Ecuador: entre la economía estancada y el dólar sobrevaluado
Este año el Fondo Monetario Internacional (FMI) espera que la economía ecuatoriana sufra una contracción de 0,5% de PIB, y prevé un estancamiento hasta 2020.
Imagen de una persona vendiendo comida en las calles del norte de Quito, de manera informal, el 29 de agosto de 2019
Jonathan Machado
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Un esbozo de recuperación llegará apenas en 2020, con un magro crecimiento de 0,25%, según las previsiones del FMI, y alcanzará un pico de 2,7% en 2022, apenas por encima del crecimiento de la población que es de 1,5% anual en promedio, según el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC).
En marzo de 2019 el FMI firmó con Ecuador un acuerdo de facilidad extendida por USD 4.200 millones.
Hasta julio de este año el organismo internacional ha desembolsado USD 903 millones. El resto de dinero llegará en los próximos dos años y medio, conforme el país vaya cumpliendo las metas establecidas.
El empleo lleva la peor parte
El bajo crecimiento de la economía produjo que entre junio de 2014 y junio de 2019 se destruyeran 235.000 plazas de empleo adecuado en las ciudades, en donde solamente el 47% de la población tiene un empleo formal a tiempo completo, de acuerdo con el INEC.
La bonanza petrolera que Ecuador vivió hasta mediados de 2016 y las políticas populistas de legislación laboral hicieron que los salarios aumentaran.
Al punto que el salario mínimo de Ecuador, de USD 394, se ha convertido en uno de los más altos de América Latina y "es un 40% más elevado que el promedio de la región", dijo el analista económico Alberto Acosta Burneo, durante su presentación escenarios económicos 2019-2024.
Pese al salario mínimo elevado, el deterioro del mercado laboral hizo que las personas restringieran su consumo a partir de 2016.
Solo tres años después de la crisis de 2016, el FMI calcula que el consumo privado comenzará a recuperarse después de haber bajado hasta 59,7% del PIB en 2018 a 60,5% en 2019 y alcanzaría un pico de 60,7% en 2021 para volver a estancarse (ver gráfico).
Como Ecuador está en medio de un programa de ajuste fiscal y de reducción del gasto público, el consumo del sector público no podrá contrarrestar la caída en el consumo privado.
El FMI pronostica que el consumo público o del Estado caerá desde un pico de 14,6% del PIB a 12,8% del PIB, nivel en el que se mantendrá hasta 2023.
La reducción del consumo y el aumento de los precios traerá consigo un estancamiento de la demanda interna, lo que contribuiría negativamente al crecimiento de la economía en 2019 y 2020.
Riesgo externo
Después de una pronunciada caída en 2015, las exportaciones del país se recuperaron en el periodo 2016-2018, pero comenzaron a bajar nuevamente en 2018 y el Banco Central de Ecuador prevé que se estanquen entre 2019 y 2023.
El problema de Ecuador es que tiene un tipo de cambio sobrevaluado, lo que encarece sus exportaciones, al tiempo que las importaciones se abaratan al tratarse de una economía dolarizada.
Entre junio de 2014 y agosto de 2019 el dólar se revalorizó 25%, según la plataforma de mercados financiera Investing.
Y la guerra comercial entre Estados Unidos y China solo ha fortalecido esta tendencia.
La disputa comercial entre las dos mayores economías del mundo, que comenzó en marzo de 2018, ha fortalecido al dólar no solo frente al yuan chino sino también frente a todas las monedas latinoamericanas y al euro.
Esto según las mediciones realizadas contra la canasta de monedas conocida como USDX y que está compuesta por:
- Euro, 57,6%
- Yen japonés, 13,6%
- Libra esterlina 11,9%
- Dólar canadiense, 9,1%
- Corona sueca, 4,2%
- Franco suizo, 3,6%
A esto se suma que en 2015 Chile, Colombia, Perú, México y Brasil depreciaron sus monedas para equilibrar sus balanzas de pagos.
Los cinco países dejaron que sus monedas se devaluaran para aumentar su competitividad, a través del abaratamiento de sus exportaciones, y para incrementar el costo de las importaciones.
A partir de 2007 la economía ecuatoriana creció aceleradamente, cuando los precios de las materias primas, como el petróleo, se incrementaron.
En ese escenario de crecimiento económico el gobierno aumentó el ritmo de gasto y el tamaño del Estado.
"Desde 2007 el empleo público subió un 78%", dijo Alberto Acosta Burneo.
Pero desde 2015, incluso antes del peor momento del derrumbe de los precios del petróleo en 2016, la economía se enfrió y empezó a caer hasta cerrar en -1.2% en 2016.
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