con éxito como un 'outsider', utilizando su juventud y su estatus desconocido, así como un discurso que enfrenta al "establecimiento" con el "pueblo", una narrativa respaldada por la representación de los problemas legales que enfrenta Correa como si fueran evidencia de una persecución política.
Finalmente, el correísmo podrá apelar a la nostalgia de mejores tiempos económicos, recordando el boom más reciente de Ecuador (boom impulsado por los altos precios de materias primas como el petróleo y que terminó en 2016, ndr).
Arauz seguirá enfrentándose a una fuerte oposición de parte de la mayoría de las instituciones estatales, incluidos los tribunales y las autoridades electorales, así como de las élites económicas y los medios de comunicación, que saben que un nuevo gobierno correísta probablemente acabaría con muchas de las reformas institucionales y económicas de la administración de Moreno.
Las acciones de estos grupos podrían representar más obstáculos para la participación de los candidatos correístas a la Asamblea, así como la del mismo Arauz, y su eventual compañero de fórmula en las elecciones de 2021.
Por último, es importante que los inversionistas no pasen por alto el problema de gobernabilidad que enfrentará cualquier candidato electo en 2021, es decir, la composición de la Asamblea.
El campo electoral de 2021 será el más fragmentado en más de una década, lo que dificultará que cualquier candidato consolide una mayoría absoluta para impulsar reformas significativas, incluidas las vinculadas al programa con el FMI.
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