Emprendedoras impulsan la demanda del crédito en Ecuador
El 55% de los pequeños créditos que desembolsa la banca está destinado a mujeres. El valor promedio de un microcrédito es USD 4.100.
Imagen referencial de la feria Mujeres Emprendedoras, organizada por el Ministerio de la Producción el 28 de noviembre de 2022.
Cortesía Ministerio de Producción.
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La participación de las mujeres en la cartera de crédito está creciendo gracias a que los bancos están aprobando más préstamos para emprendedoras con negocios pequeños.
Cuando Verónica Quillupangui decidió comenzar su negocio propio de elaboración de bombones, en Machachi, solo contaba con las ollas de su casa.
Sus bombones rellenos de mortiño tuvieron tan buena acogida que necesitaba que su capacidad de producción crezca. Por eso pidió un crédito.
"A mi edad y siendo madre soltera, no ha sido fácil, pero estoy contenta porque mi negocio ha crecido", dice Verónica.
Desde 2019 la emprendedora ya ha solicitado tres microcréditos para su negocio Chocotiños.
Con el dinero, Verónica ha comprado maquinaria e insumos. Ahora, ella procesa 80 kilogramos de chocolate al día y elabora 20 cajas diarias de producto.
Cerca a la igualdad
Los casos como los de Verónica han permitido que las mujeres casi representen la mitad de los clientes con créditos en las entidades financieras y en las casas comerciales.
Las mujeres accedieron al 48,3% de todas las operaciones de crédito en el primer semestre de 2022.
Se trata de un leve crecimiento de 0,2 puntos frente a la participación promedio de 48,1% que las mujeres tuvieron entre 2018 y 2021.
La cifra es uno de los hallazgos del Barómetro del Crédito, elaborado por Equifax y la Universidad Andina Simón Bolívar.
El investigador a cargo del estudio, David Castellanos, explica que la mayor parte de los desembolsos fueron para mujeres cabezas de hogar y con negocios propios.
La banca lidera
Según el reporte, la banca privada es el sector que aprueba más créditos para las mujeres.
Del total de operaciones de crédito en la banca privada, el 52,4% fue para mujeres, entre enero y junio de 2022.
En Banco Pichincha, la participación de las mujeres en el total de créditos es del 49%. Es un aumento de seis puntos porcentuales desde 2020, dice la gerente de pequeñas y medianas empresas de Banco Pichincha, Marcia Díaz.
Castellanos explica que una de las razones por las que la banca privada aprueba más operaciones a las mujeres es porque ellas tienen mejores calificaciones en el buró de crédito.
Es decir, ellas se atrasan menos en el pago de sus deudas que los hombres.
El crecimiento del crédito bancario para mujeres, además, muestra que hay mayor formalidad en los emprendimientos de este segmento de población, añade Castellanos.
Las casas comerciales, en cambio, son los establecimientos en los que las mujeres tienen menor participación en el acceso a crédito, con un 42%.
Ellas emprenden más
Aunque la participación de las mujeres todavía es menor que la de los hombres en el volumen total de los créditos, ellas tienen más peso en el segmento del microcrédito.
Se trata de un segmento dirigido a negocios pequeños, con ingresos anuales de hasta USD 100.000.
Por un lado, las mujeres accedieron al 41% de los 7.191 millones de nuevos créditos desembolsados por la banca entre enero y septiembre de 2022.
Pero al mirar solo el segmento de microcrédito, ese porcentaje sube al 55%.
En Produbanco, por ejemplo, el 40% del crédito ha sido destinado a mujeres, pero en el microcrédito, ese porcentaje sube al 51%.
Eliminar trabas
La reducción de los costos financieros ayuda a una mayor inserción de mujeres a la banca.
Así, la tasa máxima que se puede cobrar en el sistema financiero para el microcrédito es 28,2% anual. No obstante, la tasa promedio o referencial que se está cobrando en diciembre es de 19,8% anual.
La directora ejecutiva de la Red de Instituciones Financieras de Desarrollo (RFD), Valeria Llerena, considera que para que haya más participación de mujeres en el resto de segmentos de crédito es necesario eliminar trabas.
Menciona, por ejemplo, el requerimiento de la firma de un cónyuge y la alta exigencia de garantías para este segmento de la población.
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